El presidente de la Conferencia Episcopal, Santiago Silva, junto al secretario general, Fernando Ramos.
Agencia Uno
SANTIAGO.- Este viernes, se dio término a la
asamblea plenaria extraordinaria del Episcopado en la que participaron todos los obispos del país en el balneario de Punta de Tralca, que comenzó el lunes de esta semana.
En ese contexto, el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Santiago Silva, dio a conocer las principales conclusiones a la que llegaron los presbíteros durante los encuentros, y sostuvo que "hemos fallado a nuestro deber de pastores al no escuchar, creer, atender o acompañar a las víctimas de graves pecados", perpetrados por personas ligadas a la institución eclesial.
Por ello, continuó, "le pedimos perdón a las víctimas y sobrevivientes", admitiendo que "a veces no reaccionamos a tiempo ante los dolorosos abusos sexuales y de poder".
"Nuestra faltas u omisiones han causado dolor y perplejidad. De ningún modo hemos querido causar ni agravar el daño producido, pero mirado en una perspectiva del tiempo, algunos de nosotros pudimos haber sido más activos", recalcó Silva.
El obispo leyó los detalles de las determinaciones que tomaron para prevenir casos de abusos al interior de la Iglesia y para fortalecer la cooperación con las investigaciones que realiza la fiscalía.
"Incluiremos un Anexo a las Líneas Guía "Cuidado y Esperanza", norma que rige a todas las diócesis del país, relativo a la plena voluntad de colaborar con el Ministerio Público en la entrega de los antecedentes sobre abuso sexual a menores de edad, resguardando los nombres de denunciantes y víctimas que expresamente soliciten reserva de su identidad", comentó Silva.
Según agregó, este texto se dará a conocer "apenas se formalice el acuerdo de colaboración con la Fiscalía Nacional que trabaja un equipo jurídico en representación de la Conferencia Episcopal de Chile".
Además, a contar de hoy, Silva aseguró que se dará a conocer públicamente "toda investigación previa sobre presunto abuso sexual de menores de edad realizada en nuestras jurisdicciones. Lo mismo solicitamos a los superiores de congregaciones religiosas".
Silva, que anunció a la abogada Ana María Celis como presidenta del Consejo Nacional de Prevención de Abusos y Acompañamiento de Víctimas, comentó que se aprobaron cinco nuevas atribuciones y competencias de ese organismo:
- Seguimiento a la implementación de las Líneas Guía "Cuidado y Esperanza" en las diócesis, tanto en la recepción de denuncias, el acompañamiento a víctimas, en las medidas de prevención y la adecuada formación de los agentes pastorales.
- Recabar información actualizada sobre la cantidad de investigaciones previas y procesos penales en curso en nuestro país.
- Creación del Departamento de Prevención de Abusos para ejecutar las orientaciones del Consejo Nacional, dirigido por Pilar Ramírez Rodríguez.
- Se faculta a dicho Departamento para recibir denuncias sobre abusos conforme la normativa canónica, facultad que no anula ni suprime las instancias propias de las diócesis e institutos de vida consagrada.
- En el sitio web del Consejo www.iglesia.cl/prevenirabusos se repondrán los nombres de clérigos con sentencias definitivas civiles y canónicas por abuso de menores de edad.
Compromisos
Seguido de ello, Silva enumeró cinco compromisos a los que llegaron los obispos durante este tiempo de análisis, en donde se destacan el acuerdo de "incrementar nuestra disponibilidad para encontrarnos personalmente, cada obispo, con víctimas de abusos cometidos por clérigos".
También el abispo señaló que "nos comprometemos a eleborar e implementar un protocolo de buen trato que buscará fomentar relaciones basadas en el respeto por la dignidad de la persona, en ambientes parroquiales, comunitarios y educativos, especialmente dirigidos a quienes ejercen cargos de autoridad, responsabilidades directivas y a quienes atiendan a personas".
"Asimismo, elaboraremos un código de comportamiento para los ministros ordenados. Ambos instrumentos se darán a conocer en abril de 2019", agregó.
Por último, concluyó, "nos comprometemos a hacer una mirada autocrítica de los aspectos estructurales de nuestra diócesis que permitieron la ocurrencia y perpetuación del abuso en la Iglesia para que estos hecho nunca más se vuelvan a repetir".