SANTIAGO.- La tarde del 8 de marzo, eran tantas las mujeres que se aglomeraban en Plaza Italia que casi no había espacio entre ellas. Otras avanzaban a paso lento por la Alameda, en una columna que medía más de tres kilómetros, entonando consignas.
Las estimaciones no han sido consensuadas. Intendencia cifró la cantidad de asistentes en al menos 190 mil personas, las organizadoras apuestan a que hubo cerca de 400 mil, algunos especialistas en cálculo de concurrencia a manifestaciones masivas entregan, como número conservador, 264 mil. En lo que sí hubo consenso fue en un adjetivo, usado por medios, activistas y políticos: históricas.
Hoy, cuando se cumple un mes de esa tarde, ya hay cambios concretos en materia de género que las mismas mujeres que se movilizaron han calificado como avances.
Hitos urbanos como el renombramiento de plazas y edificios, acuerdos de equidad en la academia y protocolos ante acoso sexual en las Fuerzas Armadas son algunos de los cambios positivos, aunque el más reciente y uno de los más aplaudidos por las organizaciones feministas fue la aprobación del proyecto de ley que sanciona el acoso sexual en espacios públicos, que fue votado con unanimidad en la Cámara de Diputados el pasado miércoles.
La iniciativa, que sanciona la captación y/o difusión de imágenes de genitales o partes íntimas, el abuso sexual contra mayores de 14 años y el acoso sexual en lugares públicos quedó lista para su promulgación tras cinco años de tramitación. "Desde hoy podremos convertirnos en un país más respetuoso y seguro para las niñas y mujeres", dijo la ministra de la Mujer y la Equidad de Género, Isabel Plá.
Protocolos y acuerdos
Apenas cuatro días después de la movilización, el primero de esa seguidilla de cambios que vinieron después de la marcha se concretó en el edificio de la Escuela Militar del Libertador Bernardo O'Higgins, ante un auditorio lleno de mujeres pertenecientes a todas las ramas de las Fuerzas Armadas.
Con presencia del ministro de Defensa, Alberto Espina, se firmó un protocolo conjunto de denuncias de acoso sexual o laboral en las FF.AA., en el marco de un convenio de colaboración con el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género. El documento tiene como objetivo "establecer un procedimiento de actuación" ante denuncias que resguarde "el derecho, la integridad y dignidad" de quienes se vean involucradas en situaciones de acoso o abuso.
"Las mujeres en las FF.AA. piden algo simple, pero muy de fondo: que sean tratadas con respeto, como corresponde al mérito de su carrera, y que tengan todas las alternativas abiertas para desarrollarse profesionalmente. Eso es fundamental que siempre lo sigamos perfeccionando", afirmó el ministro.
No fue el único documento con temática de género que llamó la atención. El segundo fue una iniciativa del Ministerio de Educación: una propuesta de acuerdo para promover la equidad en las instituciones de educación superior, elaborado tras una serie de reuniones con un consejo asesor. Todas las universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica podrán suscribir a él.
Entre sus medidas incluye un 40% de mujeres en la conformación del órgano superior de cada establecimiento y el requisito de al menos una candidata mujer en las ternas de elección de rectores. Aunque se trata de un avance, ha sido objeto de críticas por parte de las universidades estatales, por considerar que hace oídos sordos al "carácter estructural y relacional de la desigualdad de género".
Plazoletas y edificios
El martes 26 de marzo, un género negro cubría una estructura de tres metros de alto que se adivinaba de color cobrizo a la salida del metro Hospitales, en la comuna de Independencia. Cerca de las 11 de la mañana, el alcalde Gonzalo Durán y el rector de la U. de Chile, Ennio Vivaldi, la descubrieron: era un tótem con la cara de Eloísa Díaz, la primera mujer en titularse como médica en Chile y América Latina.
