SANTIAGO.- Uno de los funerales más largos en Conchalí tuvo un joven de 19 años que fue baleado el domingo pasado frente a la puerta de su casa y quien después de tres días de fuegos artificiales y disparos, incluso de metralletas, fue sepultado. El homenaje al estilo narco incluyó que el cortejo fúnebre llegara hasta Chillán, donde el féretro ingresó al patio de la cárcel de dicha ciudad donde la madre de la víctima está detenida desde febrero por tráfico de drogas. Las características de este
funeral narco revelaron la debilidad de la seguridad pública, según señaló la subsecretaria de Prevención del Delito, Katherine Martorell, quien sostuvo que "
lo peor que hemos visto en estos días es esa sensación de impunidad, que como Estado no podemos permitir que se trasmita a la comunidad".