SANTIAGO.- El obispo emérito de Osorno,
Juan Barros, llegó esta tarde hasta la sede de la Brigada de Delitos Sexuales (Brisaxme) de la PDI para declarar en calidad de imputado ante el fiscal sur Guillermo Adasme.
Esto en el marco del caso Quiroz.
El cuestionado sacerdote está siendo investigado por el presunto delito de encubrimiento por los supuestos abusos sexuales cometidos por el ex capellán del obispado castrense Pedro Quiroz. Barros fue nombrado el año 2004 como obispo de dicha diócesis, cargo que desempeñó hasta el año 2015 cuando fue derivado a Osorno.
Según un comunicado del la diócesis castrense, el caso de Quiroz se conoció en julio de este año, a través de la oficina de escuchas instruida por el obispo de Malta, Charles Scicluna. Allí se recibió una acusación por abuso sexual en contra de un menor de edad ocurrida en 1977.
Otro religioso investigado por esta causa -liderada por el persecutor Raúl Guzmán- es el ex vicario de la solidaridad, Cristián Precht, quien también es acusado por un presunto encubrimiento. Paralelamente, el presbítero es investigado en el marco del caso Maristas, por eventuales vejámenes perpetrados al interior de colegios pertenecientes a dicha congregación.
Barros, quien fue discípulo del ex párroco de El Bosque Fernando Karadima, también ha sido apuntado por las víctimas de este último como encubridor de los abusos del sacerdote condenado por el Vaticano a una vida de oración y penitencia.
Lo anterior produjo el descontento social al interior de la diócesis de Osorno cuando el año 2015 el Papa Francisco lo nombró obispo por la zona. De hecho, la visita del Sumo Pontífice en enero de este año a Chile fue opacada por la presencia de Barros en las actividades papales, lo que derivó en duras críticas al Santo Padre.
A raíz de eso, los enviados especiales de Francisco -Scicluna y el sacerdote español Jordi Bertomeu- llegaron a Chile en dos ocasiones. Dentro de sus funciones, era investigar el supuesto silencio de Barros. Finalmente, el 8 de julio, la máxima autoridad de la Iglesia aceptó la renuncia del obispo de Osorno, luego de que todos sus pares del país presentaran sus dimisiones en una visita a Roma en mayo.
