SANTIAGO-. En 14 días, la Fiscalía Metropolitana Sur ha concretado en tres oportunidades una diligencia que apunta a investigar los presuntos abusos sexuales que habría cometido el ex capellán de la FACh de Iquique, Pedro Quiroz Fernández.
A fines de agosto, el sacerdote Cristián Precht Bañados llegó hasta la Brigada de Delitos Sexuales y de Menores de la Policía de Investigaciones (PDI) para declarar en calidad de imputado por un presunto encubrimiento en el caso. El 6 de septiembre lo hizo bajo el mismo contexto, el obispo emérito de Osorno, Juan Barros; y hoy, el monseñor Pablo Lizama Riquelme.
Esta última a cargo del fiscal metripolitano sur, Raúl Guzmán, y el persecutor adjunto, Guillermo Adasme.
Los últimos dos requeridos ocuparon el cargo de obispo castrense: Lizama entre 1994 y 2004, mientras que Barros, quien ha sido señalado como encubridor de los abusos por los que fue condenado eclesiásticamente Fernando Karadima, lo hizo entre 2004 y 2015.
En tanto, Precht, quien cumplió una condena eclesiástica por "conductas abusivas" y hoy está siendo investigado en el marco del caso Maristas, fue citado por el Ministerio Público por su eventual conocimiento del hecho, ya que durante los años 2000 y 2009 ejerció como Vicario de la Zona Sur.
Según un comunicado de dicha diócesis, el caso de Quiroz se conoció en julio de este año, a través de la oficina de escuchas instruida por el obispo de Malta, Charles Scicluna. Allí se recibió una acusación por abuso sexual en contra de un menor de edad ocurrida en 1977, iniciando una investigación en su contra el pasado 8 de agosto.
"El sacerdote ya había sido investigado por la Congregación para la Doctrina de la Fe por dos denuncias por abuso sexual de menores a mediados del año 2000, sin que se pudieran obtener las declaraciones necesarias de las víctimas para llegar a determinar responsabilidades", indicaron.
