SANTIAGO.- El episodio en que consideró a los consultorios como centros de reunión social fue el último capítulo que escribió
Luis Castillo como subsecretario de
Redes Asistenciales, luego de la renuncia que presentó al cargo el jueves por la noche.
Aquella controversia marcó un punto de inflexión en la permanencia del doctor en el Ministerio de Salud, aunque desde que arribó a la cartera, en agosto del año pasado, siempre se mantuvo en medio de cuestionamientos y con el fuerte rechazo de la oposición.
Sin ir más lejos, sólo días después de haber asumido, Castillo fue vetado por el Senado para participar de la comisión de Salud de la Corporación, en una medida impulsada por parlamentarios de la Democracia Cristiana.
¿La razón? Su vinculación con el presunto ocultamiento de información en la muerte de Eduardo Frei Montalva, una polémica que no lo dejaría en paz hasta el fin de sus días en el Minsal.
De hecho, ya en septiembre, la Cámara de Diputados se sumó al Senado y también censuró al ex subsecretario de la comisión de Salud, provocando el primer gran dolor de cabeza al Gobierno y al Presidente Sebastián Piñera.
En la centroizquierda el nombre de Castillo generaba un rechazo generalizado y en la DC la ofensiva fue escalando cada vez más para removerlo del cargo, sobre todo cuando en enero el juez Alejando Madrid determinó que el doctor cometió una "omisión" al no informar oportunamente a la familia Frei sobre la muerte del ex Mandatario.
Dicho fallo otra vez lo dejó tambaleando en el puesto, ya que incluso empezaron a surgir voces desde el propio oficialismo para poner en duda su continuidad, sobre todo en Renovación Nacional.
Pero el Gobierno se mantuvo firme y volvió a respaldarlo, en una muestra de que el Ejecutivo no tranzaría con las presiones de la DC, pese a la importancia que la colectividad ha tenido para empujar sus proyectos en el Congreso.
Tampoco importó la mala relación que Castillo mantenía con el ex ministro Emilio Santelices, con quien protagonizó un par de desencuentros que se hicieron públicos y que provocaron un quiebre en el Minsal. Por ejemplo, cuando se retiró en plena presentación del Plan Nacional Contra el Cáncer realizado en La Moneda, o cuando el secretario de Estado despidió a su jefe de gabinete a principio de año.
Todo eso había aguantado Castillo. Sin embargo, su respaldo en el Palacio de Gobierno se encontraba en estado terminal. Tanto así, que la polémica frase sobre los consultorios terminó por condenarlo. Un final abrupto, aunque esperado.