La ciclista paralímpica escocesa
Hannah Dines (25) mostró el "lado b" por el que deben pasar muchas deportistas de su ámbito. Después de una exitosa carrera, que ha logrado gracias a su perseverancia, la joven tuvo que ser sometida a dos procedimientos quirúrgicos por los graves
daños que sufrió en su vulva producto del sillín de su bicicleta.
La constante presión a un asiento que no está adaptado a la anatomía femenina, hizo que un costado de la vulva de Hannah presentara una
"enorme hinchazón" de la que no se pudo deshacer hasta someterse a la cirugía.
Después de años de practicar el deporte que la llevaron a convertirse en la cuarta mejor triatleta del mundo, Hannah aseguró que
las mujeres en el ciclismo son las que se llevan la peor parte.
Las deportistas deben sentarse justo al medio del sillín, mientras que los hombres pueden mover sus genitales hacia el lado que les quede más cómodo, explicó la ciclista.
Hannah nació en
Glasgow con parálisis cerebral y originalmente había decidido competir como corredora. Pero en 2013 decidió que su verdadera pasión era la bicicleta de tres ruedas, con la que ha logrado grandes premios mundiales.
Sin embargo, este éxito no ha estado exento de
momentos complicados y dolores físicos, ya que
la silla de la bicicleta le ha dejado llagas, pelos encarnados, infecciones, heridas abiertas y ampollas en sus genitales.
Y al parecer su caso no es el único dentro del mundo del ciclismo, ya que las cifras muestran un
aumento de demanda en drásticas cirugías para remover partes de la vulva y así hacer el deporte más cómodo para las mujeres.
Según informó el
Daily Mail, la joven aseguró que parte del problema es que la
mayoría de los asientos para bicicleta son diseñados para hombres y luego son adaptados para las mujeres. Además, agregó que las mujeres en el deporte no son tomadas en serio, y hay poca investigación acerca de condiciones como la de ella, lo que deriva en que el tratamiento no sea el mejor.
Molestias con la bicicleta
Con el constante roce en la silla de la bicicleta, la joven desarrolló un
lipoma, un tumor generalmente inofensivo compuesto de tejido graso, en un lado de su vulva. Este tipo de protuberancia no es cancerígena, pero crece con el tiempo y puede
llegar a ser muy incómoda.Hannah entrena seis días a la semana y asegura que su lipoma es el resultado de la constante presión que recibe su ingle sobre el sillín. Las molestias comenzaron hace cinco años, pero en 2018 se volvieron cada vez más serias.
Es por esto que en febrero pasado tuvo que someterse
a dos procedimientos quirúrgicos para remover el tumor y realizarse un examen para descartar que sea cancerígeno, a pesar de que es poco probable.
"
Tener vagina ya significa mucho dolor y a una ciclista se le sumará más dolor a ese sufrimiento", afirmó la ciclista.
La cirujana británica
Angelica Kavoumi sostuvo que durante 2016 ha habido un incremento de mujeres solicitando las
"cirugías de sillines". Este doloroso procedimiento puede llegar a costar más de tres millones de pesos y en muchas ocasiones se remueve parte de la vulva para detener el roce con la silla, aseguró la doctora.
"Para muchas mujeres este
es un problema de comodidad. No es acerca de la imagen del cuerpo, tiene más que ver con el deporte y la calidad de vida", aseguró Kavoumi.