"Es una cuestión muy lamentable que ocurra este tipo de accidentes", afirmó esta mañana el superintendente (s) de Medio Ambiente, Rubén Verdugo, a dos días de que se reportara un derrame de 40 mil litros de diésel en el terminal de la empresa CAP en Isla Guarello, cerca de Puerto Natales.
En conversación con radio Universo, confirmó que un equipo de fiscalizadores de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC), de Sernageomin y de la propia Superintendencia de Medio Ambiente (SMMA) saldrá esta mañana hacia la isla para "poder verificar en terreno las causas de este incidente" y "entender con mayor claridad por qué se produjo".
La información que se maneja hasta el momento ha sido entregada por la empresa, señaló Verdugo a
radio Universo, por lo que "va a ser verificada en terreno" para "cotejar en términos prácticos y muy concretos si efectivamente solo fueron 40 mil litros o más" y "cuánto de ello ha sido recuperado a partir de las acciones que han venido siendo desarrolladas desde el sábado a mediodía".
Sobre las sanciones que se puedan aplicar a la empresa, aclaró que la SMMA no cuenta con "un instrumento de carácter ambiental que signifique (que) vaya actuar en términos sancionatorios" y que, de existir multas, se vincularán con la información levantada por la SEC o Sernageomin.
"Nosotros vamos a requerir al titular, aun cuando no tenemos instrumento de carácter ambiental", aseguró el superintendente (s) de Medio Ambiente, quien añadió: "Vamos a tomar algunas lecciones aprendidas a propósito de lo que vivimos el año pasado en Quintero y a propósito de lo que nos conminó la Corte Suprema y vamos a actuar de manera coordinada con los servicios".
Un "error humano"
Sobre el derrame, el intendente de la Región de Magallanes, José Fernández, aseguró el fin de semana a El Mercurio que se trató de "un error humano, igual como sucedió con la planta de agua en Osorno". "Un funcionario dejó abierta una llave para llenar un estanque de petróleo y rebasó", afirmó.
Al respecto, Verdugo señaló que se trata también de información proferida por la empresa involucrada y que será verificada con la fiscalización. "Si fuera así, yo creo que es una situación tremendamente lamentable", aseguró.
"Uno pudiese entender que estanques que están expuestos a situaciones ambientales o meteorológicas complejas pudiesen tener una fatiga de material y, por lo tanto, cierta fragilidad. Pero que a una persona se le quede abierta una llave es una situación bien compleja y bien lamentable de tratar", explicó.