Se hacen llamar "primos" de los "chalecos amarillos" franceses y creen que el coronavirus -enfermedad que ya superó los 6 millones de casos y los 380 mil muertos en todo el mundo- es una "invención" de los políticos para así "encerrarnos en casa e instaurar un nuevo orden mundial".
Eso es parte de lo que define a los "chalecos naranjos", un movimiento minoritario en Italia que esta semana se reunió en la Plaza del Pueblo de Roma. Sus participantes gritaban "libertad" y "dignidad", sin mascarillas y sin respetar la distancia para evitar contagios.
Durante la actividad pidieron el fin del gobierno de
Giuseppe Conte, la salida de Italia de la Unión Europea y el regreso a la lira.
Esto ocurrió en medio de la desescalada de las restricciones en el país debido a la pandemia del covid-19, enfermedad que lo llevó a ser uno de las naciones más afectadas con más de 33 mil personas fallecidas.
A la cabeza de esta formación se encuentra Antonio Pappalardo, un ex general de Carabineros de 73 años conocido en el país europeo por abanderar todo tipo de causas populistas: fue uno de los líderes de los "forconi" (los de la horca) y ha sido antivacuna y antieuro, según información de La Vanguardia.
"En el Vaticano soy considerado un genio iluminado por Dios"
Antonio Pappalardo
Pappalardo asegura que "
el virus no existe" y que por eso no ocupan mascarillas. "Este virus es un caballo de Troya porque no existe, nos están haciendo fallar. No sé cuál es su plan, ¿quieren rehacer las reglas sociales, vendernos a China? (...) el virus es el mayor engaño organizado en la historia de las finanzas mundiales".
En una entrevista con el diario Corriere della Sera afirmó que "el problema de nuestro planeta no es esta especie de estúpida gripe llamada coronavirus, utilizada por las grandes potencias para someternos. Son las radiaciones electromagnéticas, hay demasiados radares, demasiadas antenas".
También dijo a la publicación que era "uno de los mejores músicos del mundo" y que sus obras han sonado "en lugares donde sólo Mozart y Beethoven habían tocado".
Incluso declaró que "en el Vaticano soy considerado un genio iluminado por Dios".