SANTIAGO.- "La comuna de La Pintana, lamentablemente, recibió la pobreza de las otras comunas". Con estas palabras, la alcaldesa Claudia Pizarro decía al panel de Estado Nacional que su comuna "nació para ser olvidada y escondida", al término de una semana que la tuvo de protagonista: allí murió un cabo, baleado por una ametralladora, en un operativo contra el narcotráfico.
Pocos días antes, durante la Cuenta Pública del Presidente Sebastián Piñera, la comuna también concentraba atención gracias al anuncio de la construcción de la Línea 9 del Metro, que llegará, por primera vez, hasta La Pintana.
El proyecto se inscribe dentro de un plan que agregará 57 kilómetros a la red actual. "El 50% de la población de Santiago podrá caminar desde su hogar a una estación de Metro", dijo el Mandatario en su discurso.
Con el anuncio, La Pintana dejó de aparecer en la corta lista de comunas que no cuentan con estaciones, obras ni planes de Metro: La Pintana, Lo Barnechea y Lo Espejo. En las tres zonas viven más de 440 mil personas, que demoran más de una hora y media en llegar al centro, si toman Transantiago en horario punta.
Con 214 mil habitantes, la última CASEN mostró que el porcentaje de población en condiciones de pobreza alcanza un 13,86%, contra un promedio nacional de 11,7%. Según datos de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo, la comuna no cuenta con un Plan Regulador Comunal ni un Plan de Desarrollo Comunal (Pladeco), tampoco con consultorios urbanos ni rurales. Con 13 establecimientos educacionales, la cobertura en educación municipal alcanza un 9.93%.
Las razones detrás de la segregación
En conversación con Emol, el director de Espacio Público, Iván Poduje, asegura que La Pintana no es la única comuna que vive esta realidad. Menciona también La Granja y Lo Espejo, además de Cerro Navia, San Ramón, Pedro Aguirre Cerda y la parte poniente de Quilicura. Para explicar la existencia de estos sectores, alejados del centro económico de la ciudad y por ende de sus oportunidades, cita razones históricas.
"Algunas comunas crecieron en torno a tomas o a erradicaciones de terrenos, y con el tiempo se conformaron en municipios que repartían pobreza, porque no había ningún ingreso: las viviendas no pagan contribuciones y como son de bajo nivel socioeconómico, no llegan servicios, no hay patentes ni ingresos propios. Es imposible salir. Se reproduce la inequidad", dice.
"Los tiempos de viaje serán menores, la regularidad mayor y habrá certeza. También aumenta la seguridad en el entorno de las estaciones, lo que produce proyectos que busquen capitalizar ese beneficio"
Iván Poduje
La segregación, explica, se produce por cuatro razones: la homogeneidad del sector, en este caso en cuanto a la escasez de recursos; la exclusión o aislamiento de las oportunidades que ofrece la urbe; la carencia de servicios, áreas verdes o equipamientos; y el abandono de espacios públicos. "En la práctica, el Estado no está presente", señala.
Por eso, para el magíster en Desarrollo Urbano, los planes de extender la red de Metro hasta la comuna son positivos. "Mejorar la conectividad del transporte público es fundamental para ayudar a integrar a estos sectores con la ciudad formal y reducir su segregación", explica.
El panorama, a su juicio, cambiará significativamente. "Los tiempos de viaje serán menores, la regularidad mayor y habrá certeza. También aumenta la seguridad en el entorno de las estaciones, lo que genera proyectos que busquen capitalizar ese beneficio. Eso es muy importante para comunas que no reciben inversión", afirma.
Oportunidades acompañadas de programas
Para el decano de la Facultad de Aquitectura y Artes de la U. del Desarrollo, Pablo Allard, las oportunidades que ofrece la ciudad "no están igualmente accesibles para todos los ciudadanos".
A su juicio, para romper con esa segregación se requieren tres factores. Lo primero es "llevar a las personas lo más rápido posible al lugar donde estén las oportunidades". En segundo lugar, destaca la importancia de que "se lleven oportunidades a la periferia".
"Esos barrios no cuentan con servicios, comercio, equipamiento, por eso hay que llevar hacia allá los subcentros para que las personas que necesiten hacer trámites no tengan que viajar para poder tener acceso a esos bienes y servicios", explica.
Por último, señala que es imprescindible "generar programas que promuevan la inclusión y el mix social de distintos grupos socioeconómicos en los barrios" para romper con la homogeneidad.
Para las tres cosas, asegura que el Metro es una oportunidad. "Es lejos el modo de transporte más eficiente desde el punto de vista del número de pasajeros y esa masividad hace que no solamente la gente llegue más rápido, sino que genera oportunidades para que las mismas estaciones y sus entornos se conviertan en subcentros de servicios", expone.
"Van a aparecer todo tipo de servicios que, si vienen acompañados de programas públicos de cultura, salud y educación, obviamente comienzan a romper estas dinámicas de segregación", señala. Además, habla de lo que inmobiliarias generan alrededor del Metro, lo que permitiría que gente de mayores recursos se traslade a vivir a esos barrios, "rompiendo la homogeneidad".
Un "proyecto colectivo de ciudad"
En tanto, la académica de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la U. de Chile, Natalia Escudero, añade otro concepto: la sustentabilidad, asegurando que si la movilidad urbana se enfoca a ella "puede ser una herramienta de equidad que permita conectividad y accesibilidad a la ciudad", lo que puede disminuir la segregación.
Sin embargo, asegura que no es suficiente para alcanzar "una ciudad más equitativa y sustentable", propósito que se alinea con la adhesión de Chile al Acuerdo de París sobre el Cambio Climático en 2015.
"Se debe avanzar hacia un acceso equitativo a los servicios y equipamientos de la urbe, consolidar la participación ciudadana y desarrollar el vínculo social"
Natalia Escudero
Además, señala que "debería haber una voluntad política clara y firme" que se traduzca en la existencia de "coherencia entre planificación urbana y movilidad, con instrumentos replanteados y enfocados a estas variables".
Por último, la también doctora en Urbanismo Sustentable destaca la importancia de "tener claridad de que la ciudad sustentable se orienta a un proyecto colectivo de ciudad, en el cual se debe avanzar hacia un acceso equitativo a los servicios y equipamientos de la urbe". "Se debe consolidar la participación ciudadana y desarrollar el vínculo social", concluye.
Para llegar a un mejor escenario, menciona la importancia de "desarrollar una red de transporte público eficiente en base a autobuses o tranvías en vías exclusivas, y no sólo en base a la red de metro", que incluya "espacios públicos de buena calidad y una red de ciclovías seguras y continuas en la ciudad".