SANTIAGO.- "No estaba de acuerdo con la ley de cuotas, pero me convenció de manera temporal". Fue una de las primeras declaraciones de la ministra de la Mujer y la Equidad de Género, Isabel Plá, cuando comenzaba su labor en marzo de 2018. Había sido concejala de la UDI por Peñalolén y tenía un activo rol en la Fundación Avanza Chile, pero en ese minuto se le conocía poco.
Se decía que en su paso por el Concejo Municipal había trabajado en las temáticas relativas a la violencia de género, pero más allá de eso no había expectativas, dentro de los círculos feministas, con respecto a su rol. "Era una de las más desconocidas del gabinete, aunque algunas feministas históricas, como Kena Lorenzini, le pusieron sus fichas”, recuerda la analista política y académica de la U. de Valparaíso, Javiera Arce.
"Había un tema con que fuera de la UDI", rememora por su parte Mireya Dávila, académica del Instituto de Asuntos Públicos de la U. de Chile. "Es muy difícil para un gobierno de derecha, siendo la ministra una militante de la UDI, mantenerse en una línea que evite que las mujeres se le vayan en contra", añade.
Pero pronto, apenas dos meses después de su entrada al ministerio, explotó el movimiento feminista en las universidades y la calle. "Muchas pensaron 'ojalá que nos sorprenda', y efectivamente resultó ser muy inteligente. Se posicionó inmediatamente", señala Arce. Dávila, por su parte, asegura que su "buena entrada" se debió a algunas "declaraciones precisas".
Una de ellas ocurrió específicamente el 17 de mayo, después de que el entonces ministro de Educación, Gerardo Varela, se refiriera a conductas de acoso denunciadas por el movimiento como "pequeñas humillaciones". "Las humillaciones no son pequeñas ni grandes: son humillaciones, y todas lesionan la dignidad", afirmó Plá.
Pero el camino no ha estado libre de tropiezos para la ministra Plá. Esta semana, en la previa al Día Internacional de la Mujer, ha sido criticada por el movimiento feminista y se encuentra en total oposición a la masiva convocatoria a huelga convocada para este viernes.
La agenda de Plá
Adicional a su desenvolvimiento en medio de la ola feminista, que las analistas califican como positivo debido a su experiencia política como militante y su habilidad comunicacional, la ministra comenzó a impulsar su propia agenda de género.
A fines de marzo se reunió con la madre de Antonia Garros, la joven que se suicidó tras una pelea con su pololo y condenó con fuerza la violencia en cualquier relación amorosa, algo contra lo que ha luchado durante todo su tiempo en el ministerio. De hecho, el listado oficial de femicidios del ministerio incluye algunos casos que la ley no califica como tales, por la ausencia de convivencia o vínculo legal. "La inducción al suicidio en el pololeo será delito", dijo aquella vez.
La violencia de género ha sido uno de sus temas principales, incluso lanzando junto al Presidente Sebastián Piñera la campaña "No lo dejes pasar", para fomentar las denuncias en torno al tema. Otras de sus prioridades son el proyecto de "Sala Cuna universal", la reforma a la adaptabilidad laboral y el pilar femenino en la reforma a las pensiones.
"La ministra Plá está enfocada en que seamos iguales a los hombres, que entremos al mercado del trabajo y que no nos peguen. Desde mi punto de vista, reducir el problema de género a estas problemáticas es de una escasez conceptual y política tremendas"
Javiera Arce
"La ministra Plá está enfocada en que seamos iguales a los hombres, que entremos al mercado del trabajo y que no nos peguen. Desde mi punto de vista, reducir el problema de género a estas problemáticas es de una escasez conceptual y política tremendas, porque deja fuera elementos como las mujeres en política, los derechos sexuales y reproductivos, las carreras y trayectorias académicas, el impacto de la educación sexista en las mujeres", comenta Arce.
