Cada vez que el Gran Valparaíso se ha convertido en el centro de la noticia a raíz de una catástrofe ligada a incendios, han surgido, en distintos gobiernos,
fórmulas para enfrentar el proceso de la reconstrucción, y que según varias voces, sigue sin dar resultados efectivos para evitar nuevos desastres.
Luego del megaincendio que azotó a
Valparaíso en 2014 y que dejó a casi 3 mil viviendas destruidas, un total de 1.270 se levantaron en el mismo sitio, mientras que 1.707 decidieron relocalizarse.
En enero 2017, y cuando aún no terminaba la reconstrucción del siniestro anterior, ocurrió un nuevo siniestro en la zona de Laguna Verde, que rápidamente salió de control, amenazando al sector urbano de la ciudad. Producto de ello, 222 casas fueron consumidas.
Por ese entonces, la ex Presidenta Michelle Bachelet apostó por replicar la idea utilizada en 2014 y señaló que se creó un Plan Maestro que contemplaba medidas hasta el 2021, que entre otras cosas, "se incentivaba a las personas a irse a lugares que no son riesgosos. Algunas personas se fueron a Quilpué o Villa Alemana".
No obstante, el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, tuvo una opinión distinta, señalando que los vecinos debían quedarse en la misma ciudad y participar activamente de un nuevo Plan Maestro. "Se ha señalado que existe un plan de manejo de catástrofes que puede ser que está en el papel, pero en los hechos no existe (...). Hay gente que todavía está esperando su casa, hay un consultorio, el de Las Cañas que todavía no se reconstruye, entonces aprendamos de la experiencia del 2014", dijo.
Pero los aprendizajes aún no parecen alcanzar un rigor tal que permitieran evitar que una década más tarde, se generara la mayor catástrofe en la historia reciente del país, sólo equiparable -en palabras del Presidente Gabriel Boric- a los estragos y la magnitud de lo que significó el terremoto del 27 de febrero de 2010.
El plan del Gobierno
En esta oportunidad, y frente a un incendio que en su mayoría afectó a una zona urbana de alta densidad, el Presidente Boric nombró a la ministra de Desarrollo Social, Javiera Toro, como la encargada de liderar el comité de Reconstrucción, de carácter interministerial. El objetivo será elaborar un plan en esta materia, y a su vez, coordinar y comunicar su ejecución.
"También que seamos claros, hay personas que están viviendo en zonas muy peligrosas, en quebradas, en lugares de difícil acceso, y tenemos que preocuparnos también como estado de esa situación. Pero tiene que ser una reconstrucción que dialogue con esta realidad".
Ministra Javiera Toro, encargada de la reconstrucción
Hoy, en conversación con Mesa Central de Canal 13,
Toro no descartó la relocalización de algunas familias, aunque reconoció las complejidades de un proceso en esta línea, el que, afirmó, debe ser en diálogo con las comunidades. Asimismo, al tratarse de una zona urbana la que resultó principalmente afectada, la ministra reconoció que se deben garantizar las condiciones de seguridad para la reconstrucción.
"Yo creo que no se puede descartar ninguna posibilidad, o sea, aquí no podemos frente a una tragedia como esta y también todos los aprendizajes que hemos ido teniendo frente a lo que implican los nuevos desafíos con el cambio climático nos obligan a pensar en qué podemos hacer distinto. No se trata solo de reconstruir para volver a la misma situación y que después tengamos que lamentar daños similares", comentó la ministra.
En esa línea, detalló que "todavía estamos en un momento de evaluación, pero creo que sin duda es importante escuchar todas las voces, todas las opiniones a los expertos y mantener todas las opciones abiertas para que tengamos una reconstrucción que sea realmente segura, que sea resiliente y que finalmente proteja a las personas".
La ministra reconoció de todas formas que "relocalizar no es fácil", producto del tejido social formado en las distintas zonas, "y uno no puede llegar a imponer, mover a la gente simplemente".
