SANTIAGO.- Lexi Royer y su esposo Josh llevaban mucho tiempo tratando de ser padres y en mayo pasado finalmente lo lograron. Sin embargo, su alegría duró poco, ya que a las 13 semanas de gestación se enteraron de que su hijo sufría de espina bífida, una malformación en la que la columna vertebral y la médula espinal no se desarrollan adecuadamente. Los niños que nacen con esta afección generalmente no pueden caminar y sufren de acumulación de líquido en el cerebro, falta de control de la vejiga y otras complicaciones.
Así, el pronóstico para su hijo no era nada de alentador, más aún luego de que los diversos exámenes que le realizaron a Lexie arrojaran que el defecto era grande y severo. "Parecía que hablábamos de daño cerebral, tubos de alimentación, tubos de respiración, silla de ruedas, solo una mala calidad de vida", explicó la mujer a The New York Times.
Los médicos les ofrecieron el aborto como la mejor opción, pero la pareja no quería, ya que quizá sería su única oportunidad de tener un hijo. Entonces se volcaron a internet para buscar soluciones.
Fue así que dieron con un grupo en Facebook de padres de niños con espina bífida, quienes hablaban de un procedimiento experimental llamado cirugía fetoscópica.
La operación es llevada a cabo en el Hospital de Niños de Texas por los doctores Michael A. Belfort, jefe de Ginecología y Obstetricia, y William Whitehead, neurocirujano pediátrico, quienes consideraron que el hijo de Lexi y Josh era un candidato idóneo para ella.
Así, el 27 de septiembre pasado, cuando la mujer tenía 24 semanas y dos días de gestación, y su hijo pesaba menos de un kilogramo, se llevó a cabo la cirugía.
Una imagen impresionante
El procedimiento se realizó en una sala calefaccionada, con una temperatura ideal para el feto, pero un poco elevada para los médicos y enfermeras que participaron en ella.
Lexi fue puesta bajo anestesia general. El doctor Belfort realizó una incisión en la zona baja de su abdomen y luego, con muchísimo cuidado, sacó su útero fuera del vientre. Posteriormente, el médico insertó el fetoscopio dentro del órgano reproductivo, así como otras herramientas a través de una pequeña ranura.
El líquido amniótico fue drenado e inyectaron dióxido de carbono dentro del útero, para mantenerlo expandido y así poder maniobrar dentro de él. La imagen de ese momento es impactante y en ella se ve cómo brilla el útero al ser iluminado desde su interior.
Crédito: The New York TimesEl feto también fue anestesiado y luego, guiados por imágenes de video, comenzaron a operarlo. La intervención se extendió por unas tres horas y cuando terminó, los médicos reemplazaron el líquido amniótico con una solución salina.
Aunque Lexie tuvo una recuperación bastante dolorosa, está convencida de que el procedimiento valió la pena. Su fecha probable de parto es el 14 de enero de 2018.
A juicio de los médicos, la cirugía fetoscópica es un método más seguro tanto para la madre como para el feto, en comparación con el procedimiento intrauterino estándar que se realizaba hasta ahora para tratar la espina bífida. En él, los médicos hacían una incisión tanto en el abdomen de la madre como en el útero, para alcanzar al feto y operarlo. Así, la madre quedaba con una gran cicatriz, que podía adelantar el parto o bien ponerla en riesgo de una ruptura uterina durante él.
Los doctores Belfort y Whitehead realizaron su primera cirugía fetoscópica en 2014. Según aseguraron a The New York Times, hasta la fecha ningún feto ha fallecido a causa del procedimiento y algunas madres incluso han podido dar a luz vía vaginal.