"Yo aún no soy intendente, pero el día que sea intendente, el 11 tenemos que ponernos y decir 'acá no pasa nadie hasta que no arreglen la ruta'. Uno tiene que tomar decisiones drásticas, no pasan más los camiones chilenos, se terminó, la gente destruye sus autos, estamos en esa situación desgraciada". De esta forma, el jefe comunal electo de Bariloche, Walter Cortés, dejó los puntos claros ad portas de asumir; algo que, ciertamente, encendió las alarmas en este lado de la cordillera.
Los dichos de Cortés -histórico dirigente sindical de Bariloche que asumirá la jefatura comunal el 10 de diciembre- tienen relación con un hecho más profundo: el paupérrimo estado de la Ruta Nacional 40 que no sólo afecta a esta ciudad, sino que también a las localidades que forman la llamada Comarca Andina (El Bolsón, Lago Puelo, El Hoyo y Epuyén), cuyos intendentes se reunieron ayer y denunciaron la poca fiscalización que hay con los camiones chilenos, que pasan por la vía gracias al tratado de libre tránsito de 1974 suscrito con Argentina.
Este recorrido es vital para muchas comunas de la Patagonia chilena, ya que de esta forma pueden recibir transporte con bienes de primera necesidad, evitando los problemas de conectividad y costos que trae viajar por territorio chileno hasta estas localidades extremas.
Pero los intendentes reclaman que las máquinas nacionales han dejado la vía llena de baches y es urgente una repavimentación.
"O nos dan una respuesta o tendremos que tener un ofrecimiento a esta situación caótica que es no dejar pasar los camiones chilenos porque son los que destruyen la ruta", aseguró Cortés, quien ha tomado el discurso más duro en esta materia.
Con esta advertencia, este controvertido dirigente peronista espera asumir el poder de Bariloche tras ganar una reñida elección en la que rompió con todos los pronósticos, con una campaña que se basó en el contacto con la ciudadanía. "Los barilochenses votaron al negro, al hacedor. La gente se cansó, se terminó el cuento de los exitosos ilustrados que llegan al poder con títulos bajo el brazo, porque está demostrado que gobiernan mal", afirmó, según recoge Infobae.
Un sindicalista a la Intendencia
La trayectoria de Walter Cortés (60 años) está ligada directamente al sindicalismo: desde hace más de 30 años que está al frente de la Asociación de Empleados de Comercio (AEC) de Bariloche, puesto que lo convirtió en uno de los dirigentes más relevantes de la ciudad patagónica y la provincia de Río Negro. Y si bien de las paredes de su oficina cuelgan cuadros de Juan Domingo Perón y Evita, su relación con el peronismo ha tenido de todo.
Además de su rol de sindicalista, fue diputado provincial por el Partido Justicialista (PJ), aunque fue considerado aliado de los gobiernos radicales cuando éstos eran mayoría en la provincia de Río Negro, al punto de que el histórico dirigente peronista Carlos Soria lo acusara de traición. Al tiempo, fue expulsado del PJ.
Actualmente, pese a reconocer sus
"raíces peronistas", se desmarca del justicialismo actual que gobierna en la Casa Rosada. "Han desdibujado al peronismo,
esto parece otra cosa, no el peronismo. El peronismo es estar con la gente, tener sensibilidad. Cómo puede ser que la Argentina con todo lo rica que es, con las exportaciones que se hacen, con este país tan importante y con no tanta población vivamos esta situación tremenda y angustiosa con la inflación", dijo a Télam.
Así las cosas, y tras varios años de coqueteo con la política, Cortés decidió dar un paso más y postular al cargo de intendente de Bariloche, encabezando la alianza Partido Unión y Libertad, colectividad que agrupa a "parte del peronismo", según reconoció el dirigente, quien de todos modos remarcó que "los partidos son importantes, pero la gente vota personas", según recoge el diario Río Negro.
Su campaña fue de corte ciudadano: evitó las gigantografías y panfletos y se enfocó más bien en las redes sociales y, principalmente, en los puerta a puerta, con la promesa de encabezar un liderazgo pluralista y centrado en las necesidades del pueblo de Bariloche. En esa línea, planteó un plan de 100 días enfocado en obras de infraestructura como la conexión de los barrios de la ciudad, el mejoramiento de los accesos a las playas públicas y la creación de una fábrica de asfalto municipal que trabaje "sin parar".
"Se termina el alquiler de máquinas. Todos los barrios serán contemplados. Basta de romper autos en los baches. La solución para todos los barilochenses mediante el voto", indicó en su campaña, según recoge La Nación.
"Han desdibujado al peronismo, esto parece otra cosa, no el peronismo. El peronismo es estar con la gente, tener sensibilidad.
Walter Cortés, intendente electo de Bariloche
De este modo,
Walter Cortés salió vencedor entre los 12 candidatos que participaron en los comicios del pasado 3 de septiembre, sumando el 19,61% de los votos, la mayoría de ellos provenientes de los sectores más pobres de la ciudad. Así, dio la sorpresa al superar a la gobernadora de Río Negro,
Arabela Carreras, que postuló por el oficialista Juntos Somos Río Negro y obtuvo el 15,28%.
Pero la historia pudo haber sido otra, ya que meses antes existió la posibilidad de que Cortés fuera como compañero de fórmula de Carreras, con quien tiene una muy buena relación. Pero esto finalmente no ocurrió.
"Nosotros éramos una posibilidad chiquita y nos dieron la posibilidad de cambiarle la realidad a Bariloche", celebró Cortés, quien destacó lo austera que fue su campaña en comparación con sus rivales.
Un fallo con polémica
Pero más allá de su triunfo, Walter Cortés cuenta con una mancha en su currículum. En 2016, fue condenado a cuatro años de prisión junto con el ex intendente Omar Goye y los sindicalistas Ovidio Octavio Zúñiga y Víctor Ricardo Carcar, al ser encontrados culpables del delito de defraudación en perjuicio de la administración pública, ocurrido en 1999 en Bariloche, consigna La Nación.
De acuerdo con este medio, los condenados gestionaron fraudulentamente dos subsidios por un monto de casi dos millones de dólares en favor de la Asociación Regional de Obras Sociales (ARBOS), cuyo directorio estaba integrado por ellos cuatro. "Según la acusación fiscal, los subsidios fueron desviados a dos empresas fantasma, que luego se evaporaron", afirmó.
Cortés estuvo dos años en la cárcel de Esquel, donde logró una reducción de cinco meses en su condena por realizar el curso de auxiliar de carpintería y terminar sus estudios primarios. Luego obtuvo una rebaja de otros tres meses por participar en un taller de teatro y cumplir con el primer módulo de Nivel Secundario.
En 2018, Walter Cortés y los otros tres condenados recuperaron su libertad gracias a un fallo de la Corte Suprema argentina que los sobreseyó al advertir que el proceso judicial no respetó la garantía del "plazo razonable".
Ahora, convertido en intendente, este dirigente no ve este momento como una revancha. "Lo veo como una oportunidad. Soy una persona de Dios, creo en Dios. Y creo que Dios te pone en algunos momentos en lugares para que uno pueda resolver la situación. Y yo he venido a eso: a resolver situaciones horribles, feas. Ese es mi mandato. No me voy a mover de ahí. No vengo a hacerme el canchero, ponerme un traje y salir a representar la ciudad acá o allá. No sé si voy a salir de Bariloche. Yo me voy a quedar acá. La gente me ha puesto en un lugar y me ha dicho 'tenés que hacer esta obra' y voy a trabajar para eso", dijo a Télam.