"Tómense un momento y disfrútenlo. Este es el momento que hemos esperado durante un siglo", estas fueron las palabras que siguieron la presentación de la imagen del agujero negro en el centro de la galaxia vecina de la Vía Láctea, Messier 87. Pero para llegar a este momento, decenas de científicos en todo el mundo debieron conmutar esfuerzos y largas jornadas de observación. En este importante paso científico, Chile cumplió un papel fundamental en la ubicación de este cuerpo celeste y la obtención de detalles en la imagen.
El consorcio detrás de este logro es el Event Horizon Telescope (EHT), una iniciativa capaz de reunir ocho telescopios en todo el mundo para simular un lente del tamaño de la Tierra con el poder para observar el agujero negro, una hazaña que sería como intentar ver con los ojos una pizza en la superficie de la Luna.
Para esto, fue necesario un trabajo de colaboración internacional que fue destacado por todos los científicos que acudieron a la conferencia realizada en Santiago, una de la cinco simultáneas que se celebraron durante la mañana del miércoles en todo el mundo. La elección de nuestro país para esto no fue casual, sino que fue precisamente por el rol que jugaron dos instalaciones en territorio nacional.
"Desde luego no por azar Chile es la sede de ALMA, es el mejor lugar del mundo para observar en banda milimétrica, que es como está obtenida esta imagen. APEX que es otro telescopio que nosotros operamos en la ESO también ha sido muy importante para poder calibrar los datos", explicó a Emol el director general de ESO, Xavier Barcons.
Estos dos centros, en los que el Observatorio Europeo Austral (ESO) cumple un rol de administración, se encuentra en la Región de Antofagasta.
"He querido subrayar la colaboración entre científicos que es muy importante porque esto es un esfuerzo gigantesco", continuó el físico que antes de asumir este cargo también se dedicaba a explorar agujeros negros. "Otra parte que es muy importante es que detrás de estos ocho telescopios que han generado las observaciones hay también un gran trabajo que se ha hecho para construir ALMA, APEX y los demás telescopios".
El propio ministro de Ciencia, Tecnología, Innovación y Conocimiento, Andrés Couve, también destacó la importancia de los cielos nacionales después de la conferencia, comentando que "en Chile vamos a tener al año 2024 el 70% de la capacidad telescópica terrestre y eso nos pone en una posición privilegiada para participar de la ciencia mundial".
La colaboración volvió a salir en las declaraciones de Violette Impellizzeri, una de las astrónomas asociadas a ALMA y que representó al radiotelescopio más grande del mundo en esta oportunidad: "Es un resultado que necesitaba absolutamente una colaboración internacional, y nosotros nos sentimos orgullosos porque no somos parte del EHT formalmente, pero participamos de durante los últimos siete años".
"Nosotros ayudamos captando el agujero negro, entonces después le avisamos a los otros telescopios que no son tan sensibles. Cuando encontramos el agujero le dijimos al resto 'te ayudo, aquí están las imágenes'. Entonces después cuando sabes más o menos dónde está todo, lo puedes ver mejor", explicó la científica que formó parte de las observaciones tomadas en 2017 desde el desierto de Atacama.
Para lograr esto los ocho centros de investigación tenían sólo "diez días para observar cinco proyectos y cada uno de ellos ocupaba toda la jornada", recuerda Impellizzeri. "El tiempo era tan lindo, así que fuimos todos los días a trabajar, pero al tercer día estábamos tan cansados y justo llegó una nube y dijimos 'con esto no vamos, tenemos que dormir' y al día siguiente seguimos. Fue muy agotador", recuerda.
No obstante, todos los miembros del EHT destacan que nadie podría haberlo hecho por su cuenta. Tras la detección desde Chile fue fundamental trabajar en conjunto con el resto de los equipos: "Necesitábamos (un lente) del tamaño de la Tierra".