La cumbre del clima de Madrid apura todavía las negociaciones para tratar de conseguir un acuerdo asumible por todas las partes y que apueste por la necesidad de incrementar la ambición climática para poder cumplir con el Acuerdo de París y evitar que la temperatura del planeta crezca este siglo por encima de 1,5 grados.
Los negociadores de las delegaciones oficiales trabajan desde ayer para tratar de consensuar ese acuerdo, después de que los borradores planteados por la presidencia chilena de esta conferencia (COP25) fueran
rechazados por un elevado número de países y criticados por observadores y organizaciones no gubernamentales.
La cumbre comenzó el pasado día 2 de diciembre con la presencia en Madrid de más de cincuenta jefes de Estado y de Gobierno y responsables de numerosos organismos e instituciones internacionales, y estaba previsto que se hubiera clausurado el pasado viernes.
Pero las reuniones se han sucedido durante el fin de semana y se han intensificado durante esta madrugada para tratar de salvar las principales diferencias, después de que la Presidencia chilena de la COP25 pidiera a la ministra española para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que liderara esa mediación en algunos de los asuntos más complejos.
Los principales temas que impiden el acuerdo se centran en la ambición climática, ya que muchos países, liderados por la UE, inciden en la importancia de que todos los Estados que se han sumado al Acuerdo de París revisen al alza el próximo año sus compromisos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (las llamadas Contribuciones Nacionales Determinadas).
También distancia mucho a las partes la regulación de los mercados de carbono (el artículo 6 del Acuerdo de París) y su ordenación en un sistema único y transparente que ordene el comercio de derechos de emisión de dióxido de carbono en todo el mundo.
Los problemas relacionados con los mercados de carbono se refieren a la doble contabilidad que algunos países quieren evitar y a la transición de los remanentes de derechos de emisiones que algunos Estados conservan del Protocolo de Kioto y que pretenden mantener en la transición al Acuerdo de París.
La sesión plenaria de clausura está programada para esta mañana, aunque durante los últimos dos días ha sido sucesivamente aplazada ante la falta de un acuerdo que someter a aprobación.