"Queremos revisar algunos tratados que han impuesto condiciones a Chile, que desde nuestra perspectiva pueden ser desventajosas". Esa fue la frase que planteó la semana pasada el candidato presidencial de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric. Lo anterior generó incertidumbre entre personeros ligados a la diplomacia y que han defendido la apertura comercial internacional de nuestro país.
Ocho ex cancilleres durante los gobiernos de la Concertación y la Nueva Mayoría reaccionaron para advertir sobre sobre los efectos negativos que podría traer un "revisionismo" en esta materia, algo que a su juicio, según detallaron en una carta publicada este domingo, afectaría "gravemente" el interés nacional del país.
En la misiva, los ex ministros señalaron que "durante los últimos meses hemos constatado que se repite la afirmación de que Chile revisará sus tratados comerciales como si estos fuesen imposiciones agraviantes del resto del mundo a nuestro país, o bien que impedirían una nueva estrategia de desarrollo (…)
Esto es una falacia".
"La ambigüedad deliberada con que se emplea el concepto de 'revisión' de esos tratados debilita gravemente la inserción internacional de Chile y, por qué no decirlo, su credibilidad ante la comunidad de naciones", añadieron, junto con reconocer su preocupación por algunas políticas contrarias a los compromisos del país.
La reacción de los ex titulares de RR.EE. motivó la respuesta del ex contendor de Boric en las primarias presidenciales, el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, quien señaló que "no me habría esperado nada de esos cancilleres que les entregaron todas las riquezas de Chile a países extranjeros".
"No habría esperado otra cosa de los cancilleres que promovieron el neoliberalismo en nuestro país y que abrieron unilateralmente hasta destruir toda nuestra industria", añadió, junto con recalcar que del total de acuerdos vigentes "hay que revisarlos todos", tal como a su juicio lo hizo EE.UU. bajo el gobierno de Donald Trump.
La postura del bloque también fue ratificada por su encargado del área internacional, el senador de RD, Juan Ignacio Latorre, quien explicó a El Mercurio que "Chile no puede ser un espectador pasivo de los cambios que se están produciendo en el mundo en materia de política comercial y de inversiones".
"La Concertación no tuvo presente una política industrial, un rol del Estado más activo en la economía, no estaba presente la crisis climática y ecológica, las desigualdades sociales, y la superación del neoliberalismo a la hora de firmar tratados de libre comercio", agregó.
Avances con los TLC
Pese a las críticas que se han levantado en los últimos años ante la política de apertura comercial internacional que ha llevado a cabo Chile desde 1990 hasta la fecha, las cuales se han intensificado en medio de la discusión del TPP11, las cifras que ha dejado el proceso arrojan positivos números para el país.
Según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), Chile posee la red de Tratados de Libre Comercio más poderosa del mundo, con acceso al 88% de la riqueza global, superando a varias naciones que también han apostado fuertemente por la apertura comercial, como Corea del Sur, México y Nueva Zelanda.
En total, se trata de 30 acuerdos de libre comercio. Según indicaron a
Emol desde la
Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería (SUBREI), dicha red "nos ha permitido crear prosperidad económica y brindado acceso, en condiciones preferenciales, al 65% de la población mundial".
"En otras palabras, los bienes y servicios chilenos tienen un mercado potencial de más de 5.000 millones de personas, contando entre ellos a las naciones más pobladas: India, China, Unión Europea, EE.UU., Japón, Corea del Sur y Brasil", añadieron, junto con destacar el liderazgo nacional en la exportación de algunos productos.
Desde la SUBREI, comentan que "la inserción de Chile en la economía mundial ha sido piedra angular de nuestro crecimiento y estrategia de desarrollo. Los tratados han ampliado las oportunidades para las exportaciones del país, mejorando en forma considerable la posición competitiva de sus empresas".
"En las últimas tres décadas el intercambio comercial de Chile ha crecido a una tasa promedio anual del 7,3%, pasando de operaciones por US$ 16.115 millones en el año 1990 a los US$132.711 millones en el año 2020, es decir, nuestro intercambio con el mundo se ha multiplicado por ocho en los últimos 30 años", recalcaron.
Impacto político y económico
Al respecto, el ex ministro de RR.EE., Juan Gabriel Valdés, explicó a Emol que "el tema no es necesariamente examinar los tratados y ajustarlos en el tiempo, por cuanto estos son temporales y las partes pueden llegar a mejorarlos. Lo que sucede es que cuando se amenaza con revisarlos todos, lo que se está insinuando no es la mejoría".
A su juicio, con ello lo que se está señalando es "una suerte de soberanismo sobre el cual se van a establecer medidas para coartar o impedir que este proceso de acuerdos e integración se siga desarrollando. Esa es la preocupación", dijo, junto con recalcar sobre las consecuencias políticas que ello puede acarrear.
"Por supuesto trae consecuencias de confianza en lo que el país se comprometió a cumplir y ese es el problema de fondo. Naturalmente
eso se ve amenazado si se hace un planteamiento al voleo de que se van a revisar todos los tratados, como si efectivamente fueran una imposición del mundo exterior sobre Chile", recalcó.
Valdés indicó que "los tratados internacionales son para facilitar lo que el país hace y para generar acuerdos con otros países en torno a lo que producimos como economía (…) hay países que desconocen los tratados internacionales y que firman papeles que luego botan a la basura y eso genera todo tipo de desconfianzas en sus interlocutores globales y creo que Chile ha dado pruebas de no ser así".
En tanto, el director del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica, Jorge Sahd, comentó a este medio que "el revisionismo de los TLC y de los acuerdos de inversión es una mala política pública. Plantear que Chile revisará unilateralmente los acuerdos es un acto de irresponsabilidad política".
"Hay países que firman papeles que luego botan a la basura y eso genera todo tipo de desconfianzas en sus interlocutores globales".
Juan Gabriel Valdés, ex canciller
Según el académico, dicha postura va "
en la dirección contraria de la reputación de Chile como país serio y predecible en sus relaciones internacionales. Existen mecanismos para revisar los acuerdos y su impacto, como son los comités de administración de los tratados o los procesos de modernización".
"Pero estos procesos se hacen dialogando bilateral y multilateralmente, Chile es un país integrado al mundo y depende en gran medida del comercio internacional. El camino es seguir incorporando en futuras negociaciones reglas que reflejen las nuevas dinámicas de la economía mundial, como son los estándares medioambientales, propiedad intelectual o el comercio digital", expuso.
En esa línea, Sahd destacó que "Chile ha sido pionero en incorporar estas normas y su política comercial ha sido promovida como una política de Estado. Pensar que hemos sido víctimas de los tratados comerciales es una falacia, porque estos acuerdos han dado un impulso importante a la internacionalización de nuestras empresas, a acceder a mercados de gran tamaño y a posicionar a Chile en distintos rincones del mundo".
"Chile ha construido una sólida imagen como país serio, estable y que honra sus compromisos internacionales. Ganar esta reputación tomó décadas y fue contraída por gobiernos de distinto signo político. Perderla podría ser rápido si el país llega a ser percibido como impredecible en sus acuerdos internacionales", concluyó.