SANTIAGO.- Setenta y cinco copias de la réplica a la contrademanda boliviana por el uso de las aguas del río Silala entregó ayer Ximena Fuentes, la agente de Chile ante a Corte Internacional de Justicia. Se cumplía así con el plazo y el protocolo establecido por dicho tribunal con sede en La Haya, Holanda.
Una vez realizado el trámite, la abogada no escondió su confianza de cara a la fase final del juicio entre ambos países, destacando el giro argumentativo que realizó La Paz y que según el equipo jurídico nacional redujo notablemente las opciones del país vecino.
"Es muy interesante que autoridades bolivianas hacen esta distinción entre lo que sería el flujo natural del Silala y el flujo superficial, porque
ello implica un reconocimiento que nos tiene bastante contentos de que por lo menos hay un flujo natural que lo hace un curso de agua internacional y sobre el cual los dos Estados tendrían derecho", explicó.
A la misma hora, en Santiago, el ministro de RR.EE., Roberto Ampuero, también subrayó el cambio de discurso evidenciado por los bolivianos, el cual constituye "un giro que fortalece aún más la posición de nuestro país. Ahora Bolivia ha planteado en términos públicos que reconoce que nuestro río Silala, que compartimos, fluye naturalmente hacia Chile".
Sin embargo, ni la jurista ni el secretario de Estado mencionaron en particular cuál fue ese "giro" que sustenta sus altas expectativas ni cuándo ocurrió. De acuerdo a fuentes de cancillería, ese hecho se dio el 31 de agosto de 2018, ocasión en la que el Presidente de Bolivia, Evo Morales, presentó la contramemoria y su contrademanda ante La Haya.
El detalle del giro
Para entender el cambio, hay que remontarse a marzo de 2016, cuando el líder boliviano anunció que demandaría a Chile por el Silala, argumentando que sus aguas eran desviadas en su totalidad hacia nuestro país. "El único flujo existente es el producido por canales construidos por la empresa chilena a principios del siglo XIX", dijo en esa oportunidad.
Asimismo, subrayó que "solo gracias a obras de ingeniería es posible que las aguas fluyan hacia Chile", junto con advertir que Bolivia reclamaría los "derechos exclusivos", o sea, el control de la totalidad de las aguas del Silala. "El derecho internacional reconoce los derechos exclusivos sobre aguas nacionales tales como el Silala", reclamó.
"El derecho internacional reconoce los derechos exclusivos sobre aguas nacionales tales como el Silala. Por el principio de soberanía permanente los Estados sobre sus recursos naturales"
Evo Morales en marzo de 2016
Sin embargo, dos años después, al presentar la contrademanda, el propio Morales dio un vuelco y reconoció que sí existe un flujo del Silala que cruza de manera natural la frontera hacia Chile. Es decir, si bien mantuvo su reclamo de que existe un desvío artificial de aguas, este supuesto desvío
sería sólo una parte de lo que llega hacia Chile.
En esa ocasión, señaló que sólo un "caudal considerable de las aguas del Silala fluye artificialmente hacia territorio chileno" y recalcó que "el derecho internacional aplicable al uso de estas aguas no es uniforme ni definitivo y distingue los flujos artificiales, los flujos naturales a los efectos de su uso equitativo y razonable".
En ese sentido, acotó la posición de Bolivia ante La Haya, ya que no reclama por el "derecho exclusivo" del caudal del Silala, sino que pide a la Corte que establezca que Bolivia "tiene soberanía sobre el flujo artificial de las aguas del Silala" y no sobre el río completo.
"Bolivia tiene soberanía sobre el flujo artificial de las aguas del Silala que ha sido diseñado, mejorado o producido en su territorio y Chile no tiene derecho a ese flujo artificial"
El propio líder boliviano en 2018
El cambio de estrategia del Mandatario no es nuevo. El primero ocurrió en 1999, cuando por primera vez señaló que el Silala no era un río internacional, pues no cruzaba la frontera de manera natural, sino que había sido desviado artificialmente, pese a que por más de cien años, Bolivia había reconocido que cruzaba hacia Chile de manera natural.
En su demanda, Chile asegura que no existe un desvío artificial y que el 100% de las aguas del Silala cruzan la frontera naturalmente, producto de la ley de gravedad y de la inclinación natural del terreno de 46 metros entre el punto en que el Silala nace y el lugar en que cruza la frontera.