Científicos descubrieron un sistema que tiene siete exoplanetas (planetas fuera del Sistema Solar), todos de un tamaño similar a la Tierra. Del total, seis son comparables en tamaño y temperatura a nuestro planeta, y tres están en la "zona habitable", es decir, orbitan a una distancia suficiente de la estrella como para permitir la presencia de agua y potencialmente el desarrollo de la vida.
La estrella fue bautizada "TRAPPIST-1" y los planetas tienen los nombres TRAPPIST-1b, 1c, 1d, 1e, 1f, 1g y 1h, siendo "b" el más cercano a la estrella y "h" el más lejano.
El nombre "TRAPPIST-1" viene de uno de los telescopios usados para su descubrimiento, instalado en el Observatorio La Silla, en el norte de Chile: "Transitting Planets and Planetesimals Small Telescope". En este estudio se usó el telescopio "South", basado en Chile, pero también hay una versión "North", instalada en Marruecos.
El descubrimiento establece un nuevo récord para la cantidad de planetas encontrados en la zona habitable de una estrella, con tres (TRAPPIST-1e, 1f y 1g). Además, según expertos de la NASA, abre el camino a encontrar más sistemas planetarios de características similares.
Dos telescopios instalados en Chile fueron usados en las observaciones: TRAPPIST-South y VLT (en la foto), ambos administrados por el Observatorio Europeo Austral (ESO). Además, un tercer telescopio, el futuro E-ELT, es una de las herramientas que más potencial tiene para estudiar la presencia de agua y de vida en estos planetas.
TRAPPIST-1 está ubicada a 40 años luz de la Tierra (es decir, una nave que viaje a la velocidad de la luz se demoraría 40 años en llegar). New Horizons, la sonda de la NASA que hizo un histórico acercamiento a Plutón, viajó a una velocidad de 51.000 km/h, con la que le tomaría 800 mil años recorrer esos 40 años luz. Con una velocidad de 28.000 km/h, el transbordador espacial de la NASA se demoraría 1,5 millones de años en llegar al sistema
Expertos de la NASA indicaron en la conferencia de anuncio que no hay posibilidades reales de llegar a TRAPPIST-1 en esta generación.
No se sabe, pero ciertamente hay posibilidades. Según la NASA, los siete podrían albergar agua, pero sólo tres (1e, 1f, y 1g) muestran posibilidades de tener agua líquida y potencialmente océanos. 1b, 1c y 1d tendrían temperaturas muy altas para tener agua líquida, salvo en sectores específicos de su superficie, dadas ciertas condiciones. Sobre 1h no hay confirmación pero se cree que es muy distante para tener agua líquida.
No se sabe, pero al menos tres de los planetas muestran condiciones que lo permitirían: 1e, 1f y 1g. Los siete podrían albergar agua, pero esos tres son los que muestran más potencial. Instrumentos avanzados como el E-ELT y el telescopio espacial James Webb podrán estudiar este punto con más detalle (y la NASA indicó que es muy probable que TRAPPIST-1 sea una de las primeras observaciones de James Webb, que debería despegar en 2018).
Michael Gillon, autor principal del estudio sobre el sistema planetario, indicó que sus datos no muestran la presencia de lunas, lo que también sería poco probable dada la extrema cercanía de los planetas a su estrella. Pero, indicó, no se puede descartar la presencia de más planetas que sí tengan lunas.
El hallazgo se hizo a través de eventos conocidos como "tránsitos", que consisten en cuando la luz emitida por una estrella baja cuando un objeto (en este caso, planetas) pasa frente a ella. Así se obtuvieron datos de sus tamaños, composiciones y órbitas.
En base a las densidades observadas por el telescopio espacial Spitzer, la NASA asegura que seis de los planetas tendrían una composición rocosa, como la Tierra. Futuras observaciones buscarán determinar la del séptimo, "1h" (el más lejano a la estrella), que se cree podría ser un "mundo de hielo".
TRAPPIST-1 fue clasificada como una estrella "enana ultrafría". Esto porque tiene un tamaño menor, siendo apenas más grande que Júpiter pero con una masa que representa apenas un 8% la de nuestro Sol. TRAPPIST-1 también libera menos energía, lo que permite que los planetas que la orbitan puedan albergar agua pese a estar muy cerca. De hecho, según ESO, la órbita de 1h es seis veces menor a la de Mercurio, el planeta más cercano a nuestro Sol.
Sí. Desde el descubrimiento del sistema se han dedicado otros recursos a su estudio. Así, telescopios como Hubble y Kepler-K2 (especialmente dedicado al descubrimietno de exoplanetas) lo están estudiando. En particular, los resultados de K2 podrían arrojar más datos sobre las propiedades de los planetas e incluso descubrir otros cercanos. Sus observaciones terminarán en marzo.