El ex presidente de EE.UU
Barack Obama (2009-2017) publicó ayer viernes un comunicado en el que condenaba la muerte en Mineápolis (Minesota) de
George Floyd, un hombre negro de 46 años que el pasado lunes murió bajo custodia policial, y aseguró que este tipo de casos "no deberían ser normales en los Estados Unidos de 2020"
"Esto no debería ser normal en los Estados Unidos de 2020. Si queremos que nuestros hijos crezcan en una nación que vive acorde con sus más altos ideales, podemos y debemos hacerlo mejor", dijo en Twitter en referencia a la muerte de Floyd después de que Derek Chauvin, un agente blanco, lo sometiera durante varios minutos con su rodilla sobre el cuello ignorando las desgarradoras quejas del detenido.
El policía, cuya acción fue grabada en video por un transeúnte y ha provocado la indignación pública, así como protestas en los últimos tres días que han terminado con escenas de vandalismo y saqueos, fue detenido ayer por su presunta responsabilidad en la muerte de Floyd.
"Recaerá principalmente sobre los funcionarios de Minesota asegurarse de que las circunstancias que rodean la muerte de George Floyd sean investigadas y se haga finalmente justicia.
Pero recae sobre nosotros, al margen de raza y ocupación -incluidos la mayoría de hombres y mujeres en las fuerzas de orden que hacen con orgullo y correctamente su trabajo cada día- trabajar juntos para crear una 'nueva normalidad'", añadió Obama.
La muerte de Floyd tuvo lugar cuando cuatro policiás, entre ellos Chauvin, concurrieron a un sitio de la ciudad donde se había denunciado que una persona había intentado pagar con un billete falso de 20 dólares.
En un video tomado por los testigos se ve a Floyd boca abajo en el pavimento tras ser detenido mientras Chauvin, sobre él,
le aprieta el cuello con una rodilla durante varios minutos, sin modificar su postura, pese a que se escuchan las quejas del arrestado de que no puede respirar, hasta que parece perder el sentido.
"Por favor, por favor, por favor, no puedo respirar. Por favor", se escucha a Floyd dirigirse al agente, que no deja de presionarle el cuello con su rodilla hasta que minutos después llega una ambulancia y el detenido es subido a una camilla sin dar señales de vida.