SANTIAGO.- Con la llegada de los días calurosos el cuerpo comienza a sudar, perdiendo líquido. Es por esto que se hace imprescindible beber agua para mantenerse hidratado, y es aquí cuando surge la duda:
¿De la llave, embotellada, gasificada o saborizada? ¿Qué agua hay que tomar para mantener un cuerpo sano?
Aclarando mitos sobre el agua de la llave
Muchas interrogantes se producen en relación al agua de la llave, ya que por un lado es la de más fácil acceso y, por otro, hay quienes postulan que puede ser dañina para el organismo.
Según la nutricionista de Daily Foods, María Fernanda Jara, "el agua de la llave es básicamente agua potable, la cual para cumplir esta característica, ha pasado por distintos procesos físicos y químicos que aseguran su inocuidad, por lo tanto es apta para el consumo humano".
La especialista agrega que "el agua potable posee en su composición minerales (calcio y magnesio en mayor presencia) y metales en concentraciones que no son perjudiciales, además de cloro para garantizar la eliminación de microorganismos, y también flúor como estrategia contra las caries".
¿Qué pasa con el agua embotellada?
En tanto, las aguas embotelladas suelen ser minerales o purificadas. La primera es envasada en su mismo lugar de origen y sus componentes van a depender del lugar. Sobre ella, la nutricionista enfatiza que "en caso de padecer hipertensión se debe leer el etiquetado y optar por las que son bajas en sodio".
En el caso de las
purificadas, María Fernanda Jara explica que son sometidas a procesos para eliminar todo tipo de minerales, por lo que
no contienen sodio ni otras sales.
Asimismo, el agua embotellada puede ser con o sin gas. A la primera se le agrega dióxido de carbono, por lo que la nutricionista recomienda su consumo moderado, "ya que aumenta la cantidad de gases en el tubo digestivo provocando distención".
"El agua gasificada no es recomendable para personas con reflujo gastroesofágico, con enfermedades intestinales y con predisposición a la flatulencia", aclara Jara.
El boom de las aguas saborizadas
Desde hace un tiempo, el mercado experimentó el auge de las aguas con sabor, las cuales buscan vender el líquido de una forma más atractiva para su consumo. La recomendación de la nutricionista "es tener en cuenta que algunas contienen azúcar en sus ingredientes, por lo tanto debemos fijarnos en que sean libres de azúcar".
En este sentido, existen algunas endulzadas con estevia y bajas en calorías, las que según María Fernanda Jara serían "recomendables". Sin embargo también hay que fijarse "en que estén compuestas de pulpa de la misma fruta que rotula el sabor".
¿Cuánta agua y cuándo tomarla?
Según la especialista en nutrición la recomendación para adultos es de "30 y 35 ml de líquidos por kilo de peso al día, lo que equivale a aproximadamente dos litros en una persona que pesa entre 60 y 70 kg". Esto es igual a 8 vasos de 250 ml diarios.
No hay que olvidar que la cantidad recomendada aumenta en caso de que la persona realice actividad física o que las temperaturas sean muy altas, ya que las pérdidas de agua se incrementan a través de la sudoración.
Se debe evitar la deshidratación que tiene una serie de consecuencias como mareos, dolor de cabeza y otras más graves, así como también la hiperhidratación que "tiene como principal consecuencia la de disminuir las concentraciones de sodio en la sangre, provocando diversos efectos nocivos para nuestra salud", señala Jara.
La ingesta de agua debe realizarse de manera gradual a lo largo de todo el día. Sin embargo, la nutricionista destaca que "es especialmente beneficioso hidratarse en ayuno después de varias horas de sueño, y activar el metabolismo y nuestro sistema digestivo (...) También tiene beneficios para las personas que sufren estreñimiento al activar el movimiento natural de los órganos digestivos".