Especies incautadas tras la detención.
Fiscalía Oriente.
SANTIAGO.- A una pena que bordea los 13 años de presidio fue condenado Víctor Arzola Briceño (20), quien delinquía en el sector oriente de la capital mediante el método de "motochorro".
Así lo confirmó la Corte de Apelaciones de Santiago respecto a la resolución del 3° Tribunal Oral en lo Penal que condenó al joven a una pena de 10 años y un día por tres delitos de robos, más una pena de 541 días por ocultar patente y otra de 541 días por robar especies desde un vehículo.
Durante el juicio oral, se pudo acreditar que tanto el Arzola, como un menor de edad -condenado a tres años y un día en juicio abreviado- utilizaban una moto para realizar una serie de asaltos en las comunas de Las Condes y Vitacura.
El primero de los hechos ocurrió el 12 de mayo de 2017, en Vespucio Norte, ocasión en la que abordaron con un arma a dos adolescentes para robarles sus celulares.
Los otros delitos ocurrieron el día 14 de mayo, cuando el imputado conducía el vehículo y el otro implicado se encargó de intimidar a una víctima en calle Los Abetos, llevándose su teléfono. En la misma cuadra atacaron a un ciudadano haitiano, quien había intentado auxiliar al vecino. Todos los delitos se registraron después de las 21:00.
Tras la resolución del tribunal, el fiscal Carlos Lopez (s) de la Fiscalía de Las Condes, aseguró que “se trataba de una banda que utilizaba una moto y cascos negros. Logramos relacionar los casos ocurridos en la zona y así obteniendo una alta pena de cumplimiento efectivo, la que fue confirmada por la Corte de Apelaciones”.
Además, destacó la participación que tuvieron las víctimas que acudieron a juicio oral y denunciaron los robos recién ocurridos, por lo que ambos imputados fueron detenidos en flagrancia mientras cometían un nuevo ilícito.
"Fue un trabajo de equipo donde fue relevante el apoyo de la Unidad de Atención a Víctimas, logrando incluso que testigos que habían dejado Santiago concurrieran al juicio con los resguardos pertinentes”, añadió el persecutor Oriente.
El juicio también contó con un traductor, quien permitió entregar a los magistrados del tribunal el testimonio del extranjero.
