Más allá de que el Caso Convenios ha sido materia obligada para buena parte del gabinete -en particular para aquellos ministros que la oposición acusa como principales responsables políticos del escándalo- es la titular del ministerio Secretaría General de Gobierno (Segegob), Camila Vallejo, y el ministro de Justicia, Luis Cordero, quienes asumen oficialmente la portavocería de La Moneda sobre el lío con fundaciones.
A principios de julio, en Palacio definieron que ambas figuras fueran quienes salieran a contener discursivamente la crisis, al margen de que el ministro de Vivienda, Carlos Montes, fuera a responder por materias sectoriales, o bien, respecto a las investigaciones que estaba liderando la cartera a propósito de la arista matriz de Democracia Viva.
En el caso de Cordero, su protagonismo se manifestó cuando el jurista salió del paso a las críticas que se dirigieron al Presidente Gabriel Boric por "enredar" la versión del Gobierno respecto a cuándo se tomó conocimiento del convenio que vinculaba a militantes de Revolución Democrática.
En esa oportunidad, Boric dio a entender que conoció el caso a través del oficio fiscalizador que presentó la diputada Yovana Ahumada el pasado 7 de junio -9 días antes de la publicación del medio regional Timeline- lo que luego fue negado y clarificado por el secretario de Estado. "El Presidente no se ha equivocado", zanjó, indicando que el Mandatario hizo una "reconstrucción de cómo fue el procedimiento".
Consultado por su rol respecto a la trama de fundaciones, el propio titular de Justicia indicó este lunes que su labor se limita a " explicar algunas cosas de derecho administrativo". "Es que esto es como las entrañas del Estado. Mi explicación ha sido estrictamente técnica, nada más", añadió.
Desde el oficialismo, el presidente de Revolución Democrática -principal colectividad damnificada por el caso- Juan Ignacio Latorre, valoró el desempeño del secretario de Estado y lo reconoció como quien "coordina el comité de crisis respecto al caso Convenios, que es muy amplio por lo demás".
"El ministro además es un experto en derecho administrativo, que tiene mucho que aportar desde su experiencia profesional y criterio político también", complementó.
Desde la vereda de Vallejo, la trinchera comunicacional del caso cae naturalmente en sus manos al detentar la vocería de La Moneda. Ahora bien, el despliegue de la dupla no había presentado problemas hasta este lunes, en que ambos ministros manifestaron matices respecto al debate sobre la capacitación de funcionarios públicos en materia de probidad y transparencia.
"Las capacitaciones, las inducciones, siempre son bienvenidas, en cualquier instancia y particularmente en lo que respecta a la administración pública. Sin embargo, nunca una capacitación más, una capacitación menos, puede ser justificación para no cumplir con la normativa", sostuvo Vallejo este lunes, luego que Cordero haya sostenido el domingo en Canal 13 que sería recomendable que las autoridades primerizas hicieran cursos de capacitación en Contraloría para tener conocimiento de las normas administrativas a las que están sujetas.
"Esto es una dinámica que ha sucedido en gobiernos anteriores cuando tienen sus primeras administraciones. Personas que llegan por primera vez a un cargo directivo en la administración, yo creo al Estado cuando ingresan, al menos deberían tener una capacitación básica para evitar problemas en el futuro", sostuvo Cordero en esa oportunidad.
Si bien el ministro descartó una contradicción entre sus dichos y los de Vallejo, en cuanto apuntaban a planteamientos distintos, a ojos de expertos, la dupla evidenció una fricción.
El desgaste de las vocerías
En conversación con Emol, el analista político y académico de la Universidad Autónoma, Tomás Duval, consideró que "la crisis ha sido muy mal manejada por el Gobierno, le falta claridad respecto a la profundidad y a las aristas de la crisis, y me parece que no tiene una evaluación completa de todo lo que ha ocurrido, y eso se complica además porque del punto de vista comunicacional ha habido una estrategia zigzagueante y podríamos decir contradictoria respecto de la ministra Vallejo y el ministro Cordero. Versiones distintas sobre el mismo tema creo que lo que hace es profundizar la crisis".
