CÚCUTA.- A las 14:30 horas (16:30 en Chile) de ayer el Presidente Sebastián Piñera dejó Colombia para emprender un vuelo de retorno hacia Santiago tras un breve, intenso y también accidentado paso por Cúcuta, ciudad fronteriza con Venezuela.
El Mandatario llegó el viernes directo a encontrarse con su par colombiano Iván Duque con quien coordinó el envió de la ayuda humanitaria al país vecino y también la llegada del Presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, quien pese al riesgo de no poder regresar a su país natal, arribó a Cúcuta para participar esa misma tarde del concierto Venezuela Aid Live y ayer de la partida de 14 camiones cargados con 280 toneladas con víveres.
De todos modos la llegada del Presidente Piñera a suelo colombiano no estuvo exenta de tropiezos. Ya que cuando el avión presidencial (Boeing 737) hizo escala en Iquique para cargar combustible, la FACh determinó que no podría despegar según lo programado debido a una falla eléctrica. Debido a eso el Mandatario y su comitiva, incluyendo el canciller Roberto Ampuero, debieron abordar de emergencia la aeronave G IV para alcanzar a cumplir con toda su agenda en Colombia. Mientras que la prensa chilena acreditada debió esperar durante siete horas en la Base Aérea Los Cóndores de la ciudad nortina para el nuevo despegue.
Ya en Cúcuta Piñera fue reconocido por Duque por su "liderazgo" regional en medio de la crisis y el propio jefe de Estado chileno aseguró que "la dictadura" de Nicolás Maduro "tiene sus días contados".
La ciudad colombiana se encuentra absolutamente enfocada al conflicto y si bien sus vecinos reconocen que siempre han sido un país hermano y esperan que la situación tenga una pronta solución, también admiten algunos inconvenientes en su día a día. Esto a causa de que millones de venezolanos han llegado hasta allá en situación de pobreza debiendo ser recibidos en el mejor de los casos por la Iglesia Católica que les ofrece una residencia de paso o de lo contrario pernoctar en campamentos improvisados con todo lo que implica habitar las calles noche y día. Además, aseguran, ha aumentado el desempleo ya que no hay trabajo para los migrantes y, por otro lado, quienes antes eran sus principales compradores, ahora con mucha suerte solo tienen dinero para sobrevivir.
Es en ese contexto es en el que ayer Piñera, junto a los otros representantes internacionales incluyendo Guaidó, estuvieron desde primera hora de la mañana en el centro de acopio habilitado próximo al Puente Tienditas.
Allí dieron la partida a los camiones, momento que incluyó bocinazos de los conductores de los vehículos de carga, venezolanos con rosas blancas en sus manos como símbolo de paz y a Guaidó arriba de un camión saludando a los presentes para despedir la ayuda humanitaria. Todo eso haciendo un especial llamado a Maduro para que permitiera su paso a través de los puntos fronterizos.
El Presidente monitoreó el avance de los 14 vehículos y estuvo con Guaidó cuando algunos policías, militares y miembros de la guardia nacional, anunciaron que desertaban al régimen y ofrecían obediencia y respeto al líder de la Asamblea Nacional de Caracas.
Más tarde y considerando una agenda que se iba abriendo minuto a minuto según cómo se diera el trayecto de la ayuda y la disposición de Maduro para recibirla, el último punto de prensa -que se armó rápidamente por la delegación de La Moneda a metros donde está bloqueado el paso en el lado de Venezuela- el Presidente Piñera ofreció su última conferencia de prensa ante los medios chilenos.
Ahí reconoció y lamentó que no toda la ayuda humanitaria pudiera llegar a manos de los venezolanos, esto considerando que dos camiones fueron quemados en el paso fronterizo de Umaña donde ocurrieron graves incidentes entre las Fuerzas Armadas y civiles. Otros vehículos en tanto tuvieron que entregar su carga a los venezolanos para que ellos pasaran cada caja a través de una cadena humana. Mientras que Maduro anunció el quiebre de las relaciones diplomáticas con Colombia.
