SANTIAGO.- "No habría ningún argumento que permitiera convencerme. Ni uno. Todos mis argumentos dicen claramente: No. No vas a ser candidata. O sea, no estoy diciendo que los chilenos quieren que yo sea candidata, estoy diciendo de que yo no ando buscando ser candidata, no quiero ser candidata y no voy a ser candidata".
Con esas palabras, la ex Presidenta y actual Alta Comisionada para los DD.HH. de las Naciones Unidas (ONU), Michelle Bachelet, descartó estar pensando en una tercera postulación a La Moneda, abriendo una interrogante sobre sus próximos pasos.
Uno de ellos es la secretaría general de la ONU. El principal cargo de la organización es ocupado desde 2017 por el ex primer ministro de Portugal, Antonio Guterres. En 2022, el periodo del líder europeo al mando del organismo multilateral llegará a su fin, por lo que Bachelet -al ocupar el tercer cargo de máxima importancia en la entidad- asoma como una eventual sucesora.
Otro argumento que se cuenta a su favor es la fuerza que está tomando la necesidad de que sea una mujer la que tome las riendas de Naciones Unidas por primera vez en la historia, en medio de la serie de marchas y manifestaciones que se han desarrollado en los últimos años a nivel mundial a favor del empoderamiento de la mujer.
La alta exposición mundial a la que está sujeta hoy en día, y que se vio reflejada cuando dio a conocer el informe sobre DD.HH. en Venezuela el pasado 4 de julio, le suma bonos en esa eventual causa.
Un aspecto a considerar es la política de equilibrio regional que rige en la ONU. El último latinoamericano en ocupar la secretaría general fue Javier Pérez de Cuéllar entre 1982 y 1991. Luego, el puesto pasó por África (Boutros Boutros-Ghali y Kofi Annan), Asia (Ban Ki-moon) y hoy está en Europa, por lo que ese punto abre opciones.
Sin embargo, también está presente la posibilidad de que Guterres, que ha impulsado una ambiciosa agenda de modernización de la entidad, pueda renovar su mandato para terminar dichas tareas, lo cual cerraría posibilidades a la ex jefa de Estado. Pero hasta ahora, no hay luces sobre ello.
Puntos en contra
Sin embargo, la naturaleza de su labor también podría perjudicarle, ya que debe enfrentarse constantemente con diversos países, como China y Estados Unidos.
Esta es una lectura que en Chile han hecho cercanos a ella, quienes creen que la posibilidad de que llegue a la secretaría no es tan fácil, considerando que en el actual cargo podría generar muchos "enemigos" con poder de veto en la ONU.
Otro punto desfavorable que podría complicar esta idea es la reciente declaración del ex mandamás de la constructora brasileña OAS, Leo Pinheiro, quien aseguró que su empresa entregó aportes a su campaña a La Moneda en 2013. Pese a que ella negó cualquier nexo con esa compañía involucrada con el caso Lava Jato, la investigación tanto en Chile como en Brasil continuará, por lo que seguirá estando en la agenda.
El análisis de los expertos
A juicio del cientista político y académico de la Universidad de Valparaíso, Guillermo Holzmann, "el llegar a la secretaría general es una posibilidad, que se juega en lo que son los equilibrios de poder a nivel mundial de los países que son potencia, por una parte, y de la alta burocracia que tiene el sistema internacional".
"En consecuencia, yo diría que eso no se puede descartar, pero tampoco funciona como una suerte de postulación. Lo que ella está diciendo es que está disponible, al no asumir ningún tipo de desafío electoral en Chile. Eso ya sería un inicio, diría yo", dijo.
"Diría que eso no se puede descartar, pero tampoco funciona como una suerte de postulación. Lo que ella está diciendo es que está disponible, al no asumir ningún tipo de desafío electoral en Chile. Eso ya sería un inicio, diría yo"
Guillermo Holzmann
Consultado sobre qué opciones le ve a Bachelet, Holzmann sostuvo que "hay varios elementos. Primero, lo que los países piensen respecto a su desempeño en ONU Mujeres y ahora como Alta Comisionada para los DD.HH., los resultados que haya obtenido y las relaciones que tenga en las redes de poder del sistema internacional".
"Eso implica a los países, los grupos de presión, las ONG, las empresas multinacionales que tienen algún tipo de influencia en los círculos donde se va definiendo. Segundo, tiene que haber un equilibrio respecto al origen y el hemisferio que los secretarios generales representan”, añadió.
Según el analista, "creo que es posible que su nombre sea considerado por los países de Europa, por Rusia, por China y también por EE.UU. Es decir, es una persona que tiene amplias redes ya instadas en el sistema y se le conoce como trabaja en esa lógica y probablemente eso sea un punto a favor si se llega a considerar".
No obstante, subrayó que "es demasiado temprano todavía para ello y lo único que Bachelet ha dicho es despejar las dudas respecto a Chile y eso de alguna forma deja en pie la posibilidad de asumir otra responsabilidad internacional que ella quisiera".
5años dura el cargo de secretario general de la ONU con la posibilidad de una reelección
En tanto, la académica de la Universidad de Santiago, Lucía Dammert, dijo a Emol que "ella perfectamente podría ser candidata. Sin embargo, en el actual escenario político internacional, no solamente el actual secretario general podría repostularse, sino que también habría que ver cómo están los balances territoriales internacionales".
"Sin duda podría tener todos los elementos y requisitos para un cargo para ese, pero lo veo difícil por dos motivos: Uno, porque todavía está por verse cuál es el ímpetu y el interés que van a poner los países más importantes al nuevo secretario general y por otro lado, va a depender mucho de lo que pase en la elección en EE.UU.", explicó.
Según Dammert, "una cosa es EE.UU. con Donald Trump y otra con EE.UU. con otro tipo de presidente. Esos son cargos donde EE.UU. juega un rol principal, no solamente por su peso internacional, sino también por su peso financiero en la organización. Además, el actual secretario general ha generado un proceso de transformación relevante y, por ende, no sería extraño que se pensara que siguiera un periodo más".
En cuanto a si le puede perjudicar su actual cargo de Alta Comisionada para los DD.HH., por los constantes roces que tendrá con distintos países, la analista respondió que "su cargo es de muchísima visibilidad mundial, que la vincula con jefes de Estado, con organizaciones transversales de la sociedad civil".
"No hay candidato que no llegue sin el apoyo de su país, no es un requisito, pero evidentemente el canciller de Chile debería ser el que establezca conversaciones"
Lucía Dammert
"La saca un poco de solamente la preocupación latinoamericana y la instala en África, en Asia, en Medio Oriente, con mucha más claridad que cuando estuvo en ONU Mujeres, así que en ese sentido, no", recalcó.
Sin embargo, advirtió que en 2022 el proceso no será sencillo. "Podría haber sido más fácil que la ex Presidenta hubiera sido candidata en la época donde decidió postular por segunda vez. El 2017 había un espacio mucho mejor, hoy día los países tienen que presentarla y hacer un proceso de negociación".
"Tienes que tener el apoyo de la mitad de los países más importantes del mundo y eso, en el rol que le toca jugar hoy en la ONU, dificulta que algunos vayan a estar muy animados para tener a una persona tan abierta en temas de DD.HH. (…) Entonces, en esta pasada me parece que es más difícil", agregó.
Finalmente, llamó la atención sobre el eventual apoyo que tendría que recibir Bachelet de parte del Gobierno de Sebastián Piñera. "No hay candidato que no llegue sin el apoyo de su país, no es un requisito, pero evidentemente el canciller de Chile debería ser el que establezca conversaciones".