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Comenzó el envío de migrantes de Italia a Albania: Cómo es el polémico plan de Meloni que es visto con atención por Europa

El pacto, que supuso una millonaria inversión por parte de Roma, ha sido cuestionado por agrupaciones humanitarias, que temen que todo se traduzca en más abusos y violaciones de los derechos humanos.

16 de Octubre de 2024 | 11:46 | Agencias/Redactado por Ramón Jara A., Emol
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La llegada de los migrantes a Albania, junto a personal italiano.

AP
Este miércoles llegó a Albania el primer grupo de migrantes interceptados en el mar por Italia, en virtud del inédito y polémico acuerdo entre ambos países para externalizar las solicitudes de asilo, el cual es visto con atención por el resto de Europa y que ha sumado tanto elogios como diversas críticas.

Poco antes de las 08:00 horas (03:00 en Chile), el buque "Libra" de la Marina italiana llegó al puerto de Shengjin, en el norte de Albania, con 16 hombres oriundos de Egipto y de Bangladesh a bordo, tras más de 36 horas de viaje.

Tras desembarcar, los 16 hombres fueron inscritos en el primer centro creado por Italia en Albania para atender a los migrantes, en unas construcciones prefabricadas instaladas en el puerto y custodiadas por las fuerzas de seguridad italianas. Después, serán trasladados al campo de Gjader, una antigua base militar situada a unos 20 kilómetros.

En el campo estarán alojados en unas viviendas prefabricadas de 12 m2, también rodeadas de altos muros equipados con cámaras de seguridad, bajo la vigilancia de las fuerzas italianas. Allí podrán presentar su solicitud de asilo.

Si las solicitudes de asilo no prosperan -se estableció un plazo de 28 días-, el acuerdo prevé que los migrantes permanezcan en unas celdas que hay en el campo hasta que sean expulsados a sus países de origen.

El pacto fue firmado en noviembre de 2023 por la primera ministra italiana , Giorgia Meloni, de ultraderecha, y su homólogo albanés Edi Rama, socialista, y supone algo inédito, ya que es primera vez que un país de la Unión Europea acuerda con otro ajeno al bloque para externalizar las solicitudes de asilo.

Cómo funciona


El pacto atañe únicamente a los hombres adultos que sean interceptados por la Marina o los guardacostas italianos en su zona de intervención en aguas internacionales. En el caso de mujeres, menores de edad, familias, enfermos o víctimas de tortura serán alojados en Italia. No se separará a las familias.

El primer control se efectúa en un buque militar y luego los migrantes son trasladados a Shengjin para ser identificados y, de ahí, son transferidos a Gjader. Se espera que los centros tengan capacidad para acoger a 1.000 personas en un primer momento, y 3.000 a largo plazo.

Vista aérea del centro para migrantes instalado en el puerto de Shengjin (Foto: AP).

Ambos centros se encuentran operativos desde la semana pasada, cuando el ministro italiano del Interior, Matteo Piantedosi, adelantó que el traslado de "inmigrantes irregulares procedentes del norte de África" comenzaría lo antes posible y que Europa se ha fijado el objetivo de "reforzar el sistema de expulsiones".

El acuerdo tiene cinco años de duración y un presupuesto anual de 160 millones de euros (174 millones de dólares). La construcción de los dos centros costó 65 millones de euros (casi 71 millones de dólares) a Italia, el doble del presupuesto previsto.

El número de migrantes llegados a Italia por la ruta del Mediterráneo central desde el norte de África ha caído en un 61% entre 2024 y 2023. Según el Ministerio del Interior italiano, para el 11 de octubre 52.425 migrantes han llegado a Italia por mar este año, en comparación con los 138.947 del mismo periodo del año anterior.

Cómo se ve en Europa


Esta iniciativa está siendo vista con atención por el resto de Europa. La misma Giorgia Meloni se declaró "orgullosa de que Italia se haya convertido, desde este punto de vista, en un ejemplo a seguir", aludiendo al interés manifestado por los gobiernos de Francia, Alemania, Suecia y el Reino Unido en la política italiana de gestión de flujos migratorios.

Sin ir más lejos, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sorprendió esta semana con su propuesta a los líderes de la UE de explorar la idea de desarrollar "centros de retorno" de migrantes ilegales fuera de la UE y considera que se podrán "extraer lecciones" de la "experiencia práctica" que supone el acuerdo entre Italia y Albania.

