Millennium Tower, el rascacielos de cristal que se hunde e inclina en San Francisco
El edificio de 58 pisos cuenta con 419 lujosos departamentos, cuyos propietarios están inquietos. Desde 2009, se ha hundido 40 centímetros, lo que ha generado una inclinación de unos 15 centímetros en su parte superior.
24 de Octubre de 2016 | 13:04 | AP
SAN FRANCISCO.- Pamela Buttery notó algo peculiar hace seis años cuando practicaba su putt de golf en su departamento del piso 57, en la lujosa Millennium Tower. La pelota no dejaba de rodar hacia la misma esquina de su salita.
Para los habitantes del esbelto rascacielos de cristal, esos fueron los primeros indicios de que algo iba mal.
El edificio de 58 pisos se ha ganado el apodo de "torre inclinada de San Francisco" en las últimas semanas. Pero no sólo se inclina, también se hunde. Y los ingenieros contratados para evaluar el problema dicen que el proceso no da indicios de detenerse de inmediato.
"Lo que más me preocupa es la inclinación", dijo Buttery, de 76 años, promotora retirada de bienes raíces. "¿Es seguro quedarse aquí? ¿Durante cuánto tiempo?", agregó.
Completada hace siete años, la torre se ha hundido por ahora 40 centímetros en la tierra blanda del abarrotado distrito financiero de San Francisco. Pero no se hunde de manera uniforme, lo que ha creado una inclinación de cinco centímetros en la base, y de aproximadamente 15 centímetros en la parte superior.
En comparación, la famosa Torre Inclinada de Pisa tiene una inclinación de unos 5 metros. Pero en una importante zona sísmica, los problemas estructurales de la Millenium Tower han hecho sonar la alarma y se han convertido en el centro de un escándalo público.
En las últimas semanas se han filtrado varios documentos relacionados con el inmueble, incluidas conversaciones entre el Departamento municipal de Inspección de Edificios y Millenium Partners, promotora de la construcción. Los documentos muestran que ambas partes sabían que el rascacielos se estaba hundiendo más de lo previsto antes de su inauguración a finales de 2009, pero ninguno hizo pública esa información.
En una carta de febrero de 2009, un inspector jefe de edificios, Raymond Luis, escribió a la firma de ingeniería de la torre para expresar su preocupación por un "asentamiento mayor del previsto". Preguntó qué se estaba haciendo para detener el hundimiento y si la seguridad estructural del edificio podría verse afectada.
DeSimone Consulting Engineers respondió que el edificio ya se había asentado 21 centímetros más de lo esperado. Sin embargo, la compañía concluyó que "Nuestra opinión profesional es que las estructuras son seguras".
El supervisor municipal Aaron Peskin, que ha convocado vistas sobre el tema en el Ayuntamiento, preguntó a Lui por qué entonces se concedió el certificado de seguridad para habitabilidad al edificio.
"Creímos que lo tenían bajo control", respondió Lui, que ahora trabaja en el departamento de obras públicas de la ciudad. No dio más detalles.
Las autoridades locales, los propietarios de los exclusivos departamentos del edificio, sus promotores y políticos discuten ahora sobre quién tiene la culpa. Mientras tanto, quedan preguntas importantes por responder.
"¿Cuándo va a dejar de hundirse este edificio?", preguntó Jerry Dobson, abogado e ingeniero que en 2009 pagó 2,1 millones de dólares por su departamento de dos habitaciones en el piso 42. "Eso es algo que nadie ha podido responder", añadió.
Varios ingenieros empezaron a trabajar el mes pasado en las aceras que rodean la Millennium Tower para determinar por qué se sigue hundiendo y si hay una manera de arreglarlo. Pero se espera que el proceso, que implica perforar profundos agujeros y analizar las muestras de terreno, lleve varios meses.
Los datos actuales indican que la torre "podría" hundirse entre 60 y 79 centímetros en total, pero nadie lo sabe con certeza, expresó el ingeniero geotécnico que dirige la operación, Pat Shires.
Edificio de lujo
Cuando abrió sus puertas, la Millennium Tower se convirtió en un refugio para los acomodados de la ciudad, y sus 419 departamentos se vendieron con rapidez. Entre sus residentes han estado el ex jugador de los 49ers de San Francisco Joe Montana, el fallecido inversor de capital riesgo Tom Perkins y el jardinero de los Giants Hunter Pence.
El edificio tiene una piscina interior de 22 metros, un gimnasio y un spa, un cine, un restaurante y un bar de vinos gestionado por el famoso cocinero Michael Mina. Los áticos se vendieron por más de 10 millones de dólares.
Los problemas de la torre son evidentes en su garaje subterráneo de cinco plantas, donde se ven autos Porsche y Lamborghini junto a paredes con grietas que van del suelo al techo, muchas con aparatos para medir su crecimiento.
Entre tanto, las acusaciones y demandas se van acumulando.
Dobson y otros vecinos culpan a los promotores por lo que describen como un diseño con fallos. Los cimientos de la torre, por ejemplo, utilizan pilares que se extienden de 18 a 27 metros en terreno de relleno, en lugar de la opción más costosa de extenderlos al menos 73 metros hasta llegar a la capa de roca.
Millennium Partners sostiene que su diseño es seguro y dice que muchos rascacielos de la ciudad tienen cimientos similares.
"Hicimos este edificio de la forma correcta", dijo Chris Jeffries, miembro fundador de Millennium Partners, en una rueda de prensa. "El edificio es seguro al 100%", aseguró.
Jeffries atribuye los problemas del edificio a las obras en el solar vecino, donde se está construyendo una terminal del tranvía municipal. Él afirma que la Transbay Joint Powers Authority, la agencia pública que construye la estación de 4.500 millones de dólares, excavó un agujero de 60 pies para crear un terreno seco de construcción y sacó millones de galones (litros) de agua subterránea, lo que comprimió y debilitó la tierra bajo la Millennium Tower.
Por su parte, Transbay alegó que "los cimientos inadecuados son la única causa de la inclinación y el asentamiento excesivo". La agencia emitió un comunicado afirmando que el edificio se había hundido 25 centímetros y empezado a inclinarse antes de que comenzaran las obras de la estación en 2010.
Desde entonces ha seguido hundiéndose a un ritmo de aproximadamente 2,5 centímetros al año.
"Todos vivimos aquí y nos hacemos preguntas sobre nuestra seguridad", dijo otra residente, Nina Agabian, en una reciente vista en el Ayuntamiento. "Nos han dicho que llevará años resolver esto, y no creo que tengamos años", sentenció.