Eugenia y Beatriz aseguran que que una es el pilar de la otra.
AFP
SANTIAGO.- Son princesas, son famosas, pero no siempre han sido felices.
Eugenia (28) y Beatriz (29) de York dieron una entrevista, por primera vez juntas, donde explican, entre otras cosas, el lado no tan bonito de ser mujeres de la realeza.
Las hijas del príncipe Andrés y Sarah Ferguson son parte de la edición de septiembre de la revista Vogue UK, donde ambas contaron la dificultad que significa estar expuestas públicamente, mientras intentan construir sus carreras y vidas, sobre todo en el día de hoy, cuando la atención no solo llega por parte de los medios de comunicación, sino que también por las redes sociales.
"Es difícil (...) porque no hay precedente, no hay protocolo", comentó Beatriz. "Somos las primeras: somos mujeres jóvenes tratando de armar nuestras carreras y tener vidas personales, y también somos princesas haciendo todo esto frente al ojo público".
Por su parte, Eugenia –que trabaja en una galería de arte- señaló que es difícil atreverse a mostrar cómo son, "cuando ves una imagen perfecta en Instagram", pero destacó la importancia de hacerlo con sinceridad. "Somos reales", agregó.
"Queremos mostrarle a las personas cómo somos como jóvenes, mujeres de la realeza, y trabajadoras, pero también queremos no sentir miedo de exponernos", explicó.
El "pretzel hat"
El matrimonio de William y Kate Middleton, duques de Cambridge, significó un duro golpe para las hermanas, quienes debieron enfrentar cientos de titulares que analizaban la extravagante elección de sombrero de Beatriz, mientras la opinión pública, en general, se reía de lo que después se conocería popularmente como el "sombrero pretzel".
Si bien las princesas no mencionan un hecho específico, muchos medios británicos aseguran que fue este episodio el que sacó lágrimas a las hermanas, cuando ambas se refieren en la entrevista a una fiesta celebrada en el palacio de Buckingham.
"Hubo un artículo horrible que se había escrito sobre Beatriz y ella estaba muy molesta. Estábamos a punto de salir, pero
ella se tambaleó un poco y lloró. Yo la cuidé, pero unas horas después, yo empecé a llorar. Entonces, Bea estaba ahí para cuidarme".
Pese a este tipo de situaciones, las hermanas aseguraron que "no tiene sentido enojarse con nadie". "Solo necesitamos brillar con luz y amor en el mundo".
Las nietas de Isabel II aseguraron que una es el pilar de la otra, lo que quedará demostrado en octubre, cuando Eugenia se case con Jack Brooksbank, y Beatriz sea su dama de honor.