El En Contra se impuso este domingo tras el desarrollo del Plebiscito Constitucional, con un 55,76% versus un 44,24% del A Favor. De esta manera, la ciudadanía optó por desechar la propuesta de nueva Carta Magna elaborada por el Consejo Constitucional y mantener la actual Constitución.
En tanto, el Ejecutivo ya ha cerrado la opción a un nuevo proceso constitucional, lo que fue reforzado durante esta jornada, incluso por el
ministro de Hacienda, Mario Marcel, quien tras ejercer su sufragio, reiteró la postura: "esto se ha extendido ya por cuatro años, ha sido un proceso, por supuesto, largo y complejo, y de lo que puedo estar seguro es que, esta noche, sea cual sea el resultado de este plebiscito, este proceso habrá concluido", sostuvo.
Más tarde, hizo lo propio el Presidente Gabriel Boric, quien luego de conocerse los resultados, enfatizó que "durante nuestro mandato, se cierra el proceso constitucional, las urgencias son otras". Es más, el propio Mandatario hizo el punto sobre la sensación que varias voces han advertido: la ciudadanía también ha manifestado su "cansancio" ante dos procesos constitucionales, y el triunfo del En Contra redirecciona la mirada hacia "acuerdos y soluciones".
"El proceso constituyente estaba destinado a traer esperanza y finalmente ha generado frustración y hasta hastío en una parte relevante de la ciudadanía y eso no podemos negarlo. La política está al debe y es indispensable que este resultado produzca un efecto inmediato en enfocar el trabajo de todos y todas en producir los acuerdos y soluciones que Chile necesita en materia social, económica y de seguridad sin más demoras o excusas", dijo el Mandatario.
"Cambio de eje" y el "retorno" de la responsabilidad a la clase política
El Presidente ya dejó en claro que la decisión de más de 12 millones de votantes no es, en absoluto, baladí. Y la reflexión es compartida por expertos que destacan el desgaste de los proyectos políticos "maximalistas y polarizantes", y la necesidad de un "cambio de eje" en el debate y en el actuar político: estos cuatro años de proceso constitucional, y el portazo definitivo a una nueva Carta Magna, retornan el foco a las urgencias ciudadanas.
En conversación con Emol, Sebastián Salazar, coordinador académico del Núcleo Constitucional UAH, comenta que "este resultado es paradojal pues quienes perdieron en la derecha, mantienen el texto vigente, y los que ganaron hoy, pierden por la impotencia de cambiar la Constitución. Sin embargo, lo importante aquí es que la ciudadanía chilena ha dicho que no a proyectos políticos maximalistas, polarizantes y que no reflejen acuerdos transversales. Así ocurrió en la Convención Constitucional y así ocurre ahora con el Consejo Constitucional".
"Lo importante aquí es que la ciudadanía chilena ha dicho que no a proyectos políticos maximalistas, polarizantes y que no reflejen acuerdos transversales. Así ocurrió en la Convención Constitucional y así ocurre ahora con el Consejo Constitucional".
Sebastián Salazar, coordinador académico Núcleo Constitucional UAH
Lo anterior, precisa el analista, puede explicar claramente que los resultados en el norte de Chile, donde existen zonas afectadas con el tema migratorio, y que aún así "no apoyaran el texto propuesto, a pesar de que electoralmente se decía que era una propuesta constitucional enfocada en la seguridad".
"Lo que importa ahora es un cambio de eje de los temas a abordar, los más urgentes como temas sociales, económicos y de seguridad/migratorios, así como el tono del debate político, más dialogante y menos hostil y polarizante. Así se podrá dialogar de mejor manera en la bizquead de soluciones consensuadas", subrayó.
Por su parte, Kenneth Bunker, académico académico de la Facultad de Economía y Gobierno de la Universidad San Sebastián, "han sido cuatro años que, en el fondo, no han traído nada positivo. No sé cuál sería la reflexión positiva más allá de aprender términos legales e interiorizarse en la cultura cívica, pero todos los indicadores son bastante negativos", comentó.
Agrega en esa línea que "creo que si hay algo que se aprendió en este proceso, es que la Constitución no resuelve todos los problemas; es importante, pero es más importante tener un buen Gobierno y una clase política responsable, que entienda lo que hay y lo que no hay que hacer".
Por su parte, Miguel Ángel López, analista político de la Universidad de Chile, añade que desde el inicio del proceso constitucional, en 2019 a la fecha, ha existido un cambio de paradigma respecto de las necesidades. "Ya vimos el año pasado que ideas como la desigualdad, que eran de las preocupaciones más importantes en 2019, con pensiones, vivienda y educación, se fueron desplazando a temas como la seguridad y migración, aunque sigue presente el tema de la salud y educación en un punto alto", comenta.
Y eso, acota, hace la la reflexión ciudadana sea: "¿de qué sirve este proceso si no me puedo mover hacia ninguna parte, o no se puede salir de casa? La gente está cansada, tanto de la delincuencia, como de la forma en que se presentó la información del texto, basándose en ataques y descalificaciones, y la gente se da cuenta de ese nivel, e incluso, aunque se diera esa información, la gente ya está aburrida".
Lo anterior, dice el analista, no sólo significa congelar al menos por este Gobierno el proceso, sino que también será necesario que "el Gobierno, y probablemente los partidos se orienten a otro tipo de preocupaciones, que son las más importantes en la actualidad", zanjó.