La escritora y columnista británica
Zoe Williams quedó impresionada cuando se enteró por las noticias que la actriz Dakota Johnson estaba saliendo con el cantante de la banda Coldplay, Chris Martin. Pero, lo que más le llamó la atención fue que Johnson fue vista tomando un café junto a la hija de 15 años del músico, Apple.
Al parecer, la cercanía entre ambas no sería fruto del destino, ya que aparentemente la actriz estaría pagando
400 dólares por hora (cerca de 270 mil pesos chilenos) por
"entrenamientos de madrastra" a la coach Alison Task, para poder compatibilizar su nueva vida junto a Martin y los hijos que tiene junto a la actriz Gwyneth Paltrow.
Es por esto, que Zoe Williams decidió escribir una columna de opinión en el medio inglés
The Guardian para contar su experiencia lidiando con los hijos de su actual pareja, y entregando consejos que no involucren desembolsar grandes cantidades de dinero para lograrlo.
"Si una persona tiene mucho dinero y otro está dispuesto a cobrarle una fortuna por algo, por lo menos el efectivo seguirá circulando. Pero
hay otras formas de aprender acerca de esto sin tener que pagar 400 dólares por hora, siempre y cuando aceptes que ese aprendizaje durará toda la vida", reflexionó Williams en su columna.
La británica habló desde su experiencia personal y entregó algunos consejos que ella utilizó y que continúa practicando para tener una mejor convivencia con los hijos de su pareja, sus propios hijos y la relación de ambos. Su hijastra hoy tiene 11 años, pero se conocieron cuando esta tenía ocho.
Poco tiempo antes de que se fueron a vivir todos juntos, ella, su pareja, su hija y los dos pequeños de la británica, la escritora recordó que había leído un “brillante” libro: "Helping Children Cope With Divorce (
Ayudando a los niños a superar el divorcio)", de
Edward Teyber. En este, aprendió que los niños demoran alrededor de dos años en aceptar la autoridad de los padrastros.
"Entonces rigurosamente, durante dos años
no impuse ninguna autoridad, hasta que todos fueran lo suficientemente grandes (mi hijo tiene la misma edad, y mi hija es dos años menor) para poder demostrar que mi autoridad era como una vuvuzela en un partido de fútbol: muy ruidosa, pero increíblemente poco importante", escribió Williams.
Cercanos, pero poco amados
La escritora aseguró además que los
padrastros son figuras dentro de la familia
extremadamente cercanas, pero no necesariamente queridas. "Estamos constantemente siendo vigilados, y esto es bastante difícil de digerir cuando sabes que estás siendo cariñoso. Pero, tienes que aceptarlo ya que cometerás errores y no necesariamente lo notarás, especialmente cuando se trata de favoritismos".
"Si tomas una decisión sobre a quién le toca hacer algo y la ceja de tu pareja se levanta, significa que puedes estar equivocado. Si realmente te resulta imposible poder tomar una decisión justa en torno a esto, tienes que
basarte en las reglas del rugby francés: quien haya tenido la culpa la última vez, en esta nueva ocasión no tiene por qué ser el mismo", aseguró Williams, agregando que recomendaba que se impusiera un "dictador" por el día, donde sea esa persona quien lleve las decisiones de la familia durante 24 horas y que este rol se vaya rotando cada cierto tiempo.
Las relaciones entre adolescentes o jóvenes y sus padrastros, tiene desafíos completamente diferentes a los que sería con los hijos biológicos, y muchos de estos se basan en la atención que le presta el padre en esta nueva etapa.
"Muchos padrastros que deben lidiar con los hijos de las parejas que básicamente ya son adultos, casi siempre piensan que estos estarán muy entusiasmados con la idea de que su padre o madre encontró el amor. La verdad es que es lo opuesto:
incluso los adultos no son adultos cuando sus padres encuentran el amor", aseguró Williams.
"Muchas veces se asume que, en un mundo ideal, no existen los padrastros ni hijastros, lo que es gracioso ya que
la relación en realidad es bastante linda. Tienes todo este amor y protección, sin la carga de la culpa. Muchos de nosotros sabemos eso por la relación con nuestros propios padrastros, pero no lo extrapolamos solo pensamos que tuvimos suerte", finalizó la escritora.
