La ahora senadora electa es conocida en el Congreso por su gusto por la música y el folclor nacional.
Jonathan Mancilla, El Mercurio (archivo)
SANTIAGO.- El candidato de La Fuerza de la Mayoría, Alejandro Guillier, anunció ayer lo que hace unos días sonaba fuerte al interior de su comando:
una reestructuración de su equipo con los ojos puestos en la segunda vuelta.
En medio del listado de nuevos integrantes que lo acompañarán en esta crucial fase, que incluye a la ex rectora
Roxana Pey y el presidente del Partido Socialista,
Álvaro Elizalde, como coordinador general, entre otros, estaba el nombre de
Yasna Provoste.
Provoste es la primera demócrata cristiana en sumarse al comando del senador, luego de que la carta de la falange, Carolina Goic, resultara en el quinto lugar en las últimas elecciones con el 5,9% de los votos.
La diputada llega a la campaña con una historia significativa, marcada por su destitución en el primer gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet y por formar parte de la conocida "disidencia" de la DC.
En 2008, cuando la profesora de Educación Física titulada de la Universidad de Playa Ancha ejercía como ministra de Educación, la entonces Alianza -hoy Chile Vamos- presentó una acusación constitucional en su contra por presuntas irregularidades en la cartera que lideraba, especialmente en la seremi Metropolitana bajo su mandato.
Eso le significó estar imposibilitada de ejercer cargos públicos durante cinco años, pero retornó en 2013 como diputada representando al distrito 6 correspondiente hasta ese entonces a Alto del Carmen, Caldera, Huasco, Freirina, Tierra Amarilla y Vallenar. Su retorno fue en sobresaliente, pues llegó al Congreso con la primera mayoría de su zona.
En su carrera como parlamentaria ha destacado por poner énfasis en los proyectos relativos a la educación y aquellos de índole minera que afectan a la zona que representa.
Finalizado su período en la Cámara Baja, la ex ministra apostó por ascender y ahora se convirtió en senadora por la región de Atacama, imponiéndose por sobre la carta de la Nueva Mayoría, el comunista Lautaro Carmona, lo que además le impidió a ese partido volver a tener un senador desde 1973.