Robert Markowitz/JSC/NASA
Una de las dudas que surge en medio de las propuestas de viajes interplanetarios, especialmente a Marte, es el impacto de estar durante años a bordo de una nave en el espacio. Es por esto que en 2015 la NASA y Roscosmos realizaron un proyecto para medir los efectos con una estadía durante 340 días en la Estación Espacial Internacional (EEI) del astronauta Scott Kelly y el cosmonauta Mikhail Kornienko. Esta semana se cumplen tres años de su regreso a la Tierra y el investigador estadounidense ha mostrado múltiples cambios en su organismo.
Para la NASA este experimento tenía un punto a favor, ya que el hermano gemelo de Scott Kelly -Mark, quien también es un astronauta- se quedó en la Tierra como sujeto de control, realizando las mismas pruebas.
Ahora, los resultados de una nueva investigación han demostrado que Kelly experimentó diversos cambios en su organismo, por ejemplo algunas de sus células muestran una mutación en su ADN, su microbioma añadió nuevos tipos de bacterias y su sistema inmune produjo nuevas señales.
El trabajo detalla que muchos de los cambios experimentados por el astronauta en su larga estadía espacial desaparecieron con el tiempo en la Tierra, sin embargo, no todos lo hicieron, lo que levantó algunas sospechas en los expertos sobre los beneficios reales de ir a otros planetas considerando estas consecuencias.
Algunos de los genes de Scott Kelly "despertaron" durante su viaje, genes que Mark mantuvo "apagados" en la Tierra, y que según los expertos fue una consecuencia de la constante exposición a radiación que existe incluso a sólo 400 kilómetros de la superficie de nuestro planeta. Esto porque ciertos genes activados fueron identificados como parte de proteínas que ayudan a arreglar ADN dañado, como cuando es afectado por factores externos como la radiación.
De hecho, la radiación es un punto fundamental en la investigación para lograr las misiones interplanetarias, ya que fuera de la Tierra, las personas quedan desprotegidas ante este factor.
Otra parte de los genes activados cumplen roles en el sistema inmune, algo que los expertos no han logrado entender completamente.
En sus pruebas cognitivas de regreso a la Tierra, Kelly tampoco logró estar a la altura de sus estándares previos a la misión, algo que doctores y el propio astronauta atribuyen al agotamiento posterior a vivir un año en la EEI.
Cuando el astronauta regresó a la Tierra comentó que su cansancio era muy alto y describió una mayor fatiga que antes de formar parte de esta misión.