"Onda expansiva" que recuerda al 27F: Las sensaciones en las calles de Talcahuano y Concepción tras paso de tromba

CONCEPCIÓN.- El bus que paró en el andén número 43 del terminal Alameda Sur, de Santiago, fue el abordado por Javier Peñaloza (32), pasada ya las 23.00 horas del viernes. El letrero luminoso de la máquina indicaba su dirección: Talcahuano. En el asiento diez, y ya el motor del vehículo encendido, el hombre aclaró que decidió viajar esa misma tarde cuando se enteró de que una tromba afectó la casa de su hermana, ubicada en el sector de Jaime Repullo. "Le voló el techo" comentó entre risas nerviosas, "pero ella está bien" ¿Sus hijos? "También".

El fenómeno meteorológico no solo significó, según los registros preliminares de las intendencia del Biobío, más de 300 viviendas afectadas entre Talcahuano y Concepción, dos edificios prácticamente destruidos, un centro comercial y un casino con graves daños, varios heridos y una mujer fallecida -Eddy Maldonado, de 62 años, también residente en Jaime Rapullo- sino que además dejó una extraña sensación en la zona: el impacto de un evento nuevo, extraño, sorprendente, que Peñaloza y algunos residente de dichas comunas nunca habían experimentado, ni escuchado de que haya ocurrido en el sector.

Fue así que el no saber cómo reaccionar consternó a muchos, al punto de asegurar que un terremoto los asustaría menos, recordando lo sucedido hace ya 9 años atrás, cuando ahí mismo se vivieron las peores consecuencias del movimiento telúrico que azotó al país en febrero de 2010.

"Nos acordamos al tiro del terremoto, y sí, el terremoto fue más fuerte y causó mas destrucción, pero muchos de mis amigos dicen que esto le da más miedo. Arrasa con todo al tiro. Nos estamos acostumbrados a esas cosas aquí", relató Víctor Soto, taxista del sector, quien aunque no haya estado en los lugares mayormente afectado en la tarde del lunes, cuando ocurrió el hecho, afirmó que sintió el efecto "psicológico" y que incluso colegas suyos le mandaban mensajes preguntando "si es que estaba vivo".

Y es que si bien los efectos de la tromba perjudicaron más a unos que a otros, el desorden social que vino inmediatamente después lo palparon todos, con calles, según relatan los mismos vecinos, colapsadas de automóviles y gente visiblemente nerviosa caminando sin rumbo aparente.

Algunos reconocen que los recuerdos de los desordenes y episodios delictuales tras el 27F fueron inevitables, por eso agradecen el importante despliegue policial que instruyeron las autoridades en los lugares de mayor riesgo, como Jaime Repullo, Cruz del Sur o Brisas del Sol, en Talcahuano, donde no es extraño ver casas sin techo, autos dañados, árboles caídos y familias enteras trabajando sin suministro eléctrico -que actualmente afecta a más de cuatro mil clientes- en intentar reparar las filtraciones en sus viviendas, temerosos a que la lluvia retome su fuerza.

De hecho, según afirmó el gobernador de la provincia de Concepción, Robert Contreras, "no hay novedad respecto a materias de seguridad (...). El trabajo ha dado resultados puesto que no tenemos ningún antecedente de robos o asalto en los hogares de las personas afectadas". Incluso, en los sectores con mayor perjuicio, se decidió cortar el tránsito vehicular, solo permitiendo el acceso de los residentes para resguardar la seguridad, aunque también con la idea de evitar el llamado "turismo de catastrófe": aquellas personas que se acercan a esos lugares con el solo fin de captar imágenes, lo que, según Contreras, entorpece el trabajo de los organismos de emergencia.

"Alto despliegue policial", destacó el dueño de una casa en la esquina de calle Uno con Vasco Nuñez Balboa, frente al condominio con dos edificios de seis pisos en su interior en los cuales no se salvó prácticamente ningún departamento de sufrir daños, en medio del sector de Brisas del Sol.

