"Un antes y un después" en la historia sanitaria chilena. Ese es, para el intendente de la Región de los Lagos, Harry Jürgensen, el precedente que dejará la, según dijo a Emol, "inédita" emergencia sanitaria que ha afectado a Osorno. Y es que ya han pasado diez días y Essal recién este domingo se debería normalizar el suministro de agua potable para toda la ciudad.
El ministro de Obras Públicsa, Alfredo Moreno, aseguró que el servicio se restablecerá totalmente a partir de este "domingo a las 8:00 de la mañana".
Hasta antes de este anuncio, la tónica días había sido la incertidumbre e imprecisiones que han significado duros cuestionamientos hacia la empresa a cargo del suministro.
El inicio
La emergencia se desató el pasado jueves 11 de julio, cuando Essal informó a través de un comunicado que "nos hemos visto en la obligación" de suspender el servicio de agua potable, afectando a un total de 48 mil clientes. Es decir, cerca de 180 mil personas.
¿La razón? El derrame de 1.100 litros de petróleo en la planta de Caipulli, encargada de producir y distribuir agua a la ciudad. Según dijo la firma en un principio, el corte, que obligó a la suspensión de clases en la zona, se extendería durante 24 horas. Si bien se trataba de una situación grave, la crisis comenzó a tomar fuerza en la tarde del día siguiente, cuando se supo que resolver la situación tardaría no menos de 48 horas.
En paralelo, la fiscal jefe de Osorno, María Angélica de Miguel, abrió una investigación para establecer responsabilidades por la contaminación, la cual también afectó al río Rahue.
Primeras "incertezas"
Así comenzaron a llegar las primeras críticas por cómo Essal estaba enfrentando la contingencia. Las "incertezas" informadas por la firma llevaron al intendente a convocar al primer Comité Operativo de Emergencia (COE) el pasado viernes, donde se le exigió cambiar la estrategia: es decir, no limpiar los filtros afectados sino cambiarlos para acelerar el proceso de reposición del agua.
El Gobierno miraba de cerca la incipiente crisis y fue la subsecretaría de Salud Pública, Paula Daza, la primera autoridad central que se trasladó al lugar para evaluar la situación. En terreno, se decidió decretar Alerta Sanitaria en Osorno, mientras que la Superintendencia de Servicios Sanitarios informó que multa a la empresa podría alcanzar los $600 millones.
Pero la fecha de reposición del suministro aún no estaba clara. Fue recién en la mañana del sábado cuando el Gobierno puso el plazo límite para aquello: la mañana del martes 16 de julio. En paralelo se repartían por la ciudad cientos de estanques con agua para la población. "A Essal le quedó grande el poncho", sostenía a este medio el subsecretario de Obras Públicas, Lucas Palacios.
Los cuestionamientos a la sanitaria se acrecentaban, al igual que el disgusto de la población que debía hacer extensas filas para conseguir agua en los puntos de abastecimiento. El enojo aumentó cuando en las "ventanas" de dos horas el vital elemento salía turbio desde las llaves de las casas en ciertos sectores.
Por su parte, parlamentarios por la zona, tanto de oposición como de Chile Vamos, pedían duras sanciones en contra de los ejecutivos de la compañía perteneciente a Aguas Andinas y presidida por Guillermo Pickering, además de exigir compensaciones para los afectados. Lo propio hizo el Presidente Sebastián Piñera, quien también culpó a Essal de la emergencia.
A su vez, desde la empresa, el gerente de operaciones, Andrés Duarte, en entrevista con Emol asumió "la plena responsabilidad" ante lo sucedido y calificó de "factible" que el agua pudiese retornar a los hogares osorninos el martes pasado. Asimismo, explicó que el incidente se habría originado cuando un operario, el único que se encontraba trabajando en la planta la noche de ese jueves, dejó abierta la válvula para abastecer de gasolina un generador, provocando así el derrame.
Amago del fin
Llegó el lunes y con las clases para colegios y jardines nuevamente suspendidas, y repitiéndose las largas filas en los estanques provisorios, la intendencia salió a aclarar que las gestiones para la reposición del agua iban bien encaminadas, asegurando que la planta de Caipulli volvería a operar el martes, pero que el servicio llegaría a todos los osorninos a más tardar el miércoles por la tarde.