En esa línea, añadió que "evidentemente que la ministra Vallejo tiene que estar en ese diseño, pero me parece que lo que no se aprecia es un diseño adecuado. Esa carencia de diseño o de conceptos demasiado generales quizás hace perderse el sentido y hacia dónde se va, porque el ministro decía que era necesario capacitarse o tener cursos, la ministra decía todo lo contrario y esas cuestiones son muy dañinas en medio de la crisis".
A su vez, el analista político y académico de la Universidad Central, Marco Moreno, dijo a este medio que "observamos dos estilos en la comunicación de Gobierno en relación con la crisis por el caso Convenios/Fundaciones".
"Por una parte, el ministro Cordero, en su rol de ministro de Justicia, lo que hace es colocar el foco en los hechos administrativos que sean imputables o posibles de configurar delitos. Por eso que su comunicación siempre ha estado más centrada en definir si lo que se ha realizado constituye delito y por tanto, cuáles son las acciones que debe realizar el Estado en conocimiento de delitos administrativos y el rol que le compete al Consejo de Defensa del Estado o a los tribunales de justicia cuando la situación lo amerita", perfiló
En cuando a Vallejo, señaló que "la ministra vocera aborda la crisis desde una perspectiva más política. Su rol la obliga a tener que salir a instalar un relato más próximo a la dimensión de lo político y ha puesto el foco quizás excesivamente en esa dimensión. Ella lo que tiene que construir es apoyo y legitimidad para lo que está haciendo el Gobierno y por lo tanto su acercamiento a la crisis va en esa dimensión".
"Probablemente a veces la opinión pública piensa o ve como dos estilos distintos de comunicar, pero lo que lo explicaría sería que el foco de Justicia y el foco objetivo de la ministra Secretaría General de Gobierno son distintos. De todas maneras sería esperable que hubiera quizás una mejor articulación de esos discursos comunicacionales para que la ciudadanía sienta que hay desplegada por parte del Gobierno una acción colectiva y no distintas maneras de aproximarse a un mismo problema", agregó.
Más crítico fue el cientista político, Kenneth Bunker, al señalar a Emol TV que "Camila Vallejo, la vocera, se ha erosionado en todo este caso Convenios. Ella solamente ha perdido credibilidad ante a ciudadanía que la está vinculando con los problemas que están existiendo ahora".
Por lo demás, si bien afirmó que las explicaciones del titular de Justicia hacían sentido en un principio, advirtió que "cada vez que sale el ministro a Cordero a explicar lo que ocurre en términos legales, yo creo que se agota un poco esa estrategia, porque al final del día, se contrasta esta estrategia (...) con respecto a lo que es sentido común".
"Aquí el sentido común es que hay casos de corrupción donde parece haber un mecanismo que es común en varias fundaciones, en al menos 18 distintas, en varias regiones del país, en al menos 8 regiones, y que no se logra dar una explicación, y el Gobierno reacciona a todo lo que está pasando. No hay ninguna decisión política del Gobierno de remover a un funcionario sin que haya presiones antes, o que ya ese funcionario haya llegado hasta la última instancia de lo que se puede salvar", indicó, apuntando que "lo que era refrescante con el ministro Cordero, ahora termina siendo una explicación política y termina siendo parte de este engaño".
Aquilatando el despliegue de la dupla, Bunker apuntó que "la tensión que existe entre estas dos explicaciones o estos dos modelos, si se quiere, de justificación de lo que se está ocurriendo, de aproximación política y legal, demuestra lo complicado que es el asunto entero".
"No hay una forma de explicarlo, entonces se termina complejizando la argumentación del Gobierno que hasta cierto momento va a ser insostenible. Eventualmente esto se va a agotar y yo creo que hoy día el Gobierno no sabe bien cuál es la estrategia", afirmó, acotando que "lo que parece quedar en limpio es que el Gobierno está ganando tiempo con estas explicaciones que no tienen sentido, que no son coherentes, que no son consistentes, hasta que finalmente algo va a tener que cambiar".