Aquel hombre, quien prefirió no revelar su nombre, pidió "urgente ayuda", mientras observaba desde la vereda su casa amarilla con la mitad del tejado y ventanas reventadas. "Hay lluvia, hay que taponear y cerrar ya". Por fortuna, dice, un vecino le prestó una lona para cubrir el techo faltante, y es que la ayuda entre los miembros de la comunidad es visible, lo que mantiene a los residentes animados. Quienes cooperan con esto son los efectivos de la Armada y voluntarios de Bomberos que se encuentran colaborando principalmente con labores de limpieza y reducción de escombros.

Un par de cuadras al interior de Calle Uno se encuentra la vivienda del profesor Andrés Velásquez, también altamente perjudicada. "Está todo prácticamente abajo, el tornado pasó por el medio de aquí del barrio, y como puede observar acá echó todo abajo", cuenta, dándose una pausa mientras intentaba realizar reparaciones junto a su hijo y su esposa.

Supo de los estragos en el barrio a través del grupo de WhatsApp que mantiene la junta de vecinos, "ahí el presidente nos comunicó. Me vine de inmediato de mi trabajo, no sabía que mi casa había quedado destruída. La sensación fue de bastante pena porque aquí hay bastante esfuerzo. Imagínese, me sacó una parte completa del techo y me rompió los ventanales (...). Aquí en el sector fue como cien veces más que el terremoto. Es cosa de observar no más".

"Es una cosa impresionante y lamentable porque uno siente tristeza por la sensación que da. La impotencia, porque no es culpa de nadie, es un fenómeno natural, el cambio climático. Nunca había pasado aquí", comentó, solicitando que "ojalá el Gobierno nos ayude, porque nadie espera un fenómeno como este, y lo pilla de sorpresa a uno, de todo punto de vista. Entonces, son gastos que uno no tiene considerado".

Mauricio Salazar, mientras paseaba alrededor del condominio de edificios aludido, del cual él es propietario de un departamento -no así residente- sostuvo que "lamentablemente el 95% de los departamentos están totalmente destruidos, no hay techumbre, eso ya hace inhabitable el lugar 100%. Hoy día hay agua, pero no hay energía eléctrica y tampoco gas, por seguridad".

"La mayoría de los arrendatarios abandonó el lugar la noche misma cuando ocurrió esta catástrofe. Algunos propietarios tomamos la decisión de no cobrar arriendo mientras se resuelva el tema. El que haya decidido cobrar, sería un abuso. Esto fue mucho más destructivo aquí que el terremoto. Yo creo que una vez que se haga el balance real de los daños que hay en Talcahuano, yo creo que va a andar por ahí con el maremoto", agregó.

Además aprovechó de criticar, a su juicio, las gestiones de las autoridades locales para ir en ayuda de los damnificados. "Acá nadie se ha acercado a la gente. Aquí cada uno, la gente dueña de departamentos, está limpiando su departamento. El llamado es a que se hagan cargo".

Otra de las edificaciones que sufrió importantes daños fue el casino Marina del Sol, también en Talcahuano. De hecho, Miguel, guardia del recinto y quien estuvo de turno al momento de la tromba relató, tras advertir sobre la peligrosidad de sacar fotos en el lugar, que el viento lo sorprendió. "Vimos solamente en un momento dado que explotaron los vidrios y vimos que un auto de la aplicación Awto voló como plumavit y cayó a la pileta".

"Por suerte no había gente pasando por aquí. Habían personas solamente en el hotel. Fue como una bomba, una onda expansiva que voló todo. Ahora la cosa está mucho más ordenada", finalizó.

Actualmente funcionarios del Ministerio de Desarrollo Social se encuentran en proceso de desarrollo de las Fichas Básicas de Emergencia (Fibes) la cual entrega las primeras informaciones respecto a familias damnificadas, y que permite activar a los respectivos ministerios, como Vivienda, desde donde posteriormente enviarán especialistas a tomar nuevas fichas para analizar particularmente cada situación y tramitar los respectivos subsidios habitacionales, montos que dependerán del grado de los daños.