Son cientos de vacunas las que se han intentado desarrollar alrededor del mundo desde que apareció el coronavirus. De ellas, 26 candidatas censó la Organización Mundial de la Salud (OMS) a fines de julio, y 4 son las empresas que Chile ha contactado -CanSino, AstraZeneca, Moderna y Janssen- para trabajar en una dosis que permita combatir el covid, y sea segura para la población.
Según la OMS, se entiende por vacuna "
cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos. Puede tratarse, por ejemplo, de una suspensión de microorganismos muertos o atenuados, o de productos o derivados de microorganismos". Además, el método más habitual para administrar las vacunas es la inyección, aunque algunas son vía vaporizador nasal u oral.
Mientras la inyección más idónea sigue siendo un misterio, lo cierto es que más allá de los nombres de los laboratorios o de cómo éstas sean bautizadas, hay tres tipos de formulaciones o "recetas" que hoy predominan como las más avanzadas para encontrar la clave que otorgue inmunidad ante el virus.
"La formulación es lo que contienen las vacunas, muchas contienen otros elementos, como los adyuvantes inmunológicos, es que es una sustancia que se usa para ayudar a reforzar la respuesta inmunitaria a una vacuna de modo que se necesite menos cantidad ésta", explica el virólogo de la Universidad Católica, Rafael Medina.
1. Plataformas de adenovirus
La primera formulación que se maneja para las vacunas es con uso de vectores que transporten una proteína que se comporte de manera similar a como estaría "empacada" en el virus real.
"Esto, a la larga genera una formulación inocua, que no infecta ni produce la enfermedad, pero que sí tiene la estructura de esa proteína, empacada de una manera igual o parecida a como se presenta en el virus real, lo que genera una respuesta inmune, y el cuerpo lo reconozca como tal, y se generen eventualmente los anticuerpos que van a neutralizar el virus, si uno se reinfecta", explica el doctor Medina.
Algunas de estas formulaciones contemplan plataformas de adenovirus (virus que causa el resfrío común) y que "tiene una capacidad de albergar material genético importante, que se modifica, para que ese adenovirus, produzca la proteína que queremos inmunizar", explica el doctor y vicerrector de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile, Flavio Salazar.
Además, detalla que las vacunas que desarrolla Oxford/AstraZeneca y CanSino, están basadas en vectores de adenovirus modificado, que genera esta proteína viral del covid -en este caso, la proteína S (Spike) que está en la superficie del coronavirus-, y al entrar en el cuerpo, produce esta respuesta inmune.
En este caso, dice el doctor Salazar, se trata de formulaciones más modernas, "escalables más fácilmente, pero todavía no hay mucha experiencia de que funcione, más que en modelo de animales o estudios de fase I y fase II".
2. Lípido transportador de material genético
En este caso, la formulación consiste en construir una molécula con material genético (RNA) de la proteína del SARS-Cov-2, y se envuelve en una membrana lipídica, similar a las que tienen las células.
Al introducir vía intramuscular este material genético al cuerpo, se busca que sea reproducido y después genere también la proteína. "Entonces, todas las proteínas, de cualquier organismo celular, para poderse producir, primero tiene que generarse el RNA que es la información genética que la proteína tiene que tener, y esta proteína sería igual a la que se produciría si hubiese infección", dice el doctor Medina.
Acá, la salvedad y lo que la hace inocua, es que sólo se produce esa proteína y ninguna de las otras que contiene el virus, "por lo tanto, tampoco es un material infeccioso, y tampoco genera enfermedad", complementa.
Virus de covid-19 atenuado
Existen otros tipos de formulaciones que contienen el virus que provoca el covid (SARS-Cov-2) -extraído de pacientes- pero de manera atenuada, prácticamente inactivado. Esta es la forma en la que trabajaron los científicos de
Sinovac Biotech, laboratorio con que la Universidad Católica firmó convenio para estudios clínicos en fase III.
En este caso, "es una formulación con algunas porciones del virus, es un virus a la larga que ha sido disgregado, como desarmado totalmente, y sólo les han extraído las proteínas inmunogénicas, las que van a generar anticuerpos, por lo tanto, incapaz de replicarse", explica el doctor Medina.
Por su parte, el doctor Salazar destaca que esta forma es "más tradicional de vacunación", eso sí, plantea que "es mucho más complejo producir en gran escala una vacuna con virus inactivado, pero si se logra, tiene muchas ventajas, porque es un virus complejo, y va a generar una múltiple respuesta".
"Son un poco más engorrosas de hacer porque se necesita el virus vivo y eso se trabaja en laboratorios y seguridad especial, porque puede generar contagio. El virus vivo se multiplica en cultivos y después se inactiva con un químico y eso se vacuna a las personas", complementa Ignacio Silva, Infectólogo y académico de Dirección de Postgrados de Usach.
"Las vacunas no previenen el contagio, previenen la enfermedad"
El doctor Medina, de la UC, reflexiona respecto a los dichos del doctor de la Universidad de Jonhs Hopkins, Oscar Cingolani, quien también explicó a través de un video las tres formulaciones que pueden tener las vacunas. Allí, Cingolani también plantea que "la vacuna tiene que ser segura y eficaz, y cuando hablamos de eficacia tiene que ser en prevenir la enfermedad, y eficaz, idealmente, en prevenir el contagio".
"Y esto lo digo, porque en los estudios en monos que se hicieron en algunas de estas vacunas, en monos se vio que algunas eran muy buenas para prevenir la enfermedad, pero no para prevenir el contagio; esto es, se encontró carga viral en las fosas nasales de los monos vacunados. De ser así el caso, nos convendría solamente darlo en aquellos grupos de riesgo, no en los niños, donde el riesgo mayor es solamente diseminar la enfermedad", planteó.
El doctor Medina enfatiza que frente a estos virus respiratorios, "no hay ninguna vacuna que te impida contagiarte, porque es imposible (...) lo que habla el doctor en el video es un idea, pero es un ideal que se puede establecer de aquí en adelante, porque lo que sabemos es que una vacuna, por ejemplo de influenza, lo que es que: al yo no enfermarme, el potencial de que yo sea el ente transmisor, es muy bajo. Las vacunas no previenen el contagio, las vacunas previenen la enfermedad".
Por su parte, el doctor Salazar, complementa con que las vacunas "indirectamente previenen el contagio, al generar inmunidad, por lo que voy a contener el virus antes de que éste se pueda replicar, por lo que no voy a ser capaz de contagiar a otros".