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Análisis a los cambios de postura del Presidente: Apertura al diálogo o debilidad de convicciones

Según los expertos, el Mandatario corre el riesgo de "erosionar" su imagen si mantiene su política de retroceder en sus propios dichos, como ocurrió con el lanzamiento de un bono de invierno que dos semanas atrás había rechazado.

12 de Julio de 2022 | 15:27 | Por Felipe Vargas, Emol
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El Mercurio.
"Tenemos una situación donde hay una presión muy grande hacia las familias, por el alza del costo de la vida y como Gobierno no podemos ser indiferentes a aquello", dijo este lunes el Presidente Gabriel Boric, al momento de anunciar la decisión de su Gobierno de entregar un bono de 120 mil pesos para paliar los gastos de invierno.

Durante una actividad en Quinta Normal, el Mandatario destacó que la medida, que beneficiará a cerca de 7 millones y medio de personas, será adoptada "sin abandonar nuestro compromiso con la responsabilidad fiscal", recalcando que “estamos haciendo todos los esfuerzos para apoyar a los sectores más afectados por esta crisis”.

La determinación del jefe de Estado sorprendió de alguna forma a la opinión pública, toda vez que hace dos semanas el gobernante se había mostrado contrario a la idea de entregar ayudas económicas directas a la población, lo cual a su juicio incidiría directamente en la inflación que está afectando a la economía nacional.

Ante la idea de crear un IFE de invierno, propuesta desde el propio oficialismo, Boric señaló durante su visita a Arica que "la propuesta que se hace aumenta aún más la inflación. Uno no puede pretender entregar una solución que agrava aún más el problema. Nosotros tenemos una situación inflacionaria complicada".

"Cualquier medida tiene que hacerse cargo de que no sea peor que la enfermedad. La inflación cuando se vuelve endémica, cuesta mucho, mucho sacarla, así que tengamos cuidado con propuestas que signifiquen pan para hoy y hambre para mañana", añadió, en una entrevista que otorgó al canal local Arica TV.

La situación reabrió el debate sobre los cambios de postura que mostró durante la campaña presidencial y que se acentuaron una vez que llegó a La Moneda, donde ha tenido que tomar decisiones que se contraponen a lo que sostuvo en el pasado cuando fue diputado, como al aplicar un estado de excepción en la macrozona sur o mostrar cercanía al ex Presidente Ricardo Lagos, entre otros episodios.

Análisis de los expertos

Si bien por un lado el Presidente ha mostrado que está abierto a escuchar posturas distintas y flexibilidad a la hora de tomar definiciones, a juicio de los analistas dicha política le puede traer consecuencias negativas, toda vez que erosiona su figura y muestra debilidad de convicciones ante la ciudadanía.

Al respecto, el cientista político y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, comentó que "una cosa es cambiar ocasionalmente de opinión y otra muy distinta es desarrollar una conducta volátil y ambivalente. El Presidente se contradice a sí mismo de manera frecuente en el largo y en el corto plazo".

"En el largo plazo si se comparan sus posturas como diputado y como Presidente, y en el corto plazo con cuestiones concretas como la entrega de bonos. Eso podría producir problemas de credibilidad y confianza en el Presidente, pues los cambios de postura repentinos lo único que hacen es dañar la imagen de seriedad de un gobierno", dijo.

En tanto, el cientista político y profesor de la Universidad del Desarrollo, Miguel Ángel Fernández, indicó que su estilo "puede ser un arma de doble filo. Por una parte, es fundamental que sea capaz de dialogar, lo que incluso pueda llevarlo a cambiar de opinión, pero la clave es la continuidad de ello en un corto plazo de tiempo".

"La confianza se construye sobre las certezas, y si el Presidente no tiene cuidado y prudencia para entender cuándo sostener opiniones y decisiones o cuando modificarlas terminará erosionando su imagen", agregó.

En tanto, el decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad Central, Marco Moreno, comentó que "es comprensible el cambio de opinión, es aceptable que pueda tener una visión distinta respecto de las cosas, pero lo que hemos visto en su liderazgo está afectando a lo que en política se conoce como la lógica de las convicciones".

"Porque cambiar de opinión es razonablemente posible, pero estar cambiando de convicciones es algo que comienza a instalar una duda respecto del estilo presidencial y más bien, lo que pareciera ser que estamos observando es una suerte de estilo marcado por la supervivencia política", afirmó.

Según Moreno, "esos cambios de opinión sobre cuestiones de fondo, como es la entrega de recursos, tiene que ver justamente con esta idea de que lo que se está cambiando son las convicciones y se atiende a otros factores, como son probablemente la caída en el apoyo y la adhesión ciudadana para reintentar revertir esa imagen".

Impacto en credibilidad

Sobre qué impacto puede tener este tipo de situaciones en la evaluación ciudadana de Boric, el académico sostuvo que "este tipo de cambios en los liderazgos, a la gente termina pareciéndole una situación incomprensible y comienza a instalarse, y eso tiene efectos sobre la adhesión de la ciudadanía".

"No ve con buenos ojos a un líder que permanentemente está cambiando de posiciones y sobre todo porque el costo de hacerlo todavía es bajo, porque la gente no tiene cómo hacer una cobranza de cuentas. Probablemente el Plebiscito pueda ser la oportunidad para que la gente pueda evaluar este estilo presidencial", manifestó.

Para Morales, la conducta del Mandatario "no es sostenible en el tiempo, pues implica transitar por una permanente inestabilidad. El Presidente se hace poco creíble frente a la opinión pública, y también frente a su propia coalición. No hay suficientes garantías de que una decisión del Presidente se mantenga a firme, lo que genera desconfianza".

Una visión similar planteó Fernández, quien indicó que "por lo general este tipo de situaciones alimentan las críticas desde la oposición y le permiten amplificar una sensación de pocas certezas por parte del mando presidencial. La credibilidad se cimienta en cumplir con la palabra del pasado".

"Cuando la propia historia no se condice con las acciones, el Presidente queda en riesgo de perder confianza y credibilidad ciudadana. La prudencia con que actúe es clave para lograr un balance entre el pragmatismo para gobernar tiempos de alta incertidumbre y mantener las convicciones que lo instalaron en La Moneda", recalcó.

En ese contexto, los expertos advierten además de otra arista, ya que coincidieron en que los cambios de opinión del Presidente sobre diversas materias pueden abrir una ventana para que distintos grupos de presión actúen sobre el Gobierno.

"Ante un Presidente dubitativo y cambiante, se abre espacio para que ciertos grupos, de gobierno u oposición, ejerzan presión al Mandatario. Dado que esos grupos podrían estimar que el Presidente es débil y que cede rápidamente a la presión, entonces la mejor estrategia sería orillarlo para producir el resultado esperado", dijo Morales.

Para Morales, este escenario "evidentemente esto abre una lógica en donde quien grite más fuerte, quien se movilice más va a poder captar la atención del Gobierno en relación a las políticas públicas y eso es quedar capturado y preso de lógicas corporativas que impiden dar soluciones al conjunto de la sociedad".

Una mirada distinta expresó Fernández, quien aseveró que "desde afuera los constantes cambios del Presidente pareciesen dar la imagen de que es muy permeable a la presión de ciertos grupos fuertes que se instalaron en su gobierno y que están en constante tensión entre sí".

"Eso sí, no creo exista un riesgo de que grupos de presión externos a la coalición gobernante puedan influir decisivamente, pero la situación podría denotar algo difícil de sostener en el tiempo: la lucha interna en las diferentes almas del oficialismo. Por ello es tan importante la prudencia con que el jefe de gobierno debe actuar", concluyó.
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