Cinco horas demoró la operación para mover el contenedor donde viajó Ramba, desde el avión hasta el camión que la llevará a su destino final: el Santuario de Elefantes de Brasil.
EFE
Tras cuatro décadas de malos tratos en un circo de Chile y siete años a la espera de una transferencia, la elefanta asiática
Ramba llegó este miércoles al aeropuerto de Viracopos, en el estado de Sao Paulo, desde donde
será trasladada a su nueva y definitiva casa, el
Santuario de Elefantes de Brasil.
Después de una
compleja operación, cuya logística llevó dos años para ser elaborada,
Ramba fue desembarcada de un Boeing 747 procedente de la ciudad de Rancagua en el aeropuerto de Viracopos de Campinas, situado a unos 100 kilómetros de Sao Paulo.
El animal
fue el primero de su especie en ser recibido en la terminal de cargas de este aeropuerto y su llegada movilizó a un equipo de cerca de 30 personas, además de exigir la utilización de máquinas, como grúa y carretilla elevadora, y refuerzos en la seguridad.
El de Ramba es el
primer caso de rescate internacional debido a denuncias de maltrato animal
de un elefante nacido en cautiverio que Brasil realiza.
El contenedor de la viajera desembarcó del avión a las 06:30 horas locales (09:30 horas GMT).
El compartimiento no fue abierto en ningún momento y la
operación para trasladarla al camión tardó casi cinco horas.
En la terminal de desembarque,
algunos viajeros recibieron a la elefanta con una pancarta de bienvenida.
Ramba, que pesa cerca de 3,6 toneladas y tiene aproximadamente 55 años,
será trasladada ahora, por vía terrestre, desde Campinas hasta el Santuario de Elefantes de Brasil (SEB), en la Chapada dos Guimaraes, ubicada en el estado del Mato Grosso (centro-oeste).
En el recinto, que tiene unas 1.100 hectáreas y prepara su estructura para recibir más elefantes, Ramba
tendrá una alimentación controlada y compartirá su nueva casa con al menos otros dos animales.
Maia y Guida, las primeras elefantas que llegaron al santuario provenientes de otros lugares de Brasil,
son de origen asiático y tienen, respectivamente, 47 y 45 años.
"Vamos a darle la autonomía que ella merece. Allí,
ella volverá a ser elefante, hará lo que le de las ganas.
Es un cautiverio también, pero de proporciones libres", dijo al portal G1 el biólogo del santuario, Daniel Moura, quien acompañó toda la operación.
Ramba fue rescatada en 2012 de un circo en Chile y
vivió durante siete años en el Parque Safari de Rancagua antes de que su transferencia a Brasil fuera acordada de forma definitiva.
Otros seis animales esperan las respectivas autorizaciones en Argentina. Se trata de Pocha, Guillermina, Kenya y Tamy, de Mendoza; Merry, de Entre Ríos, y Mara, de la capital Buenos Aires.