Uno de los principales impactos del coronavirus es que el teletrabajo se ha convertido en un elemento clave para continuar con las responsabilidades tanto laborales como académicas en el hogar.
Aunque esta modalidad no es nueva y se utiliza en distintos rubros, para muchas personas adaptarse a ella es todo un desafío, que implica asumir más de un cambio en las rutinas diarias.
Para Carla Fardella, doctora en Psicología Social y académica de la Universidad Andrés Bello, "el teletrabajo permite ver un fenómeno social nuevo, que también tiene riesgos psicosociales".
Uno de los riesgos que indica la experta es el fenómeno de "intensificación", que quiere decir que tenemos más tareas que antes. "En una hora de trabajo puedes realizar distintas tareas laborales, por lo que el tiempo de trabajo se intensifica. Cuando trabajamos en las vías normales tenemos pausas que sin darnos cuenta nos liberan, como por ejemplo los tiempos de traslado o cuando conversamos con los compañeros".
El otro fenómeno es la extensificación, que implica que "los límites del trabajo se deshacen; si antes todo se hacía en una oficina, hoy con las tecnologías llevamos el trabajo a todas partes, así se mete en otras áreas de la vida y siempre está presente".
Sobre el impacto que puede tener el teletrabajo en la vida familiar, la académica de la UNAB considera que "se piensa más en cómo se deben planificar los adultos y no en los niños, y para ellos es una posición muy compleja, por lo que esto pone a prueba a los padres sobre cuán coordinados deben estar para sostener a la familia".
En ese sentido, recalca que las organizaciones deberían brindar apoyo, "y no solo se trata de un curso online, sino que se preocupen de cuidar de sus trabajadores, incluso pensar en rediseñar el trabajo y tener paciencia".
¿Quiénes se pueden adaptar más rápido a esta modalidad? Fardella sostiene que aquellos "que tengan la capacidad de disciplinarse, los que son más estructurados con horarios y rutinas definidas, ellos están en una posición más favorable".
Por último, para aquellos que les está costando más de la cuenta el teletrabajo, la experta les recomienda "tener paciencia, estamos acostumbrados a que los trabajos sean estructurados, pero a lo mejor este es un momento para repensar la actividad productiva y valorar otras cosas, más allá de la eficiencia".