"Tres, dos, uno. Todos los sistemas de propulsión están funcionando. ¡Despegue!". Con estas palabras hace 50 años, un 16 de julio de 1969, tres astronautas dejaban atrás la Tierra para transformarse en la primera tripulación que lograría pisar la superficie de la Luna. El equipo compuesto por el comandante Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins pasó a la historia con un viaje de nueve días que regresó a la Tierra un 24 de julio, cambiando la forma en que se veían los viajes espaciales para siempre.
Si bien los tres astronautas lograron inscribirse en la historia, no terminó todo en 1969. Armstrong, Aldrin y Collins continuaron sus carreras durante los años siguientes y, hasta la fecha, al menos los dos últimos que continúan con vida, se mantienen activos en el ámbito de la divulgación.
El comandante de la misión que cambió la historia
Con 38 años, Armstrong fue designado como el comandante de esta misión, la número 11 de un programa que había iniciado con la administración del Presidente John F. Kennedy para vencer a la Unión Soviética en la Carrera Espacial. El astronauta había obtenido su licencia de Piloto con sólo 16 años y llevaba trabajando en la NASA desde 1962.
Con una carrera brillante, el piloto que falleció el 25 de agosto de 2012 a sus 82 años pasó dos veces por Chile, después de marcar su momento en la historia de la humanidad, Armstrong recibió tres homenajes en su país, el primero fue la Medalla Presidencial de la Libertad, entregada por Presidente Richard Nixon, luego en 1978 el mandatario Jimmy Carter lo galardonó con la Medalla de Honor del Espacio del Congreso, y finalmente en 2009 recibió la Medalla de Oro del Congreso.
Luego de estas misiones, el piloto declaró que no tenía intenciones de dejar la Tierra nuevamente y comenzó el camino de la educación al transformarse en académico de la Universidad de Cincinnati, específicamente en el Departamento de Ingeniería Aeroespacial, además de formar parte de los equipos de investigación de la NASA.
Dentro de su carrera, Armstrong también integró dos comisiones de estudio en importantes accidentes de la agencia espacial: El Apolo 13 y el desastre del trasbordador espacial Challenger, el primero resultando en la única misión entre 1969 y 1972 que no alunizó y el segundo explotando sólo segundos después de su despegue en Cabo Cañaveral.
En la investigación del Apolo 13 el comandante no estuvo de acuerdo con la resolución del informe final que proponía un rediseño de los tanques de oxígeno -causantes del problema que no permitió el éxito de la misión- por el alto costo de 40 millones de dólares y aseguraba que sólo se debía cambiar una pieza. Sin embargo su punto de vista no fue aprobado y a NASA decidió modificar completamente los tanques.
El astronauta que ahora mira hacia Marte
Con un pasado militar, Edwin "Buzz" Aldrin logró ingresar en el tercer grupo de astronautas de la NASA en 1963 y ser designado para la misión Apolo 11 que lo llevó hasta la superficie lunar en 1969 junto a Armstrong. El piloto del módulo lunar ya había completado misiones de combate en la Fuerza Aérea de Estados Unidos y participado en la Guerra de Corea antes de ingresar a la agencia espacial.
Tras convertirse en la segunda persona que pisó la Luna, Aldrin continuó trabajando en el área espacial hasta que se retiró de la NASA en 1972. Un año después, el piloto publicó su primer libro "Regreso a la Tierra" y en 2009 fue el autor de una segunda publicación llamada "Desolación Magnífica" en los que relata lo duro de sus años posteriores a la hazaña en el satélite terrestre.
Si bien Aldrin es uno de los astronautas más importantes no sólo en la historia de la Carrera Espacial, sino de toda la humanidad, el ex militar ha declarado tener problemas de salud mental que lo llevaron a episodios de depresión, además de alcoholismo que trató durante años.
Actualmente, de 89 años, el miembro del Apolo 11 suma a su carrera expediciones al Polo Sur y al Polo Norte, además de unos años como comandante de la Escuela de Investigación de Pilotos Aeroespaciales en la Base de la Fuerza Aérea Edwards, en California.
Sin embargo, la vida de Aldrin suma una serie de conflictos que incluso lo llevaron a un arresto por conducta. El astronauta incluso llegó a vender vehículos, hasta que en 1996 logró fundar la compañía Starcraft Boosters, enfocada en el diseño de lanzadores espaciales reutilizables.
Con el paso de los años, el ex astronauta volvió a su amor por el espacio, pero esta vez criticando las decisiones de la NASA sobre la exploración espacial, principalmente por la baja intención de la agencia espacial por llegar a Marte.
Una idea que se fortaleció esta década luego de que en 2013 publicara en el The New York Times su visión sobre la primera misión tripulada al planeta rojo en la que, tal como actualmente lo ve la NASA y el gobierno de Estados Unidos, se utilizaba la Luna "como un punto de partida posicionar a la humanidad en establecer colonias en Marte y transformarnos en una especie de dos planetas".
En esta misma línea, dos años después, junto al Instituto Tecnológico de Florida, presentó un plan que le permitiría a la NASA llevar astronautas a Marte para el año 2040.
Al igual que Armstrong, Buzz ha sido homenajeado por Estados Unidos en reiteradas oportunidades, recibiendo también diversos reconocimientos por su contribución al desarrollo científico y tecnológico al ser parte de la primera misión que posicionó a la humanidad en la Luna.
El héroe silencioso
En la gran hazaña que fue la llegada de la humanidad a la Luna mucho se habla de Neil y Buzz, los dos astronautas que llegaron a la superficie del satélite y clavaron la bandera de Estados Unidos, sin embargo, la tripulación estaba compuesta por un tercer hombre: Michael Collins, quien se debió quedar a bordo del módulo en que viajaron de regreso a la Tierra.
Collins ingresó a la NASA en el tercer grupo de astronautas y tenía 39 años cuando se subió al Saturno V, con una carrera desarrollada en la Fuerza Aérea de Estados Unidos, el piloto fue uno de los destacados en su generación, lo que le valió subirse a la misión más importante en esta Carrera Espacial.
Luego de regresar a la Tierra, el ex militar estuvo un año como consultor oficial del Estado, para luego ser nombrado como director del Museo Nacional del Aire y el Espacio, posición que desarrolló durante años hasta que en 1978 pasó a ser el secretario del Instituto Smithsonian.
La vida del astronauta también involucró terminar sus estudios en la Academia de Negocios de Harvard y en 1980 se transformó en el vice presidente de la compañía LTV Aerospace en Virginia, cargo que mantuvo hasta 1985 cuando decidió independizarse.
Con 55 años, Collins fundó su propia compañía de consultoría llamada Michael Collins Asociados y se dedicó también a trabajar en un libro que relataría su autobiografía como parte de la misión Apolo 11, llamado "Llevando el fuego: Los viajes de un astronauta".