Es una idea contenida en uno de los diez puntos que Von der Leyen desarrolla en una carta dirigida a los jefes de Estado y de gobierno de la UE de cara a la cumbre que mantendrán en Bruselas el jueves y viernes próximos, y en la que la migración es uno de los puntos más destacados de la agenda, y que su gabinete ha hecho pública.

"He encargado al Comisario de Asuntos Internos y Migración que dirija las reflexiones sobre soluciones operativas que ayuden a combatir la migración ilegal y a abordar las propuestas que muchos Estados miembros han hecho en este ámbito, respetando los principios y valores de la UE, las obligaciones en virtud del derecho internacional y la protección de los derechos fundamentales, al tiempo que garantizamos soluciones sostenibles y justas para los propios migrantes", escribe Von der Leyen.

En estos lugares estarán custodiados los migrantes en Shengjin (Foto: AFP).

Ya la semana pasada, los ministros de Interior de la UE discutieron un refuerzo de la política migratoria del bloque, incluyendo una controvertida idea de crear centros de retorno situados en terceros países. En esa línea, varios ven con buenos ojos negociar con gobiernos que no forman parte del bloque comunitario pero sí están interesados en ingresar a él.

De todos modos, el primer ministro de Albania, Edi Rama, ya advirtió que ningún otro país podrá operar centros de asilo en Albania, y explicó que su nación sentía una especial gratitud por las decenas de miles de albaneses que fueron recibidos por Italia tras la caída del comunismo en 1991, así como por el apoyo prestado por Roma durante la crisis económica de 1997 y por los efectos de un sismo en 2019.

Críticas


La medida impulsada por el Gobierno de Meloni, no obstante, ha sido objeto de diversas críticas. Desde la oposición italiana, la líder del centro-izquierdista Partido Demócrata, Elly Schlein, cuestionó los altos montos invertidos en este plan y aseguró que los 800 millones de euros que se aportan para este sistema "podrían haberse destinado a la sanidad pública", para cuestiones como "acortar las listas de espera, pero en lugar de esto los tiran a la basura para deportar a migrantes pisoteando sus derechos".

Por su parte, el líder del partido Más Europa, Riccardo Magi, aseguró que Albania es "la nueva colonia penitenciaria de Italia", y que el traslado de los migrantes al país balcánico fue "una procesión de barcos para deportar a 16 pobres almas".

"He aquí lo grotesco y un poco ridículo de la horrible propaganda de Giorgia Meloni: una puesta en escena electoral pagada con el dinero de los contribuyentes italianos para encerrar a los náufragos en una prisión italiana fuera de Europa", aseguró.

El "acuerdo Italia-Albania viola el derecho marítimo internacional y podría erosionar aún más los derechos fundamentales de los refugiados", denunció por su lado la ONG Humanity, que consideró que "Italia detiene de facto a personas que buscan protección en territorio albano sin un examen judicial, lo cual es profundamente inhumano y viola sus derechos fundamentales".

Desde Médico Sin Fronteras (MSF), en tanto, expresaron "su profunda inquietud" por el comienzo de los traslados de migrantes a Albania: "Es probable que la última estrategia de Italia para eludir y externalizar sus responsabilidades respecto a las personas que buscan seguridad y protección se traduzca en más abusos y violaciones de los derechos humanos", afirmó la agrupación en un comunicado.

Según la ONG, esta medida podría impedir que los sobrevivientes reciban una evaluación adecuada de su vulnerabilidad y no acceder así a la protección internacional que otorga el asilo, contraviniendo las obligaciones de Italia bajo el derecho internacional y europeo.

"El sueño europeo termina aquí", dice el lienzo desplegado por manifestantes en el puerto de Shengjin (Foto: AP).

"Es imposible evaluar adecuadamente la vulnerabilidad de las personas mientras están en un barco en alta mar", indicó Juan Matías Gil, responsable de búsqueda y rescate de MSF.

Por otra parte, el gobierno derechista de Grecia, otro país muy expuesto a las llegadas de migrantes irregulares y demandantes de asilo desde las costas turcas, se mostró crítico con el acuerdo ítalo-albanés y abogó por una solución consensuada a nivel europeo.

"Las propuestas a nivel de acuerdos bilaterales no llevarán a ninguna parte. Nadie puede afrontar en solitario este problema", indicó al canal privado Skai el ministro griego de Migraciones y Asilo, Nikos Panagiotopoulos.
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