Al sector Falda Verde de la comuna de Chañaral viajaron este jueves los investigadores de la Pontificia Universidad Católica para realizar la primera cosecha de lechugas producidas en un invernadero de cultivo hidropónico con agua de niebla y energía solar, en pleno desierto de Atacama.
La iniciativa conjunta con la agrupación de atrapanieblas de Atacama funciona en base a atrapanieblas -estructuras de madera y malla raschel-, que están ubicados a una altura entre los 700 y 800 msnm en plena Cordillera de la Costa y a una distancia de hasta cuatro kilómetros del borde costero. Cada atrapaniebla entrega en promedio 100 litros de agua al día.
Por su parte, los cultivos se establecen bajo invernaderos, los que permiten controlar el clima y asegurar la producción continua durante todo el año. Estos invernaderos se construyen con estructuras de madera y se cubren con polietileno flexible, mientras que para la ventilación se utiliza el viento de las zonas costeras.
Al interior de los invernaderos utilizan sistemas de cultivo hidropónicos, los que permiten maximizar la eficiencia en el uso del agua y acelerar el crecimiento de los cultivos.
Estos sistemas utilizan bombas para la aireación necesaria en la zona de raíces. Para su funcionamiento se utiliza energía solar, la que se es producida por paneles fotovoltaicos.
El desarrollo de este sistema sustentable ha permitido la producción de lechugas en una región donde se registran cerca de 18 milímetros de precipitaciones en un año. De hecho, estas instalaciones producen hasta 40 plantas de lechuga por metro cuadrado en 30 días.
Según explicó a Emol el profesor de la Facultad de Agronomía y Sistemas Naturales de la UC e investigador del Centro UC Desierto de Atacama, Francisco Albornoz, este proyecto "confirma la posibilidad de hacer producción local de hortalizas, para satisfacer la demanda y no depender de la importación desde otras regiones del país", ejemplificando que es posible la producción de otros cultivos como frutillas, tomates, pepinos, albahaca, menta, melón o zapallo italiano.
Así "el factor limitante en el desierto es el agua, obviamente, entonces con esto validamos que con agua niebla se puede hacer de forma sustentable y masiva", explicando que "a medida que vaya aumentando la superficie de atrapa niebla, va a ir creciendo la producción".
Finalmente Albornoz destacó que "es una producción local, hecha por la gente de la localidad y para satisfacer su propia demanda. Ellos deciden qué cultivar, nosotros le estamos mostrando cómo" y que este proyecto significa sacar la información científica y darle relevancia en el desarrollo del país, es una transferencia hacia la comunidad".
