La inteligencia artificial siempre ha significado un importante -y peligroso- avance para Elon Musk, siendo uno de los empresarios que ha liderado campañas para regular el uso de esta tecnología, principalmente en su implementación en armamento. Ahora, el multimillonario aventuró que está trabajando en una interfaz que conecte el cerebro con dispositivos electrónicos.
Esta tecnología, desarrollada por su startup Neuralink, podría iniciar su etapa de prueba en humanos el próximo año, según conversó esta semana el fundador de empresas como Tesla y SpaceX. "Podemos hacer una interfaz cerebro-máquina completa", fueron las palabras de Musk en un evento en San Francisco para mostrar sus avances.
Entre los objetivos del empresario se encuentra la creación de "una especie de simbiosis con la inteligencia artificial", una medida que ve como la solución para evitar que las máquinas sobrepasen a la humanidad.
¿Cómo se logra esto? Elon Musk habló -y mostró- un minúsculo sensor que puede ser implantado en un cerebro a través de una pequeña incisión hecha por un robot especialmente construido para realizar esta tarea de alta precisión. De ahí, este dispositivo sería capaz de conectarse a un teléfono inteligente, según lo planeta Neuralink.
La primera etapa, de acuerdo a los lineamientos de la empresa, está enfocada en personas con patologías neurológicas, pero luego puede extenderse a prótesis o a usuarios que quieran lograr diversas aplicaciones con esta tecnología.
En el evento, los responsables de Neuralink detallaron que un mismo paciente podría tener hasta 10 sensores en su cerebro para controlar diversas funciones que luego estén sincronizadas con su teléfono inteligente.