Su nombre había resonado en ese sector desde comienzos de enero, cuando la casa de estudios lideró una fuerte campaña para solicitar a Metro que renombrara la estación de la Línea 3, en ese momento próxima a su inauguración, en honor a ella. "La historia se cambia con actos que en su momento parecen pequeños, pero que finalmente trascienden a las personas y a las instituciones", afirmó el rector de la institución.
Aunque la propuesta fue rechazada y Metro no ha vuelto a referirse a la petición, el tema no parece estar cerrado: tras rebautizar el Campus Norte con su nombre pocas semanas antes, ese martes la municipalidad y la universidad inauguraron la Plazoleta Dra. Eloísa Díaz, a la salida del Metro y frente al recinto universitario.
Al día siguiente, en otro campus de la U. de Chile, el nombre de otra mujer fue el que hizo noticia: Justicia Espada Acuña Mena, la primera mujer en titularse como ingeniera en Chile y Sudamérica en 1919. En su honor, y gracias a una solicitud de los propios estudiantes, el edificio principal de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas adoptó su nombre.
Más mujeres en directorios
"Cuando nos dicen que no hay mujeres disponibles, nosotros estamos poniendo las condiciones para responder que sí las hay y que reúnen las condiciones que ustedes están exigiendo y van a ser un aporte muy relevante", fueron las palabras de la ministra Plá, a días de dar a conocer una ambiciosa lista en la que trabajaron por meses junto a 14 empresas de headhunting y organizaciones de la sociedad civil.
El objetivo fue elaborar un registro de mujeres para ser consideradas a la hora de nombrar directorios en las empresas privadas, donde el género representa cerca del 7% del total. En las empresas públicas, en sintonía con una meta autoimpuesta por el gobierno de Michelle Bachelet y ratificada por el de Sebastián Piñera, la cifra aumenta a 42%.
El 29 de marzo, la cartera dio a conocer el listado de nombres, que finalmente reunió a más de 130 mujeres pertenecientes a organizaciones como RedMAD, International Women's Forum, Hay Mujeres, Comunidad Mujer y diferentes planteles universitarios.
Entre las que figuran en la lista se cuenta a la ex ministra de Energía y Minería, Karen Poniachik; a la empresaria y primera mujer vicepresidenta de la Sofofa, Janet Awad; la dirigenta gremial Alejandra Mustakis y la ex directora de Paz Ciudadana, Catalina Mertz.
Los puntos en contra
Pero no todo ha sido avances. Con un 54% de lo que fue calificado como una "histórica votación", el Instituto Nacional rechazó el 29 de marzo la opción de convertirse en un colegio mixto, eligiendo quedarse como un establecimiento exclusivo para hombres.
"Los profesores y los estudiantes (votaron) por transformarlo en mixto, pero los otros estamentos —directivos, asistentes de la educación— optaron por mantenerlo como un colegio monogenérico", informó el alcalde Felipe Alessandri.
Así, el instituto optó por mantener una de las características que lo ha definido durante sus 205 años de existencia, y que lo hace parte del 2,2% de colegios del país cuya matrícula está reservada exclusivamente al género masculino.
También se han registrado dos femicidios, el primero ocurrido el mismo 8 de marzo, horas antes de que comenzara la multitudinaria marcha. Natividad Barcaza Faúndez, de 45 años de edad, recibió un disparo en la vía pública en Recoleta, cuando volvía de hacer compras. Su hija fue testigo del crimen y el hombre que identificó, Luis Torres, era cónyuge de la víctima. Tras huir del lugar, fue encontrado muerto producto de un ahorcamiento en la comuna de Padre Hurtado.
Luego, el 23 de marzo, Marta Norambuena Cárdenas falleció tras recibir al menos seis puñaladas en la zona cervical y el tórax. Quien denunció fue su esposo, que fue detenido aunque no se encontraron elementos vinculantes con el crimen que lo califiquen como un femicidio. Sin embargo, el Sernam del Biobío confirmó que existían denuncias de maltrato en el matrimonio.