SANTIAGO.- La octava versión de Congreso Futuro llega a su fin hoy con la jornada diseñada para niños y adolescentes "Futuristas", en medio de una agitada semana que reunió a importantes expositores y reconocidos investigadores homenajeados en todo el mundo, una charla llama la atención. Una joven de 32 años se para frente a la audiencia y solicita que levanten sus teléfonos en el aire: "Todos ustedes son cyborgs", comenta con una pequeña sonrisa.
Se trata de Amber Case, licenciada en sociología y antropología, que se denomina a sí misma como un cyborg. Pero no se refiere a los característicos personajes como Robocop o Terminator. No, ser cyborg es una idea que se extrajo de una publicación científica en la década de 1960 que habla sobre los viajes espaciales y los dispositivos necesarios para realizar estas travesías.
"El término Cyborg habla de nos agregamos cosas externas a nosotros mismos de manera temporal para que podamos adaptarnos a distintos ambientes. Así, si alguien tiene que ir al espacio, se pone un traje espacial; o nos ponemos una escafandra para sumergirnos en el agua. De la misma forma utilizamos la tecnología para adaptarnos a nuestro medio ambiente moderno y, al final, es una extensión mental de nosotros mismos", comenta en conversación con Emol.
"Esto no es la idea que tenemos de la ciencia ficción, no necesitas estás unido a la tecnología 24/7", aclara mientras se acomoda en la silla para dejar caer sus piernas en uno de los apoyabrazos. "Pero claro, si tienes una bomba de insulina, entonces sí eres un cyborg todo el tiempo", bromea.
El alto despliegue actual de la tecnología en nuestras vidas, señala, a veces nos hace creer que la humanidad tiene una necesidad de sustituir todo con inteligencia artificial, pero este no es el futuro que Case ve para el mundo.
"No tenemos que automatizar todo y ser parte de este futuro realmente aburrido en que sólo tienes que hablarle a un robot que realmente no nos entiende porque no tenemos un acento perfecto en el idioma que fue configurado", para ella, la clave está en mantener la distancia entre máquina y seres humanos.
"A veces esperamos que la inteligencia artificial se tome el mundo porque vimos eso en una película, pero tenemos que separar la ciencia ficción de la realidad y darnos cuenta de que en las películas los robots realmente son más inteligentes porque existe un guion que les dice que deben serlo".
Así, la investigadora asegura que "es necesario que bajemos nuestras expectativas y veamos a estos desarrollos como si se tratase de una mascota, algo con lo que podemos interactuar, pero no podemos esperar que sea humano", explica, sólo para agregar que es necesario "entender que son como una criatura extraterrestre. Son otra especie".
Case se presentó el viernes en el Salón de Honor del ex Congreso Nacional, pero antes estuvo en Valparaíso para exponer estas mismas inquietudes frente a los asistentes a sus charlas, todo esto en el marco del evento más importante de divulgación científica del país.