Un intenso debate en torno a la "naturalización" de las cifras de homicidios se abrió desde el sábado, luego de las palabras de la
ministra del Interior, Carolina Tohá, quien en medio del balance del Plan 18 Seguro, comparó los 25 homicidios registrados -entre lunes y ese día-, con cifras "habituales".
"La cantidad de víctimas de homicidio de estos días ha sido más o menos similar a la que hay en días habituales: suman en total 25 personas que han muerto desde el lunes a la fecha, más o menos dentro de lo que son los números que tenemos habitualmente. Como cantidad es similar a los homicidios que hay los fines de semana", comentó la ministra.
Fue aquello lo que molestó a varios sectores, desde donde señalaron que la ministra busca "normalizar" el número de asesinatos registrados. Esto, considerando que durante la noche del sábado y la madrugada del domingo, se sumaron, al menos, otros siete homicidios. La cifra ya superaba los 30 decesos por estas causas.
El domingo fue el turno del delegado presidencial de la RM, Gonzalo Durán, quien ante las críticas dijo a El Mercurio que "más que dedicarnos a calificar si es mucho o poco, tenemos que trabajar activamente para que no ocurran o ocurran lo menos posible. Segundo, si es que ocurren, poder dar los con responsables, y se ha trabajado activamente en eso. Creo que la expresión de la ministra tiene que ver con poner en perspectiva un poco la situación de homicidios en el último tiempo, sin perjuicio de que basta con que haya uno para que se presente una preocupación".
La mañana de este lunes, el subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara, abordó también la polémica. Junto con actualizar las cifras de homicidios llegaron a 37 -seis más que las últimas Fiestas Patrias XL, registradas en 2019- sostuvo que la autoridad tiene la responsabilidad de dar a conocer las cifras, y aquello "no significa por ningún motivo la normalización", sino que "una responsabilidad de cara al país, de dar a conocer si esas cifras han crecido".
Añadió que "legítimamente se pueden emitir opiniones e interpretaciones (sobre la estadística), pero no cabe tiempo en un Gobierno que está ocupado en la seguridad, que está ocupado en frenar esa cifra al alza que veníamos viendo desde el año 2016, caer en en interpretaciones o discusiones públicas".
Esta tarde, Tohá volvió sobre el tema, ahora, a través de su cuenta de X, donde intentó poner freno al debate. "Desde el Ministerio del Interior, la prioridad hoy es capturar a los culpables de estos homicidios y que la justicia no los deje impunes. Si hubo malos entendidos, que quede claro: Cada homicidio es irreparable e inadmisible", escribió.
En conversación con Emol, expertos en seguridad y políticas públicas apuntan a las problemáticas asociadas a "normalizar" las cifras de homicidios, y los efectos que eso conlleva en la población, tanto en materia de temor como de victimización.
"Minimiza el temor de las personas"
Eric Latorre, director del magíster en Dirección Pública y Gobierno de la U. Autónoma, comenta que los dichos de la ministra "son graves e inaceptables, para la máxima autoridad en materia de seguridad pública".
Sobre los riesgos, precisa que son varios: "el primero, perder el sentido de urgencia política en materia de seguridad, donde el fast track de 32 leyes anunciado por el Gobierno para este año, solo alcanza 3 aprobadas y no se avizora una mejora en ese sentido".
No podemos normalizar esto, ni nosotros ni las autoridades. Lo que sí es cierto es que se ha comenzado a dar un acostumbramiento a la violencia, y una señal de eso es la baja en la percepción de la inseguridad".
Pilar Lizama, AthenaLab
"El segundo, es que el crimen organizado comienza a ser percibido como un actor instalado en los territorios y por ende la población debe funcionar en sus códigos y aceptar esta nueva 'normalidad' de homicidios, extorsión, torturas y secuestros. Y lo tercero, que en un escenario de indefensión estatal para la población surge la autotutela, lo que termina validando la violencia como medio de acción social", cerró.
Por su parte, Pía Greene, experta en seguridad de la USS, añade que "el principal problema de normalizar la cifra es que cuando uno está en un estado de 'normalidad', tiende a mantener el statu quo, es decir, a mantener las medidas en políticas públicas, pensando que están funcionando o en un nivel de normalidad. En cambio, cuando hay crisis o emergencias, uno tiende a movilizarse de mejor forma".
"Cuando nosotros dejamos de impresionarnos con las cifras, tendemos a no implementar medidas extraordinarias o políticas públicas diferentes, para abordar situaciones diferentes que requieren distintos resultados. Ese es el problema de naturalizar, decir 'bueno, esto puede pasar', y dejamos de buscar medidas extra", añade.
Asimismo, dice naturalizar esta situación también "minimiza el temor de las personas, cuando esto no sólo está asociado a cifras, sino que también a la tipología de crímenes nuevos, que hay que abordarlo también con medidas extraordinarias. El miedo y la victimización, se abordan también con políticas distintas".
Por su parte, Pilar Lizama, investigadora de AthenaLab y experta en seguridad, comentó que "espero que la ministra no haya querido referirse a que la cifra de los -hasta entonce- 25 homicidios eran 'normales', sino que lo que buscaba era un poco decir que 'está dentro de lo que venimos enfrentando y nos estamos haciendo cargo', como más bien como un llamado a la calma, lo que finalmente no resultó".
Por el contraste, comenta que si aquello se estuviera normalizando, "estamos en un problema, porque no podemos normalizar esto, ni nosotros ni las autoridades. Lo que sí es cierto es que se ha comenzado a dar un acostumbramiento a la violencia, y una señal de eso es la baja en la percepción de la inseguridad; porque no es que la gente ya no tenga miedo, sino que se puede interpretar con que se estén acostumbrando a esto, donde el termómetro para medir la inseguridad también cambia", aseveró.