A las 05.00 horas de aquella jornada Essal comenzó a entregar el suministro de agua a los primeros hogares. Horas más tarde Piñera llegó hasta la zona cero para monitorear que todo funcionara correctamente: A las 09.00 la empresa informaba que el 99% de los osorninos ya contaba con abastecimiento.
"A Essal le quedó grande el poncho".
Lucas Palacios
Todo indicaba que la emergencia llegaba a su fin y solo cabía esperar las sanciones que se le impondrían a la empresa, la cual daba a conocer su plan de compensación, señalando que los clientes no pagarán cuentas de julio y agosto.
Sin embargo, a eso de las 15.00 de ese mismo día, un nuevo comunicado de Essal aclaró que la crisis no había acabado. Producto, según dijo la empresa, de una alta demanda que no había sido prevista, se debió cortar el suministro al centro de Osorno, afectando al 50% de la ciudad. Aquello, afirmaron, se extendería hasta las 06.00 horas del jueves, un plazo que tampoco se cumplió.
Fin a la concesión
Ante esto, Piñera debió suspender un viaje privado que realizaría a Estados Unidos. En paralelo, comenzaron a surgir con fuerza las voces que exigían quitarle a Essal su concesión en Osorno, lo que el superintendente (s) de Servicios Sanitarios, Jorge Rivas, no descartó, incluso el ex Presidente Ricardo Lagos expuso que probablemente el Gobierno estaría evaluando esa medida.
US$ 8millones de pérdidas en empresas de Osorno.
El subsecretario Palacios, en tanto, nuevamente arremetió contra la sanitaria, asegurando que la situación es "indignante" y apuntando a la firma de entregar "información equivocada". Y el senador
Francisco Chahuán (RN) se unió a los opositores que pedían decretar estado de catástrofe en la zona, mientras que los indignados vecinos comenzaron a tomarse las calles para protestar en contra de Essal.
Posible hepatitis, investigación y pérdidas económicas
En entrevista con Emol TV el ministro de Salud, Jaime Mañalich, no descartó la posibilidad de que en las próximas semanas ocurran casos de hepatitis A en Osorno producto de los sucedido, aunque aseguró que hasta el momento "lo único que ha habido son algunas consultas por síntomas digestivos, no han habido problemas de otra naturaleza, pero insisto que es temprano".
Desde la Cámara de Comercio de Osorno estiman pérdidas cercanas a los US$8 millones de empresas en la zona.
Por su parte, el Ministerio Público, según dijo la fiscal De Miguel, no solo perseguirá la eventual responsabilidad del funcionario que dejó abierta la válvula de petróleo, sino que también podría ir contra de los directivos por supuestos protocolos deficientes de seguridad, sumado al daño medioambiental que pudo significar la contaminación al río Rahue.
"Aquí hay un antes y un después. Este drama vivido por Osorno va a generar cambios en la legislación de las sanitarias, cambios en los protocolos de seguridad, va a generar cambios en los derechos de los ciudadanos, cambios en que la empresa privada atienda servicios públicos, como este", aseveró el intendente Jürgensen.
Extensión Alerta Sanitaria y nueva marcha
Este sábado, en la última jornada previa al término de la crisis, arribó a Osorno el ministro de Salud, Jaime Mañalich, con una misión clara: anunciar en terreno la extensión por un mes más de la Alerta Sanitaria en la ciudad.
"Es para contar con un plan de vigilancia epidemiológica que nos permita generar operativos de salud mental y tener atención a posibles casos de enfermedades gastrointestinales", aseguró el secretario de Estado.
Mientras, en las calles de Osorno la gente realizaba una nueva marcha, en rechazo a la forma en que la empresa Essal y el Gobierno afrontaron la emergencia.
Resguardados por paraguas, parkas y botas, cientos de personas se desplegaron por el centro de la ciudad, y exigieron el fin de la concesión para la compañía sanitaria.