Con todo, Toro dijo estar consciente que no se puede diseñar un plan de reconstrucción que en el papel suena ideal y en la práctica no se va a poder implementar. "Pero también que seamos claros, hay personas que están viviendo en zonas muy peligrosas, en quebradas, en lugares de difícil acceso, y tenemos que preocuparnos también como estado de esa situación. Pero tiene que ser una reconstrucción que dialogue con esta realidad", cerró.
Debate por reconstruir en la misma zona de los siniestros
En conversación con Emol, Michele De L' Herbe, consultor en gestión de emergencia, comenta que en realidad la fase actual es de "recuperación, pero en Chile le llamamos de reconstrucción, lo que demuestra el atraso en nuestro lenguaje. Esta fase apunta a la recuperación del bienestar económico, social, físico y emocional de las comunidades".
"Se trata de un aspecto multidimensional que es muy difícil manejar a nivel central, y eso es muy complejo, porque cada comunidad tiene sus propias características, y lamentablemente, seguimos con un sistema tremendamente centralizado", acotó.
Para Gerardo Ureta, Ingeniero y Doctorando en Ingeniería y profesor Ingeniería Civil UNAB, comenta que generalmente se ha construido viviendas en lugares donde sí se puede de acuerdo a la planificación urbana, "pero eso no significa que sea lo correcto, porque en algunos casos, los planes reguladores comunales permiten generar viviendas donde, después, con el tiempo, se ha dado cuenta que son zonas de riesgo".
Dichos riesgos, pueden ser tsunamis, o aludes, o los mismos incendios forestales, debido a las quebradas circundantes. "Si uno mira la red vial de estas zonas, son muy angostas, donde si se pone un auto, el vehículo de emergencia no puede entrar, casi no existe la red de grifos, tampoco estaciones de Bomberos, considerando que un camión de Bomberos tiene mucha dificultad para poder subir a estas zonas".
"Yo veía ayer cómo Techo Chile quiere construir rápidamente, pero no se puede reconstruir en el mismo lugar. Es el minuto para ver si la gente efectivamente puede seguir viviendo ahí, o se debe relocalizar", precisa.
Luis Álvarez, académico del Instituto de Geografía de la PUCV, comenta que si bien podría estar de acuerdo con el planteamiento de no construir en el mismo lugar que se siniestró, "lo que tienen las personas es ese pedazo de tierra que se quemó, ahí van a echar raíces y ahí se van a quedar. Ese es el arraigo al territorio, y nosotros somos muy reincidentes, superamos la adversidad, pero no hacemos nada; no somos resilientes, porque si fuera así, aprenderíamos de la adversidad".
¿Cómo debe ser la reconstrucción?
Los expertos comentan que es necesario que la reconstrucción tenga una planificación estratégica urbana, y eso no siempre es a corto plazo. Esto, considerando que las zonas afectadas son de alta densidad poblacional.
Para Carlos Aguirre, Investigador Facultad de Ingeniería, Arquitectura y Diseño USS, es importante considerar múltiples factores, como "mantener y evaluar el riesgos de los bordes urbanos. Una plantación de un tipo de especie en condiciones climáticas adversas puede ser muy peligrosa , como se demostró en los incendios de Santa Olga, Santa Juana y el de este fin de semana. En ese sentido, si el cambio climático nos trae más veranos con más calor y viento, nuestros bordes son cada vez más vulnerables".
"Por tanto, es trabajo de todos, el prevenir, limpiar cauces, colocar zonas de transición entre las plantaciones, las infraestructuras de comunicaciones (antena de telefonía), zonas de transmisión eléctrica, infraestructuras criticas, zonas con parcelaciones para vivienda y zonas urbanas", comenta.
Ureta añade que la zona donde se realice la reconstrucción debe estar cercana a empleos. "Eso, además, implica dar incentivos tributarios a las empresas para que se localicen en la zona. No podemos llenar de viviendas y que la gente no tenga donde trabajar".