SANTIAGO.- En menos de cinco minutos, ocho personas salen por el acceso a un edificio de calle María Rozas Velásquez, en Estación Central. De ellas, solo una es chilena y el resto -tres hombres jóvenes, una señora con su hijo pequeño y dos mujeres de mediana edad- proviene de Colombia, Ecuador y República Dominicana.
Una trabajadora del edificio, que prefiere no identificarse, relata que "el 85% más o menos de la gente de acá (de una torre con alrededor de mil departamentos) son extranjeros". Agregó que "primero viene uno y arrienda, y después ese trae a conocidos y así se va poblando todo el edificio", según consigna hoy
"El Mercurio".
Los inmigrantes se han transformado en uno de los grupos que lideran la demanda por departamentos pequeños y han encontrado un lugar en los edificios que hace poco fueron catalogados por el intendente Claudio Orrego como "guetos verticales".
Son departamentos de uno o dos dormitorios, ubicados en torres de departamento de 20 pisos o más. Si bien no tienen las comodidades de otras construcciones -como gimnasio, piscina o quincho-, están en ubicaciones privilegiadas: cerca del metro o de avenidas.
Muchas de esas torres han sido construidas pensando en que sus departamentos serán arrendados a jóvenes solteros, estudiantes y, últimamente, a inmigrantes.
Esas viviendas son parte de la oferta que las inmobiliarias hacen a los pequeños inversionistas, a quienes les ofrecen, además, sus servicios como corredora de propiedades.
El edificio cuya foto subida a Twitter por Orrego hizo estallar el debate sobre la calidad de vida en estas propiedades pertenece a la inmobiliaria Suksa, una de las que orientan parte de su negocio hacia inversionistas inmobiliarios.
En la página web de la empresa hay información de sus proyectos, y también permite simular una inversión. Por ejemplo, con poco más de $21 millones de capital (pie para crédito hipotecario) se podrían comprar tres departamentos de un dormitorio y un baño (de unos 27 m2 de superficie), cada uno de un valor de 1.350 UF (unos $35 millones).
Cada departamento se arrendaría en $200.000 mensuales, con lo que en total se recibirían $600.000 cada 30 días para pagar un dividendo de $492.000 por los tres departamentos, lo que dejaría una utilidad de $108.000.
Aumentar ingresos
Quienes entran a ese negocio son "pequeños inversionistas o de retail", explica el director ejecutivo de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios, Vicente Domínguez. Añade que "son personas que tienen un capital de inversión pequeño. Por eso compran dos o tres departamentos y acceden a créditos hipotecarios para financiarlos, pensando en que estos van a estar pagados en 20 años más. En ese tiempo, los inmuebles pasarán a ser un ingreso extra para aumentar la jubilación".
Carlos Avilés, presidente de la Asociación de Corredores de Propiedades, asegura que "al inversionista le conviene este modelo porque el departamento se paga solo y obtiene una ganancia mensual", aunque advierte que "hay que tener cuidado con a quién se le arrienda y para eso se requiere una buena corredora de propiedades".