Un debate se ha instalado a propósito de los restaurantes emplazados en Isidora Goyenechea, Las Condes. Esto, luego de que a inicios de octubre se informara que la Municipalidad, desde que terminó con los decretos que permitían la utilización del espacio público, estaba aplicando multas por la utilización de veredas y por la venta de alcohol en esas mismas áreas.
Cabe mencionar que, en medio de la pandemia del covid-19, se entregaron permisos para que los locales pudieran usar la calzada y asegurar atenciones al aire libre. Sin embargo, ahora que se volvió a la "normalidad", algunos vecinos exigen que esos espacios sean recuperados.
A través de una carta enviada a El Mercurio el martes 8 de octubre, Alejandro Lizana manifestó que "el actual uso ilegal de la franja de equipamiento urbano en Isidora Goyenechea, donde los restaurantes han instalado mesas, sillas, toldos y otros objetos incumpliendo la ley, ha causado accidentes entre peatones y meseros, reducción del espacio peatonal, expendio de alcohol en la vía pública, corte de árboles plantados y una ocupación abusiva del espacio público".
"Al igual que lo actuado por la municipalidad de Las Condes, en nuestra calidad de vecinos también empatizamos y apoyamos a los empresarios gastronómicos durante la pandemia, cediéndoles la calzada y las veredas sin objeción alguna. Hoy les pedimos su retribución y respeto a la Ordenanza y Permisos Precarios, devolviéndonos el espacio aludido, que es de toda la ciudadanía", remarcó.
Este viernes 1 de noviembre, Lizana volvió a enviar una carta al medio en la que indicó que "tras las publicaciones de Emol del 9 de octubre y otros medios, donde la autoridad municipal advirtió la caducidad de la patente de alcoholes a los infractores, nos desconcierta constatar que varios restaurantes de la vereda sur de Isidora Goyenechea, entre La Pastora y Augusto Leguía Norte, siguen expendiendo alcohol en la vía pública, sin respetar la línea roja que la autoridad municipal trazó en la vereda para delimitar el espacio privado autorizado para el expendio y con ello, separándolo del espacio público, donde esta actividad constituye una ilegalidad, según la Ley de Alcoholes N° 19.925. Lo mismo ocurre en otros restaurantes de la vereda norte, entre San Sebastián y Vitacura".
Además, mencionó que "estos establecimientos persisten en ilegalmente continuar ocupando la franja de equipamiento urbano, con mesas, maceteros y otras estructuras fijas, en flagrante violación a la Ordenanza Municipal que prohíbe el uso privado de dicha franja de uso público".
"En nombre de la agrupación Salvemos Isidora Goyenechea, respetuosamente les solicitamos a los empresarios cumplir, y a la autoridad, tomar las acciones que la ley le exige, con una fiscalización más eficaz, especialmente respecto del expendio de alcohol en la vía pública, y aplicar las sanciones necesarias para restaurar el orden y el respeto al Estado de Derecho", agregó.
El sábado, Josefina Stradiotto Winckler, usuaria de Isidora Goyenechea, también se manifestó precisando que ha "leído que la excesiva 'permisología' está ahogando la inversión en Chile. Aunque entiendo el rol del Estado en regular la actividad económica, los permisos necesarios se han vuelto un obstáculo que retrasa la ejecución de proyectos, asfixiando el desarrollo. Además, hoy actores del ámbito público frenan el avance de proyectos gastronómicos ya en marcha. En lugar de apoyar y brindar condiciones para su crecimiento, se imponen nuevas restricciones que dificultan su sostenibilidad y contribución a la vida urbana".
En este contexto, dijo que quiere "contraponer mi visión a la del lector (del viernes) que propone "Salvemos Isidora Goyenechea" restringiendo el uso de espacios públicos para restaurantes. Creo que esto va en contra del potencial disfrute de la ciudad. En muchas capitales del mundo se han establecido leyes que permiten aprovechar áreas públicas, fomentando así la convivencia".
"Uno de los buenos recuerdos de la pandemia fue ver la calle Isidora Goyenechea llena de mesas en las veredas, un espacio donde muchos compartieron momentos de alegría. Recuperar y proteger ese espíritu debería ser una prioridad", aseguró.
Este domingo, empresarios gastronómicos del sector, aseguraron que han seguido con atención la discusión y quisieran contribuir a la reflexión: "Durante la pandemia, la Municipalidad otorgó facilidades de funcionamiento a los locales comerciales de Isidora Goyenechea, debido a las restricciones sanitarias de aquel entonces, situación que se mantuvo hasta mayo de 2023, fecha en que volvimos a la situación prepandemia".
"En la actualidad -continuaron- la Municipalidad de Las Condes se encuentra en proceso de modificación de la 'Ordenanza para la ocupación del espacio público y de antejardines en áreas comerciales'. Cualquiera sea el contenido de tales modificaciones, es nuestro deber dar estricto cumplimiento a lo que el Concejo Municipal decida, y solo esperamos tener, a la mayor brevedad posible, claridad sobre la normativa aplicable, para así desarrollar nuestra actividad comercial en un marco de certeza jurídica, pudiendo aportar, desde nuestra experiencia, sobre las definiciones técnicas y de materialidad, para aplicar los mejores estándares constructivos de terrazas en el espacio público".
"En nuestros locales los amigos se encuentran; los vecinos comentan las últimas noticias; se hacen negocios, y los forasteros se mezclan con los locales. Son lo que Olderburg denomina 'el tercer lugar', esto es, aquellos espacios de interacción social libre e informal que han contribuido a forjar el sentimiento de calidez, convivencia y esa forma particular de re-confort que llamamos comunidad", añaden y puntualizan que seguirán "aportando valor y promoviendo siempre el desarrollo seguro y sostenible de nuestra comuna, en base a la buena convivencia y colaboración", destacaron.
Finalmente, el arquitecto Yves Besançon Prats, se unió al debate y afirmó que "con preocupación he leído la carta que propone eliminar el uso del espacio público frente a los restaurantes que legalmente están funcionando en Isidora Goyenechea y que también legalmente utilizan, por fortuna, el espacio público con mesas jardineras y pérgolas".
"Digo por fortuna, porque una ciudad viva debe utilizar el espacio público, debe vivir el nivel de la ciudad que está al servicio de todos, como sucede en muchas ciudades del mundo en las que no hay organizaciones que impidan su uso. Su acción lleva a la destrucción y el deterioro del espacio público por el abandono de la vida ciudadana", mencionó.
Por último, y en su opinión, dijo que "sería deseable volver a autorizar el uso de una de las pistas a ambos lados de la calle para ampliar el buen uso que hacen del espacio público los restaurantes y cafeterías. La fiscalización debe hacerse, pero contra la ilegal y descarada venta que realizan al oscurecer las camionetas que venden alcohol en la vía pública al costado del parque forestal de Santiago o a los cientos de cocinerías ilegales que operan por todos lados".
