SANTIAGO.- Fue el 16 de noviembre de 2011 cuando el cohete ruso Soyuz despegaba al espacio con el tercer intento de satélite nacional, llevaba a bordo el FASat-Charlie, operado por la Fuerza Aérea de Chile (FACh), para llevar al país un paso más allá en su desarrollo espacial. Más de 15 años después, la Universidad de Chile lograba poner en órbita el primer CubeSat nacional, Suchai 1, con dedicación exclusiva para la investigación científica.
Ahora, el FASat-Charlie ha llegado al límite de su vida útil tras operar durante seis años, cinco meses y 11 días. Si bien esto no significa que deje de operar, sí da indicios de que podría hacerlo en cualquier momento. Por ahora, el ministro de Defensa, Alberto Espina, señaló que su cartera y la de Transportes están evaluando cuáles son las alternativas para su renovación y cómo "mantener la información que nos aporta el satélite".
El dispositivo operado por la FACh tenía seis objetivos: contribuir en la gestión de Defensa, en la seguridad interior del Estado, en la protección civil y actuar frente a emergencias, mejorar los procesos productivos en el país, entregar un aporte en la gestión medioambiental, apoyar la política exterior del Estado y ayudar en la investigación científica.
Ante esto, el académico de Ingeniería Mecánica y miembro del centro de Astroingeniría de la Universidad Católica (PUC), Cristián Chávez, detalla que "hasta ahora, Chile ha tenido dos satélites operativos", agregando que si bien "un país en vías de desarrollo perfectamente puede vivir sin un satélite, lo que te entrega tener un satélite es acceder a un 'club' de países que tienen, por lo menos, un grupo de personas capacitadas en aeroespacial, lo que implica hacer vanguardia en tecnología".
"Como no tenemos muchos recursos, se entiende que el Estado evalúe muy bien la adquisición de satélites, pero no podemos dejar de tener uno, en particular si no comparamos con el estándar de otros países de la región. No es algo indispensable, pero sí algo necesario si uno quiere aspirar a ser un país desarrollado", continúa el investigador de la PUC.
Lo mismo cree Carlos González, investigador de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile y parte del equipo que desarrolló Suchai 1, quien explica a Emol que "es un tema muy importante porque pone a Chile en un grupo de países bien selecto que hace este tipo de cosas".
"Lo que yo siento que no hay hoy es una definición a nivel más central de qué es lo que queremos ocupar como país, qué es lo que queremos desarrollar como país", lamenta González, puntualizando que "lo peor es no tener una definición clara".
"En la Universidad de Chile lo que estamos desarrollando es un programa espacial basado en nanosatélites, que permiten hacer ciencia, probar tecnología, formar capital humano avanzado", agrega el también estudiante de doctorado en la Universidad de Chile.
Respecto de este proyecto, Chávez asegura que "las misiones universitarias sirven mucho para hacer investigaciones científicas. Por lo tanto, así como una política rápida que podríamos crear es que si se da subvención a las universidades, muchas misiones se podrían hacer con los CubeSat, dejando los que son más grandes para tomar imágenes de alta resolución y telecomunicaciones".
"Por el lado de las universidades, la Universidad de Chile ya tiene un equipo muy competente y la idea es que otras universidades podamos aportar en tener un CubeSat pronto o, por lo menos, tener infraestructura de complemento", agrega el académico de la PUC, asegurando que "no podemos perder lo que hicimos ni el grupo humano de la FACh, esperemos que no pase mucho tiempo hasta que tengamos el otro satélite en órbita, por el lado del Estado".