La cientista política apunta a algo que ha sido motivo de conversación dentro de los círculos feministas y que la propia ministra mencionó esta semana: la diferencia ideológica entre las aproximaciones al feminismo que entrega el domicilio político. Una de las principales demandas del movimiento, por ejemplo, es el aborto libre, seguro y gratuito, algo a lo que la ministra, como todo su bloque político, se opone.
Hasta ahora ha sabido sortear esas diferencias de manera hábil. Por ejemplo, la ley de aborto en tres causales tuvo un nuevo paso por el Tribunal Constitucional y la ministra defendió la aplicación de la ley. "Hubo otros ministros que tuvieron muchos problemas por el tema", recuerda Dávila, en referencia a Emilio Santelices y el cuestionado reglamento de la ley. Plá se mantuvo al margen y siempre dejó ese tópico en la cancha de Salud.
"Efectivamente hay un sesgo ideológico, porque su agenda termina siendo una focalización completa para un solo tipo de mujer: la mujer heterosexual, ojalá madre de hijos. No hay una intención de avanzar hacia otros tipos de mujeres, y ahí es donde se entrecruza un problema grave. Por ejemplo anuncia 'Sala Cuna universal', pero eso no aplica a las estudiantes, lo que me parece grave", dice Arce.
La polémica por la huelga
En septiembre pasado la encuesta Cadem entregó un resultado que sorprendió a muchos: con cinco puntos más que el ministro Roberto Ampuero, Plá alcanzaba una aprobación de un 74% con apenas un 18% de desaprobación. Así, pasó a ocupar el puesto de la mejor evaluada del gabinete.
Y era reconocida por un amplio sector, debido en parte a declaraciones como esta: "La Presidenta Bachelet es la mujer más importante en la historia de Chile", emitida en julio. Pero a fines de la semana pasada, otras de sus palabras no cayeron tan bien en el movimiento feminista.
"Queremos en este Día de la Mujer conmemorar una fecha importante y también dolorosa, porque marca hechos que fueron de sangre y de dolor, que afectaron a las mujeres, pero lo que queremos, en el fondo, es derribar las barreras para que todas las mujeres tengan la oportunidad de participar del progreso y de mostrar cómo movilizan al mundo y cómo movilizan a Chile. En ese objetivo, nos parece que una paralización apunta en el sentido contrario", afirmó a T13 Radio.
Se refería al masivo llamado a huelga general feminista convocado por la Coordinadora 8M, que busca evidenciar la importancia del trabajo femenino en el país, incluyendo el no remunerado. Con respecto a quienes llaman a la movilización, fue más dura: "Pareciera que es un espacio de articulación de un sector de la oposición frente al Gobierno del Presidente Piñera, con una agenda política dentro de la cual vienen los temas de equidad de género, pero (...) que excede los temas de la mujer".
Sus palabras fueron ampliamente criticadas por agentes del movimiento e incluso por parlamentarias que adhieren al llamado, como la diputada Camila Vallejo, que la llamó a sumarse a la huelga y a apoyar "los temas de fondo". Incluso la contradijo la presidenta de la UDI, Jacqueline Van Rysselberghe, que se ha enfrentado al movimiento en múltiples ocasiones. "Esas banderas no son de izquierda, son de las mujeres y las mujeres estamos en todos lados", dijo.
"Cuando leí eso, me pareció que Van Rysselberghe lo entendió y Plá no, y eso es raro. Ella tiene que conectarse más con las demandas de las mujeres y matizar un poco más. Está bien que no esté a favor de la huelga, pero de ahí a deslegitimar a las mujeres es un cambio profundo en el relato que traía", dice Arce.
"Ella estaba en la cresta de la ola, perfilándose como una agente política importante, emplazando a otros ministros como Varela y haciendo un montón de cosas interesantes, se logró meter mucho, pero ha ido de menos, a más, a menos. Esa es la ruta que ha tenido”, reflexiona.
Dávila todavía cree que Plá puede remontar. "Estas declaraciones son complejas y son un flanco que se abrió sola, pero tiendo a pensar que ella se maneja bien, y no creo que sea un punto que se le venga encima", concluye.