A raíz de los hechos de violencia que han ocurrido en distintos establecimientos escolares del país, los últimos años distintos municipios han planteado la idea de revisar las mochilas de los estudiantes e instalar detectores de metales en la entrada a los colegios. La iniciativa se ha reinstalado luego de la tragedia por la explosión ocurrida la semana pasada en el Internado Nacional Barros Arana (INBA), que mantiene sin clases a los alumnos y a 22 jóvenes hospitalizados con quemaduras de distinta consideración. Hasta ayer, cuatro de ellos estaban en estado crítico y dos, en extrema gravedad. Algunos parlamentarios han señalado que se debe avanzar en medidas de este tipo, más extremas, sobre todo en los liceos emblemáticos, que protagonizan los hechos más violentos. También el alcalde electo por Santiago, Mario Desbordes, adelantó ayer que buscará mayores medidas de control. Sin embargo, un dictamen de 2022 de la Superintendencia de Educación prohíbe medidas de ese tipo, ya que vulnera a los escolares.