Lytton dio el martes su primera entrevista después del ataque del 15 de agosto.
AP
BOSTON.- "Sé que no es muy bueno que lo diga, pero no me gustaban los tiburones antes y me gustan menos ahora", dijo esta semana William Lytton, un hombre mordido por un escualo y que pudo escapar del ataque que amenazaba su vida, por medio de un golpe en las branquias del animal.
Lytton dio el martes su primera entrevista después del
ataque del 15 de agosto, día en que buceaba en
Cape Cod (Massachusetts; EE.UU.) a unos 2,4-3 m de profundidad, y a unos metros de la costa. Fue entonces que sintió un terrible dolor en su pierna izquierda y rápidamente vio que era atacado por un tiburón.
El neurólogo de
61 años de Scarsdale, Nueva York, dijo que
le dio al animal un fuerte puñetazo en las branquias con su mano izquierda, una medida que probablemente salvó su vida pero que también
le ocasionó el desgarre de algunos tendones.
"En un principio estaba atemorizado, pero realmente no tenía tiempo para pensar", dijo al narrar la odisea después de una terapia física en el hospital de rehabilitación Spaulding de Boston, en donde está desde el domingo.
Lytton comentó que debió recordar de algún documental que las branquias son una de las partes más vulnerables de un tiburón.
Un dolor "insoportable"
Después de que el animal lo soltó, el neurólogo dio algunas brazadas de regreso a la orilla y pidió ayuda a gritos.
Algunos visitantes de la playa, incluidos enfermeros y otros profesionistas médicos fuera de servicio, le ayudaron a detener el sangrado y lo llevaron al estacionamiento, en donde
comenzó a perder la conciencia por la pérdida de sangre.
Lytton también recordó en la entrevista que, en esos momentos, alguien avisó lo que estaba pasando a su esposa, quien estaba en la playa con sus dos hijas pequeñas y amigos de la familia.
Lytton fue llevado en helicóptero al centro médico Tufts en Boston, en donde
estuvo en coma inducido durante dos días, lo sometieron a seis operaciones y recibió casi seis litros de sangre. "El dolor fue de verdad insoportable", explicó.
Sobre una silla de ruedas, el hombre comentó que aún le queda una cirugía más y varias semanas para poder estar nuevamente de pie. Y si bien los médicos tuvieron que sacar varias piezas de dientes de las heridas de Lytton, afortunadamente estos no llegaron a romper venas y nervios muy importantes, y los daños óseos no son graves.
Acerca de las múltiples suturas que actualmente unen sus músculos y piel, el hombre señaló: "Se ve muy artístico".