SANTIAGO.- En una sala con dos figuras totémicas antropomorfas orientadas hacia el este, banderas, una trutruca y un penacho de plumas, se hallaba recluido el machi Celestino Córdova Tránsito (31) en la cárcel de Temuco hasta ayer.
En el espacio, designado especialmente para sentenciados mapuches, dos profesionales enviados por el departamento de Derechos Humanos del Colegio Médico de Chile conversaron con él -único condenado por la muerte del matrimonio Luchsinger-Mackay- el pasado 8 de abril. Hoy, Córdova se encuentra internado en el hospital de la ciudad debido a la huelga de hambre que inició el 13 de enero.
El lugar, detalla el informe enviado a la Comisión de Derechos Humanos y Pueblos Originarios de la Cámara de Diputados, era frío, pero limpio y ordenado.
El pasado martes, el machi, carpintero y agricultor anunció la radicalización de su protesta. Esto consistía en pasar de una dieta de infusiones de hierbas y agua, a una seca si no se le permitía salir de la cárcel para celebrar una ceremonia. La petición fue desestimada por el ministro de Justicia, Hernán Larraín, quien señaló que "no estamos en condiciones de negociar bajo presión".
"Entiende las consecuencias de sus actos"
Recostado en su cama y bajo una repisa con hierbas medicinales, Córdova afirmó tener hipertensión arterial crónica, hematura y haber recibido, hace cinco años, una bala en el tórax.
También, que a los ocho años supo que estaba llamado a ser un machi, pero que tuvo una "fuerte lucha interna", ya que "su sueño era convertirse en profesor".
En 85 días de huelga, la autoridad religiosa bajó 27 kilos. Dolores de cabeza, de huesos y dificultades para abrir los párpados, son algunos de los síntomas que manifestó tener. Otros: mareos, problemas para caminar, calambres generalizados, tristeza, desmotivación y despertar cada una hora.
De acuerdo a lo reportado por el médico cirujano y la psicóloga que accedieron al lugar, fue "amable y cooperador".
Mientras que, en cuanto a su juicio, señalaron que "comprende conductas, entiende consecuencias de sus actos y los asimila de manera adecuada. No hay psicosis. No hay ilusiones, no hay alucinaciones".
Diagnóstico
"He tenido muchos pensamientos, se me vienen a la cabeza ideas de que estoy teniendo desobediencia espiritual, por no renovar mi Rewe", contestó el machi sobre si, durante los últimos meses, ha estado preocupado sobre algo.
Incluso, aseguró, ha tenido "muchos pensamientos" que será castigado por esta desobediencia y negó la existencia de algún pensamiento suicida.
Basados en la evaluación, los profesionales diagnosticaron un trastorno por malnutrición y deshidratación moderadas debido a la huelga, además de trastornos de ánimo y alternación de la movilidad normal.
"Se refiere a disposición activa a llegar a las últimas consecuencias, incluida la muerte, de ser necesario. Indica que prefiere morirse en este proceso ahora, que “morirse por partes” al no poder desarrollar esta última etapa de su proceso curativo y renovación", detalló el equipo.
Dentro de las otras demandas del machi, explicó, se encuentra la restitución de tierras y absolución de los "hermanos perseguidos política y judicialmente por la causa mapuche".