En el marco de la nueva etapa de la carrera espacial es la Luna la que se posiciona al centro del interés mundial tal como ocurrió hace más de 50 años. Ahora, la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) trabaja ya en las próximas aventuras lunares, con misiones tanto robóticas como tripuladas. En este sentido, las autoridades del viejo continente esperan un trabajo colaborativo con sus pares de otros países para la construcción de una "aldea lunar".
Este proyecto, que inicialmente contempla una etapa únicamente operada por robots, servirá durante las próximas décadas para completar la exploración del satélite natural de la Tierra, pero también como el "trampolín" para continuar la exploración del Sistema Solar y llegar así a Marte en los próximos años.
En el año 2023 astronautas europeos se integrarán previsiblemente en la misión tripulada que orbitará la luna, y un año después podrían también formar parte de la tripulación que volverá a alunizar, un nuevo hito que Europa quiere aprovechar para que una mujer pise por primera vez la luna, una hazaña que podría protagonizar la astronauta italiana Samantha Cristoforetti.
Esto se suma a la línea que tiene la NASA con su programa Artemis -símil de Apollo en las décadas de 1960 y 1970- con el que volverán a la Luna.
El científico Bernard Foing, director del grupo internacional de Exploración Lunar de la ESA, incidió en la trascendencia que va a tener la "aldea lunar", que inicialmente será exclusivamente robótica, y en el interés de las principales agencias espaciales del mundo en esta instalación, en detrimento eso sí de la Estación Espacial Internacional (EEI).
Europa dispondrá el próximo año de su primer acceso a la superficie lugar, ya que suministrará el sistema de aterrizaje a la misión rusa "Luna 27" que se posará cerca del polo sur lunar, y está además ultimando un sistema de comunicaciones y un "taladro" para recoger muestras y traerlas a la Tierra para su análisis.